Sabado 19 de julio 2025

Postal de la crisis

Redacción 12/07/2017 - 01.22.hs

La fotografía que ayer publicó este diario de la ambulancia encajada en el barro y las otras imágenes que acompañaron el informe constituyen postales que sintetizan con crudeza los padecimientos que sufren miles de santarroseños. En el vehículo iba un equipo de emergencias médicas para atender una urgencia que, obviamente, no pudo llegar a destino. Si en ese momento no hubiera estado disponible un reemplazo las consecuencias pudieron haber sido mucho más graves. El episodio muestra las derivaciones peligrosas de esta situación caótica que afecta a la ciudad. Cada día el panorama es más crítico y afecta a más vecinos quienes denuncian que sus reclamos no son atendidos con la diligencia que los casos requieren y, encima, hasta se sienten abandonados a su suerte pues las cuadrillas de operarios municipales en muchos casos brillan por su ausencia.
Líquidos cloacales que afloran en superficie, pérdidas de la red de agua y ascenso del nivel freático suman sus efectos para volver muchas calles intransitables, convertidas en lodazales nauseabundos que tornan la vida diaria en un calvario. Por esa razón las manifestaciones públicas de vecinos que exigen soluciones van en aumento. Sin embargo, en las esferas oficiales se siguen demorando las soluciones y no se actúa en consonancia con esta emergencia. Municipio, Provincia y Nación en lugar de aunar esfuerzos para salir de este caos parecen competir en estimular los desencuentros. El ofrecimiento del gobierno provincial para afrontar las obras más urgentes fue, primero, desestimado por las otras dos partes y luego, según se informó, aceptado. El caso muestra la falta de reflejos para proceder en la emergencia y, también, las especulaciones de tipo político. Es evidente que la lejana Buenos Aires no es sensible a esta situación de angustia, en tanto, la comuna no parece encontrar la vuelta para actuar en sintonía con las urgencias que se presentan ya que se siguen sumando las quejas por la inacción de las cuadrillas de trabajo o su deficiente desempeño.
Así las cosas, la ciudad va de mal en peor desbarrancándose hacia los peores presagios que algunas voces lúcidas anticiparon ante la sordera de las sucesivas administraciones municipales.

 

Crueldad innecesaria
Finalmente el Estado nacional se decidió a terminar con la angustiante espera de tantos pensionados por discapacidad que fueron despojados de su beneficio. Aproximadamente la mitad de quienes recibían ese apoyo continuarán activos en tanto el resto fue desafectado.
Pero lo más llamativo surgió cuando este medio consultó al responsable de la oficina local de Desarrollo Social por las pensiones ahora anuladas. El funcionario descartó que hubiera casos de corrupción, es decir, personas con ingresos altos indebidamente beneficiadas. Lo que informó fue que, en la inmensa mayoría de los casos cuestionados, el destinatario de la pensión nacional recibía otra provincial (de monto menor) o contaba con un empleo, con lo cual su situación había cambiado desde el momento en que se otorgó la pensión. En todos los casos se trata de personas o grupos familiares de ingresos modestos, incluso por debajo del salario mínimo, como lo ilustran las cifras informadas. Por lo tanto, muy lejos están estos ejemplos de justificar las ruidosas denuncias que el macrismo y sus aliados mediáticos desparramaron a diestra y siniestra.
Todo habla de la insensibilidad de Nación a la hora de dejar sin sustento a tantas personas de condición humilde y de la sobreactuación no exenta de crueldad a la hora de quitar este derecho indiscriminadamente a todos los pensionados del país. El Estado tiene los medios para investigar y proceder sin necesidad de angustiar y maltratar a un sector tan vulnerable. Pero es evidente que no le importó pues se trata de un segmento social que no está entre sus prioridades.

 

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