Jueves 05 de junio 2025

Los pájaros no atacan, repiten la real historia

Redacción 09/01/2011 - 19.38.hs

La noticia procedente de un pueblo de Arkansas, Estados Unidos hace saber que millares de pájaros de oscuro plumaje aparecen muertos.
La gente estaba intrigada y, en casos, inquieta. Una hipótesis presumía que algunas bandadas que llegaban en fuga de los extremos rigores del invierno del norte del país pudieron ser alcanzadas por una tormenta con fuerte caída de granizo. Las aves habrían sufrido un ataque desde arriba y no habrían tenido posibilidad de escapar.
A falta de precisiones hubo gente que recordó el relato de Daphne du Maurier, The Birds (Los pájaros), publicado en l952, y la película del mismo título que hizo Alfred Hitchcock unos pocos años más tarde. Yo mismo volví a leer el cuento largo de la autora británica, que comienza con una frase que parece anticipar un acontecimiento temible: "El 3 de diciembre el viento cambió de la tarde a la mañana, y llegó el invierno".
Lo que se refiere Daphne (autora de Rebeca, novela también llevada al celuloide) es algo que supone sucedido en un lugar de Irlanda. Un asalariado trabaja con su tractor en una granja y observa que lo siguen más pájaros que lo que era habitual. Hay algo diferente en su comportamiento. Lo comenta con los dueños de la granja y también éstos dicen que hay más pájaros que nunca. El dueño, Westminster, agrega que una gaviota se lanzó directamente contra su cabeza, como si tuviese la intención de atacarlo. Hitchcock sacó el episodio del escenario irlandés y lo instaló en California. Cambió varios componentes del relato, para crear la atmósfera inquietante que fue su característica. Hubo, al filmar, un episodio que dio que hablar: un pájaro se lanzó contra Tippi Hedren y le lastimó la cara. Era un pájaro de ficción, manejado con un sistema de cuerdas, pero algo falló y se precipitó sobre la mujer, lastimándola. La filmación tuvo que suspenderse por tres días. Tippi fue la actriz principal.

 

Suspenso
La novelista deja un final abierto, sin ensayar alguna explicación . No he hallado referencias precisas sobre lo que motivó su relato; si hubo o no hechos reales que le dieran pie. A partir de la publicación de Los Pájaros abundaron noticias y, en particular, intentos por explicar qué causa podría motivar la agresividad de los pájaros contra el hombre. Eran los años inmediatamente posteriores a la II Guerra Mundial (1939-1945). Dado que los pájaros agresores venían del este, se conjeturó que Daphne ensayaba una advertencia sobre el peligro comunista. El marido de la escritora había combatido en aquella guerra. Se ha mencionado también una locura de los pájaros, que se habría producido en algunas ocasiones. Se habla del efecto de un ácido.
Hitchcock tampoco entra en conjeturas sobre la causa o el sentido de esta acción de los pájaros, pero la atmósfera que crea tiende a desatar, en el espectador, el recuerdo de cosas oídas o leídas y ciertos temores difusos. Por entonces se iniciaba el movimiento de denuncia por la agresión al medio ambiente y se dice que la novelista y el cineasta pueden ser vistos como precursores. Hitchcock cuenta que sólo buscaba atrapar al espectador con sus fórmulas favoritas, que incluyen hacer lo que nadie espera. En Los Pájaros llega a excluir el The End con el ánimo de que el espectador prolongue su expectativa y siga buscando un significado a la agresividad de los pájaros después de ver el filme.

 

Los pájaros
He tenido y tengo una larga relación con pájaros, Por años me acompañó una cotorra. En la infancia ensayé convertirme en matador con mi gomera y aunque tuve más fracasos que logros, más tarde imaginé mi infierno (el infierno que me espera) como un lugar donde cada pájaro que maté me agrede o me mira desde su rama sin darme reposo. Yo sabía (en el infierno) que eso seguiría siendo así por toda la eternidad y que también sufriría el aplastamiento por hormigas o caracoles gigantescos y que cada una de las víctimas de mis fechorías infantiles y de mis demasías y errores de toda edad estaría allí siempre para demostrarme que mi esperanza platónico-socrática de gozar en los Campos Elisios de distendidas charlas con amigos de aquí que nunca hallamos tiempo para hacerlo, sería otra frustración. Desde hace años cultivo buena relación con todo pájaro, hasta haber conseguido que rebajen su habitual recelo. Les cuesta confiar en el hombre y creo que no andan equivocados, tal vez no con respecto a quien soy ahora sino acerca del orden de criaturas a que pertenezco.
Los millares de pájaros negros caídos en Arkansas simplemente murieron, como muere todo lo que vive, hasta extinguirse como especie. Ellos, los animales, están enteramente ocupados consigo mismos, en tanto que nosotros nos metemos con todos.

 

JOTAVE

 


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