Viernes 19 de abril 2024

Cambios deudores de la lucha feminista

Redacción 05/08/2022 - 08.32.hs

La enorme expectativa que generó la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía, por todos los condimentos políticos y económicos que rodearon ese enroque en el gabinete del gobierno nacional, dejaron en segundo plano la asunción de Cecilia Moreau en la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación. Como suele decirse en la jerga periodística, lo urgente desplazó a lo importante. Y no cabe duda de que es así. Esta no es la primera -ni será la última- crisis que provoca cimbronazos en un gobierno nacional. Los argentinos de cierta edad, y que tenemos memoria, lo sabemos de sobra. Pero sí es la primera vez en la historia de este país que una mujer llega a la presidencia de la Cámara Baja, con lo cual se da, también por primera vez, una situación digna de destacar: las dos cámaras del Congreso de la Nación hoy están conducidas por mujeres. Y todavía más, como la presidenta provisional del Senado también es mujer, las tres personas que encabezan la línea de sucesión presidencial son todas mujeres.

 

No fue por obra de la casualidad ni de la providencia celestial que hoy la Argentina ofrezca al mundo este caso único entre las llamadas democracias occidentales. El avance de los derechos de las mujeres reconoce en nuestro país una larga tradición de lucha más que centenaria. Y si bien el voto femenino llegó relativamente tarde con relación a otros países, incluso de nuestro continente, en las últimas décadas la creciente movilización de los colectivos feministas fue logrando avances extraordinarios en materia de derechos políticos, laborales, reproductivos, culturales, identitarios, etc.

 

La llegada de Cristina Kirchner a la Presidencia de la Nación por el voto popular en 2007, y su reelección cuatro años después, fue otro de los pasos decisivos que mostró el empoderamiento de la mujer en un territorio, como el de la política, fuertemente marcado por la tradición patriarcal.

 

Algunos datos son reveladores del crecimiento de la participación de la mujer en la política nacional, especialmente a partir de 1993 cuando se comenzó a aplicar la ley de cupo femenino. En 2019, a partir de la puesta en vigencia de la ley de paridad de género se consolidó aquella tendencia y hoy las mujeres ocupan el 36% de las bancas del Senado y el 45% de las de Diputados.

 

En los ámbitos provinciales y municipales del país ocurre algo similar. Las legislaturas provinciales y los concejos deliberantes albergan hoy una fuerte presencia femenina y lo mismo ocurre en los diversos ámbitos del Poder Judicial. Aquí en La Pampa no pasó desapercibida, días atrás, una reunión de nueve intendentas peronistas (y faltaron algunas) en Luan Toro para celebrar un acto partidario.

 

En buena hora que la llegada de Cecilia Moreau a la presidencia de la Cámara de Diputados de la Nación haya posibilitado reflexionar sobre el notable avance de la mujer en la política. No está mal, cada tanto, detenerse a mirar los pasos avanzados, siempre que ello no impida reconocer que todavía se está lejos de alcanzar la igualdad de género plena. Persisten aún muchas barreras, tanto de orden legal como cultural, que es necesario derribar más temprano que tarde.

 

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