Asesinatos selectivos
Los espantos de Gaza ya no parecen tener límites. Un medio tan insospechado de parcialismo como la cadena británica BBC publicó la semana pasada un título estremecedor y directo al afirmar que “documentó asesinatos de niños”. La infame tarea fue –es—realizada por el ejército israelí y no reconoce límites de edad: desde bebés hasta preadolescentes tiroteados por francotiradores. La estadística desmiente las hipócritas declaraciones judías al respecto: al menos 168 menores muertos o heridos, 95 de ellos baleados en la cabeza y el pecho.
Esos asesinatos selectivos, porque lo son, no ocurren de casualidad, y todo parece indicar que responden a la orden superior de arrasar la Franja de Gaza de la manera que, según la Biblia, prescribiera en alguna ocasión el Dios del Antiguo Testamento: sin respetar ni a los niños.
Cualquier argumentación se derrumba frente a las dolorosísimas imágenes de los padres y madres portando a sus hijos muertos en medio de las ruinas de lo que fue una ciudad. Ese proceder es de una crueldad tal que supera la criminal y torpe acción de Hamas sobre la población civil israelita que desató la guerra.
Que el sionismo que gobierna en Israel está dispuesto a finalizar la cuestión árabe sin miramiento alguno ya es más que evidente. A los enfrentamientos bélicos se sumó la tremenda hambruna a la que está sometida la población civil. Ni la cada vez mayor repulsa internacional, ni las inefectivas resoluciones críticas de las Naciones Unidas alteran tal proceder horroroso, sostenido por el respaldo incondicional de los Estados Unidos; lo corrobora el hecho que las manifestaciones de repudio concretadas en el país norteamericano, especialmente en las universidades, fueron reprimidas sin contemplaciones. Además se agrega una causa no menor con la que debe lidiar el gobierno de Israel: los airados reclamo de los familiares de los rehenes que tomara Hamas, de los que solamente se sabe que no todos están vivos y que el gobierno no tomó hasta ahora una actitud definitiva para salvar a los que quedan.
Mientras tanto los niños siguen siendo objetivos militares en Gaza.
Las consideraciones expuestas más arriba se vieron confirmadas tres días atrás con la muerte de cinco periodistas que cubrían la
guerra. Ese también asesinato selectivo se sumó a la nutrida cantidad de gente de prensa que ha muerto hasta hoy en Gaza; “Este ataque ocurre cuando el Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión de urgencia para analizar el plan de Israel de tomar el control de Ciudad de Gaza, plan que considera la única solución viable y que probablemente desencadenará otra calamidad. ”. “Si estos planes se implementan, probablemente desencadenarán más sufrimiento en Gaza, con consecuencias imprevisibles en toda la región, desplazamientos forzados, asesinatos y destrucción”,
En una justificación tan burda como repetida el ejército israelí adujo que al menos uno de los muertos era un terrorista de Hamas.
El mundo responsabiliza de estas terribles medida al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, la persona que el presidente Milei califica y apoya, mientras sin discriminación alguna califica a los miserables pobladores de Gaza como “terroristas”. A estar por las informaciones oficiales Netanyahu visitará Argentina en las próximas semanas. Su opinión –únicamente compartida por los Estados Unidos—es que las terribles noticias sobre Gaza “no son más que una campaña de mentiras de los medios de comunicación”
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