El "bullyng" finalmente en la agenda
El acoso reiterado entre pares en las escuelas, el hostigamiento sistemático, grave, sostenido, silencioso y no entre compañeros de escolaridad conocido internacionalmente como bullying, en apariencia entró en las agendas de los
funcionarios educativos en Argentina.
Hoy se puede notar el pasaje de los hechos violentos en las escuelas de las páginas policiales, del periodismo especializado en delitos, de ser abordado por comisarios, policías y vecinos de los niños o jóvenes involucrados, a las agendas de los ministerios de Educación del país y de sindicatos docentes.
Fue llamativo y novedoso que el ministro de Educación, Alberto Sileoni, puso en la mesa la intervención de la cartera en el tratamiento, esclarecimiento y sanción de uno de los últimos hechos, el del joven con retraso madurativo de una escuela bonaerense de Avellaneda, sometido a golpizas por sus compañeros.
El ministro se mostró a favor de sancionar a los responsables y de contener a los sobrepasados docentes y directivos, y dijo que iba a evaluar en conjunto el hecho con la directora General de Educación bonaerense, Nora De Lucia, con una suerte de reflejos tomó por sorpresa a la prensa especializada en temas educativos, acostumbrada a las evasivas de los funcionarios en la problemática.
Es entendible que había también que machacar en la opinión pública que la violencia en las escuelas "es la reedición de la violencia en el ámbito social", es decir en una ya lejana Argentina pluralista y abierta en la convivencia, hoy se replica en la escuela el maltrato psicológico, verbal y hasta psíquico que sufren muchos niños y jóvenes.
(Laura Hojman, DyN)
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