Las expectativas en su justo lugar
En las últimas semanas, funcionarios y dirigentes de entidades intermedias y comercios que integran la comisión pro autódromo recorrieron las obras de la pista de competencia que se está levantando en cercanías de Toay. Hubo un comunicado oficial del gobierno provincial que informó sobre el hecho y señaló que los dirigentes de la sociedad civil "constataron los avances y tomaron contacto con los ingenieros" que realizan el trazado. Allí se mencionó a comerciantes, hoteleros, agentes del sector inmobiliario y asociaciones de automovilistas, entre otros. También se dio cuenta, en palabras del secretario de Turismo, que "económicamente les generará beneficios y movimientos extra, con la venida de categorías nacionales, a un circuito de características internacionales. Redundará en beneficio para la cuidad de Santa Rosa, Toay, localidades de la región y para toda la provincia".
¿Se vislumbra un exceso de optimismo por parte del gobierno provincial y de muchos comerciantes y dirigentes de la sociedad sobre los alcances económicos que tendrá el autódromo? Parece ser así. La obra, que tiene un costo hasta el momento de más de 70 millones de pesos, es considerada no sólo como un escenario deportivo sino como fuente generadora de recursos para la provincia.
El mismo optimismo se observó cuando se habló hace años de la llegada del rally Dakar a los caminos de la provincia. Más allá del espectáculo deportivo que congregó a multitud de pampeanos, y habitantes de provincias vecinas, la desmedida expectativa comercial que se había insuflado se derrumbó apenas se estacionaron los primeros vehículos de competencia en la laguna Don Tomás.
También, salvando el tiempo y las distancias de los casos, puede recordarse cuando en 1981 buena parte de las entidades intermedias de Santa Rosa se movilizaron para apoyar la instalación en Villa del Busto de lo que sería el IV Cuerpo del Ejército en la ex Escuela Hogar. Se presentó esa decisión como una posibilidad cierta de despegue económico de buena parte de la ciudad capital. El tiempo puso las cosas en su lugar y la instalación de ese cuerpo militar en la zona provocó su estancamiento.
Estos ejemplos pueden servir para observar cómo algunos proyectos gubernamentales sobre el uso de los espacios urbanos en las ciudades de la provincia son respaldados sin mayores fundamentos y generan altas expectativas en la población y otros no. Y cómo muchas veces los resultados son contradictorios.
Esto pasó con la nueva terminal de ómnibus de General Pico, y el anuncio del traslado de la de Santa Rosa a las afueras de la ciudad, que nunca se concretó. En la ciudad norteña se retiró la histórica terminal del centro y se la llevó a las afueras, sobre la avenida Circunvalación. Esto llevó por un lado a que se construyera en la vieja terminal el complejo Médano, que le dio realce a la actividad cultural local. Y por otro que se le diera otra perspectiva a una amplia zona alejada de la zona céntrica por su circulación y nuevas expectativas de urbanización.
En Santa Rosa ocurrió lo contrario. El proyecto quedó trunco, nunca se fue concretado. Los ómnibus siguen ingresando al centro de la ciudad con todos los inconvenientes que esto le crea a esa zona urbana por la circulación de vehículos de gran porte. A pesar de la necesidad de una nueva terminal para la capital provincial, se priorizó otro tipo de proyecto como es el deportivo. Tal vez por tener más "rating" y ser más vistoso en el corto plazo.
Habrá que ver, con el tiempo, si el autódromo cumple con las expectativas que buena parte de la sociedad, al menos de sus dirigentes, y el gobierno pusieron en su concreción. O si esas energías deberían invertirse, también, en idear y trabajar en proyectos a mediano y largo plazo y de mayor incidencia en el crecimiento urbano y el bienestar general.
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