Martes 08 de julio 2025

El fanatismo ideológico al palo

Redaccion 12/03/2021 - 21.30.hs

El gobierno pampeano comenzó a publicar ayer el informe semanal sobre la evolución de la campaña de vacunación contra el Covid-19. A dos días de realizado el anuncio por parte de las autoridades sanitarias los habitantes de esta provincia tuvieron los datos estadísticos al día. Lo mismo puede decirse del gobierno nacional que comenzó a implementar el Monitor Público de Vacunación con los registros correspondientes a cada una de las provincias y de la Capital Federal.
Es evidente que se trata de una respuesta -una adecuada respuesta- a los permanentes ataques de la oposición de derecha que, a falta de ideas y proyectos propios, no encuentra mejor forma que canalizar sus energías a través del hostigamiento sin tregua a los gobiernos nacional y provinciales. Desde luego, no está mal que los espacios partidarios opositores cumplan con el rol de controlar a quienes tienen a su cargo temporariamente la administración del Estado, en absoluto, pero cuando ése es el único papel que cumplen y encima lo hacen con malas artes, incluso con maniobras obstaculizadoras, es ahí en donde empieza a flaquear la función opositora.
Cada una de las estrategias que el gobierno intentó para enfrentar el avance de la pandemia encontró en la oposición un obstáculo. Tanto el aislamiento social preventivo, como las difíciles tramitaciones con los laboratorios internacionales para adquirir la vacuna en un escenario global harto complejo, y hasta el plan nacional de vacunación, fueron sistemáticamente torpedeados por la derecha política y mediática con energía digna de mejor causa.
Pero en los últimos días esa oposición fue por más y comenzó a embarcarse en una cruzada que propone, lisa y llanamente, la privatización del sistema de vacunación. Primero fue Patricia Bullrich la que lanzó la idea: «dejemos que los privados compren las vacunas», exclamó, y, para rematar el concepto, calificó de «soviética» a la metodología implementada desde el Estado. No estuvo sola. A las pocas horas dos diputados mendocinos por la UCR, Alfredo Cornejo y Luis Petri, presentaron un proyecto para que tanto operadores privados como los Estados provinciales y la CABA puedan «negociar, contratar y adquirir vacunas» por su cuenta ante la «ineptitud» de la estrategia sanitaria del gobierno nacional.
Es evidente el doble propósito de esta propuesta. Por un lado apoyar al gobierno porteño que ya lanzó la privatización de la vacunación con un resultado visible: la disparidad de condiciones de atención de quienes poseen una prepaga y quiénes no. Las imágenes televisivas de los últimos días eximen de todo comentario. Y el otro objetivo es persistir en su ideología antiestatal a extremos inauditos de hacer pública semejante propuesta en medio de la pandemia más virulenta que haya afectado a la sociedad humana en toda su historia.
El fanatismo ideológico -que la derecha siempre atribuye a la izquierda- tiene aquí un ejemplo insuperable. La respuesta de los que más saben del tema -médicos epidemiólogos, infectólogos e investigadores científicos- no se hizo esperar y con solvencia y claridad meridiana demolieron cada uno de los disparates esgrimidos por los cráneos de la coalición opositora… y obstaculizadora.

 


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