Martes 10 de junio 2025

Legislativas de octubre y su importancia creciente

Redacción 14/02/2017 - 01.01.hs

Señor Director:
Las elecciones nacionales de octubre próximo, las de medio tiempo, cobran especial importancia a juicio de analistas del acontecer político.
Para el oficialismo pueden significar afianzamiento luego de la presidencial de 2015 que se definió por una mínima diferencia. El oficialismo es actualmente una alianza, principalmente del PRO, el macrismo, que tenía su reducto en la ciudad de Buenos Aires, y la UCR cuya presencia territorial resultó importante para la victoria de la alianza Cambiemos. El gobierno necesita repetir el éxito de 2015 y acrecentar la diferencia. Para la oposición el desafío consiste en la necesidad de lograr que el peronismo pueda avanzar en un proceso de unificación de la multiplicidad de tendencias que conviven bajo ese paraguas. Y avanzar también en la capacidad de atraer a sectores de otras tendencias para constituir un frente en torno a un programa común.
El peronismo parece haber frenado la tendencia inicial a la dispersión, luego de la derrota de 2015. Esta fuerza política ha mantenido una identidad oscilante desde su rutilante aparición en el escenario político argentino de los años 40 y la conquista de la presidencia en esa misma década del pasado siglo. La fuerza de este movimiento se manifestó tanto en la conquista de la presidencia como, luego del golpe militar que provocó la salida y exilio del presidente Perón, en su capacidad para mantenerse gravitante a pesar de la prolongada ausencia de su líder, de la proscripción del partido y aún ante la derrota que sufrió su candidato en 1983. Los años 90 del pasado siglo parecieron marcar su rápido retorno al poder (con Menem) luego de la salida anticipada de Alfonsín. Pero la presidencia de Menem defraudó a la masa principal del peronismo por adoptar una política económica, neoliberal, opuesta a lo sustancial de la tradición del movimiento. Lo demás es historia reciente; Menem gobierna dos períodos, pero el desmejoramiento socioeconómico del país da lugar a la irrupción en el poder de un frente con rasgos inicialmente progresistas, hasta que retorna a las políticas neoliberales, el país sigue deteriorándose y cae en una situación de anarquía que concluye con la renuncia del presidente de la Rúa y la dificultad para cambiar el estado de cosas que entorpece las breves presidencias que siguieron a esta renuncia. El 2003, se recordará, Menem intenta su retorno, pero es derrotado por el peronismo que lidera un desconocido hasta ese momento, Néstor Kirchner, quien retoma banderas tradicionales y enfrenta con éxito (inesperado para muchos) una situación de crisis extrema. Este peronismo kirchnerista, ante la prematura desaparición de Néstor (2010) halla una líder en Cristina Fernández, esposa de Néstor, quien se desempeñaba en el senado y gana dos elecciones presidenciales sucesivas. Lo demás, luego del ajustado triunfo de Cambiemos, es la historia de este momento, cuando el liderazgo más definido de la oposición está encarnado por Cristina, hasta ahora sin tracción suficiente como para unificar a la masa peronista, pero con capacidad potencial para encabezar un agrupamiento opositor que puede ser decisivo. Y esto es lo que debería verse en octubre próximo. Es también, lo que da un alcance crítico a esa elección de medio tiempo, a la que el gobierno se acerca con dificultades y con un descontento creciente.
Para el analista Edgardo Mocca la posibilidad de un buen resultado gira en torno al liderazgo de Cristina K., que él considera adecuado para gestar una alianza de los sectores dominantes del peronismo y los grupos partidarios ubicados desde el centro izquierda a la izquierda del espectro político. Por eso dice Mocca que la elección de octubre definirá la suerte del oficialismo actual y de la oposición porque mostrará la dirección con la que se marchará hasta la próxima renovación presidencial.
Atentamente:
Jotavé

 

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