Foro que dejó ideas y creó puente con Europa
Señor Director:
En la semana pasada se desarrolló en Buenos Aires, en el teatro Cervantes, el Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad, convocado desde la secretaría de Cultura de la Nación.
Digo que se desarrolló en el Cervantes, porque este teatro histórico fue el escenario de las mesas de trabajo del Foro. La entrada era libre y el teatro, con ser amplio, no pudo albergar a todos. Se vio que una concurrencia muy numerosa se instalaba en calles y espacios habilitados y que esta multitud fue participante, tanto que de hecho mantuvo una suerte de diálogo con los que exponían. Tal concurrencia fue responsable de la atmósfera de entusiasmo que acompañó el desarrollo de este Foro singular. Subrayo este rasgo porque creo que tiene significación propia y estimo que podrá llegar a ser reconocido como rasgo de época. El Foro cerró sus sesiones en la vía pública, porque así lo sintieron necesario sus responsables.
La secretaría de Cultura buscaba dar formalidad a la relación que vincula a los países de América latina, en particular a los que en los últimos doce años han liderado un movimiento encaminado a rescatar el papel del Estado, la política y los partidos como los organismos aptos para dar forma a un movimiento que es de resistencia al desarrollo del neoliberalismo y la globalización elitista que ese pensamiento ha logrado generar para dominar la escena internacional a partir del final de la guerra fría (hacia 1990). Este dominio se distingue por el avance del poder financiero en detrimento del poder político y de la posibilidad de la vigencia real de la democracia y porque ha generado una situación mundial que permite que el 1 por ciento de la población tenga tanta riqueza como el 99 por ciento restante de los seres humanos. Entre otros efectos, el uso de este poder ha logrado dominar los medios de difusión y fabricar "estados de opinión". Lo comprometido por este desarrollo es la igualdad, base de los Derechos Humanos.
Lo que se había advertido era que, desde que la Unión Europea abandonó el Belfare State (estado de bienestar) los partidos tradicionales han estado perdiendo consistencia y gravitación y que son superados por partidos nuevos con fuertes rasgos derechistas que propician una política de exclusión, no solamente económica sino en cuanto a participación del ciudadano en la política efectiva. Como diferenciación, se conocieron los movimientos de "indignados" que no han logrado expresión política, pero en su lugar se han comenzado a instalar nuevos grupos políticos organizados, uno de los cuales acaba de ganar el gobierno de Grecia y otro tiene chances de ganar en España en la próxima renovación. Al mismo tiempo, se observó que importantes economistas (entre ellos hay norteamericanos y europeos) planteaban una heterodoxia semejante a la que ensayan países de América latina, fenómeno que también se manifestó en personajes de la cultura y de la política en el norte de este continente y en Europa. Por eso, el Foro atrajo a participantes de Estados Unidos y Europa, por entender que la lucha de las ideas debe ser dada globalmente y porque tal enfrentamiento debe tener expresión política puesto que se hace frente a ideas que han generado una globalización de elite. Todo esto aconseja unificar las expresiones dispersas, definir los objetivos y fundamentar los principios orientadores.
Por eso se escuchó con tanta atención a pensadores como Noam Chomsky, el lingüista norteamericano cuya disertación fue seguida con particular interés. Hubo otras presencias a las que espero poder referirme más adelante. Cito ahora a Chomsky porque desde hace mucho me impresiona por su sabiduría y por la claridad de sus definiciones en el ámbito de la gestión pública.
Creo que por primera vez se tienden puentes de este tipo y en esta igualdad de reconocimiento entre europeos y latinoamericanos. Entre norte y sur.
Atentamente:
JOTAVE
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