Convención de UCR eligió a Sanz, o sea a Mauricio Macri
La reunión nacional de los radicales se hizo en Gualeguaychú y se impuso el sector de Ernesto Sanz. Es el más afín a Mauricio Macri, con quien competirá en las PASO junto a otra aliada, Elisa Carrió. Puede haber otra crisis en el viejo partido.
EMILIO MARIN
La convención nacional en el Teatro Municipal de Gualeguaychú se pareció a otras del partido radical, aunque en ciertos aspectos marcó una diferencia. Más que antes, quedó insinuado que la vieja agrupación no debatió ideas y candidatos propios, sino optó por ubicarse en los hechos como un furgón del macrismo, casi como uno de los viejos vagones adquiridos a España por el jefe de la Ciudad de Buenos Aires. Debate de ideas, apenas el marco general de "republicanismo versus populismo". El candidato del PRO podría pedirles reconocimiento del copyright.
Hasta las reuniones partidarios que proclamaron a Fernando de la Rúa como candidato de una Alianza para suceder a Carlos Menem, en la agrupación habían elegido gente del mismo palo. Y al abrir listas -los radicales generalmente no fueron frentistas- tenían el recaudo de poner a los propios en los primeros lugares. Chacho Alvarez, del Frepaso, secundó a De la Rúa como vice.
En cambio, luego de la debacle que significó ese gobierno, eyectado de Balcarce 50 por una eclosión popular en diciembre de 2001, los radicales entraron en un tobogán y tuvieron candidatos como Leopoldo Moreau en 2003, que apenas colectó el 2,3 por ciento de los sufragios.
Tan dura caída los llevó a poner candidatos ajenos, como Roberto Lavagna en 2007, que tampoco resultó. Volvieron a los apellidos tradicionales con Ricardo Alfonsín en 2011, aliado a Francisco De Narváez, pero igual hicieron sapo, justo cuando Cristina Fernández de Kirchner lograba el 54 por ciento.
En lo formal Ernesto Sanz pudo ufanarse en Gualeguaychú que él será candidato a presidente o nada, que no será vicepresidente de Macri, y que disputará las PASO. No se lo creen ni sus propios correligionarios que a la salida del Teatro Municipal lo esperaron para insultarlo y reprocharle que se había vendido "a la derecha". Según los tuits del senador correntino Nito Artaza, Sanz se había ido por una puerta lateral en un vehículo protegido por la policía. Quiere decir que ni siquiera al interior de la UCR es muy creíble la historia del senador mendocino de que esa fuerza ha recuperado perfil propio.
La verdad parece estar en el rincón opuesto: le prestarán toda su estructura nacional al PRO que apenas supera su ámbito porteño. Y a cambio piensan mantener algunas gobernaciones, pocas, y sus bancadas en las dos cámaras. Esto último también dependerá del PRO: si le da lugares expectables o no.
Los opositores a lo resuelto en Entre Ríos soltaron al final globos amarillos. El sarcasmo coloreaba a la convención radical como si hubiera sido del PRO.
Dados vuelta.
El guarismo fue favorable al sanzismo por 188 votos contra 130 de los convencionales de Julio Cobos, Gerardo Morales y Ricardo Alfonsín. No todo el aparato radical siguió la línea como se pensaba. Los congresales por Córdoba, merced a la influencia de Oscar Aguad y Ramón Mestre -apuestan a una alianza con el macrismo en la provincia- votaron mayoritariamente por la moción ganadora. Pero los delegados de Buenos Aires, cuyo comité no estaba alineado con Sanz, adhirió masivamente a éste, desairando al oficialismo del distrito.
En esas idas y venidas hubo figuras que comprometieron el capital político que podía quedarles. Federico Storani, un alfonsinista histórico que operó a favor de Sanz se ganó los insultos en Gualeguaychú. Le reprochaban que de haber sido un hombre estrechamente ligado al ex presidente Alfonsín ahora terminaba su carrera política al lado de Macri y la derecha. "Fredy" fue uno de los muchos que se fueron por puertas laterales al final de la reunión. Al "Coty" Nosiglia, que quiso salir por la puerta grande, tuvo que protegerlo la policía para que no fuera agredido. Esa gente los acusaba de haberse vendido, de darse vuelta.
Cobos y Morales cuestionaron lo resuelto en la convención y dejaron vaticinios pesimistas sobre el futuro. El ex vicepresidente, del voto "no positivo", argumentó la necesidad de armar un frente muy amplio que incluyera al Unen y al Frente Renovador de Sergio Massa.
Sanz retrucó que el cambio no podía venir de nadie que hubiera estado con el kirchnerismo; era un palo para Massa pero también lastimaba a Cobos que fue vicepresidente de CFK entre 2007-2011.
El senador Morales dijo que entonces no se entendía qué hace hoy la UCR junto a Martín Lousteau en la elección porteña y recordó que él mismo fue como vicepresidente de Roberto Lavagna en 2007.
Graficando las diferencias, pero con un tono de humor acorde con su oficio, el senador Artaza dijo que "Macri nos invita a un asado, nosotros ponemos la carne, el vino, la verdura y el helado, él trae sólo el pan y se sienta a la cabecera de la mesa".
Como se verá, varias de las objeciones no son muy políticas sino más bien sobre qué tajada o qué costo supondrán para el viejo partido de Alem e Yrigoyen el aparearse con el neoliberal PRO.
Detrás de muchos discursos contrarios a Sanz se ocultaron cálculos también mezquinos sobre lo que conviene o no a caudillos radicales del interior. Esto también hay que decirlo: Morales objeta lo resuelto en la convención porque en Jujuy tiene un preacuerdo con Massa. Y otro tanto ocurre con el senador Luis Naidenoff en Formosa, que quiere un arreglo con el Frente Renovador. No es que estos detractores estén inspirados en los sanos principios del radicalismo que prefería "Que se rompa pero no se doble".
Opositores acérrimos.
Quien haya seguido las discusiones entre los diferentes sectores de convencionales radicales el fin de semana podrá concluir que no hubo allí debate programático. Tanto en las largas horas de negociaciones y conteo de porotos ajenas al recinto, como luego en las discusiones propiamente dichas en el Teatro Municipal, la cuestión programática brilló por su ausencia.
No se habló de cómo controlar la inflación, que ahora viene aumentando a un ritmo menor al de años anteriores pero no deja de ser un problema serio. Tampoco se indicó cómo recuperar la marcha de una economía ralentizada en parte por cuestiones internacionales pero también internas. Salvo que toda la dirigencia suscribiera la apelación de Macri a los sojeros de Expoagro 2015 donde dijo que "el campo sería el motor" de su gobierno y que el combustible a inyectarle sería la eliminación de todas las retenciones menos las de la soja, que bajarían por etapas. ¿Debate sobre la Unasur y la situación de Venezuela, amenazada por EE UU? Cric, cric. Nada. Ni siquiera debatieron mucho sobre el caso Nisman, no se sabe si por estar todas las neuronas puestas en la votación Sanz versos Cobos-Morales o si el olfato radical ya pescó que el "modelo" del fiscal Nisman empieza a degradarse y otro tanto sucede con las maniobras de su ex mujer, que se mueve en la causa como elefante en un bazar.
Se dirá que la opción entre los tres senadores era política. Por cierto que la es, pero carente en esta ocasión de un debate político-programático. Los dos bloques mayoritarios se ubican en el terreno de la oposición acérrima al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En eso no tienen diferencias insalvables. La idea fuerza de república versus populismo es compartida por Sanz, Cobos y Morales.
En todo caso la diferencia radica en que el primero quiere formar con Macri y Carrió una fuerza dominante, capaz de reunir el 30 por ciento de los votos en primera vuelta y forzar un balotaje. Y los otros, que perdieron en Gualeguaychú, consideran mejor sumar a Massa a esa alianza, que puede depararles victorias en provincias ambicionadas por la UCR, para asegurar el triunfo presidencial en 2015. Y no quieren quedar tan prisioneros de Macri, del que recelan, como claramente lo expuso Morales.
Los dilemas de la UCR son, en chico, los que también recorren al bloque de las clases dominantes, la Mesa de Enlace, la UIA, la embajada norteamericana y los monopolios mediáticos. ¿Cómo desembarazarse del kirchnerismo en 2015? ¿Con Macri y los radicales como segundones alcanza, o hay que sumarles el sector del ex intendente de Tigre? Y en este último caso, ¿cómo hacerlo?
Todo lo demás, va y viene, sin mucha memoria. El hoy antikirchnerista Cobos fue en 2006 parte de los cinco gobernadores radicales seducidos por Néstor Kirchner y por eso fue vicepresidente de Cristina. Después la traicionó. El hoy filo kirchnerista Leopoldo Moreau, que no fue a Gualeguaychú, en 2006 y 2007 criticaba ferozmente a Kirchner y a Cristina por "dividir" al radicalismo y adueñarse de banderas de derechos humanos que supuestamente les pertenecían (hicieron muy bien en 1985 el juicio a los ex comandantes, pero luego capitularon con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida). Hoy es asiduo invitado al oficialista 678 y por esa cercanía lo critica Morales, que a su vez fue funcionario de la Alianza en Desarrollo Social y corresponsable del recorte de haberes jubilatorios del 13 por ciento.
La UCR es un partido en crisis y probablemente lo resuelto en su convención vaya a agravarla, tanto en caso que vaya con Macri y pierdan la elección como si ganan y son parte otra vez de un gobierno neoliberal y de ajustes.
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