Caputo-Milei, el pez por la boca muere

En una reciente entrevista, el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo confesó que la Argentina tiene hoy una dependencia de los dólares de Wall Street como ningún otro país y que su objetivo es el de terminar con esa dependencia deplorable e iniciar un período donde la mayoría de las empresas y el propio Gobierno Nacional se puedan financiar en el mercado doméstico.

 

Estas declaraciones se dan poco después que el ministro tuviera que soportar, sin poder decir nada, que el propio presidente de la Nación, Javier Milei, lo escrachara, pública pero elípticamente, como el responsable de la actual situación insostenible de endeudamiento externo de una administración anterior que endeudó a la Argentina en más de 60 mil millones de dólares, según palabras del mandatario. Milei hablaba de la pesada herencia de su gobierno y, en su verborragia tal vez no advertía que señalaba como responsable de esa herencia a su socio político Mauricio Macri y a su actual ministro Luis “Toto” Caputo.

 

Como suele decirse, “el pez por la boca muere”. Tanto el ministro cuando deplora la dependencia con Wall Street como el presidente cuando señala a la deuda macrista como el ancla que afecta a la economía nacional, uno y otro no hacen más que confirmar que en el período iniciado hace diez años cuando asumió el poder Mauricio Macri se sometió al país a una dependencia de los capitales extranjeros cuyo intereses y capital son hoy impagables para la economía argentina.

 

Aquél endeudamiento, lo admitió en su momento uno de los ministros endeudadores macristas, Nicolás Dujovne, fue posible porque recibieron de la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, un país saneado sin deudas en monedas duras.

 

Esto es, hablando en criollo, el país no tenía deudas o, más precisamente, el país tenía un nivel de endeudamiento externo bajísimo. Uno de los más bajos del mundo. Paralelamente ostentaba los salarios en dólares más altos de la región y las jubilaciones también más altas de la región.

 

¿Qué pasó en el medio que ahora el mismo ministro que endeudó al país con organismos extranjeros, que se llevó el oro del Banco Central fuera del país (y nada se sabe de él), que emitió deuda a cien años, que le pidió 20 mil millones a Estados Unidos y que quiere un monto similar con la banca internacional, qué pasó, repetimos, que ahora clama por volver a los años felices de este país cuando no dependía de Wall Street y la administración nacional podía funcionar sin esa dependencia. Esto es, volver a los años del gobierno kuka.

 

Lo que acaba de admitir el ministro es que, con sus errores, la gestión económica que le precedió a Macri y a Milei tuvo el virtuosismo de no depender del endeudamiento externo para funcionar.

 

El ministro constata ahora patéticamente que su plan de endeudamiento no tiene futuro, pues cada tramo de deuda que toma para pagar las que contrajo antes es una bola de nieve que se va agrandando y arrastra consigo a toda la economía del país.

 

Solo para hablar de la deuda más reciente, hay que recordar que se tomó para pagar los intereses de la que él mismo tomó como ministro macrista y que se “solucionó” emitiendo un bono que va a vencer en el próximo gobierno.

 

Cabe preguntarse: ¿dónde están todos esos dólares que se piden de deuda y ni siquiera se pagan con fondos propios?, ¿dónde están los miles de millones de dólares del blanqueo?, ¿dónde los dólares de la cosecha récord?, ¿dónde los del FMI?, ¿los de Trump y su “compra de pesos”?

 

¿Por qué pese a todo este ingreso monumental de dólares, la Argentina retrocede en producción, en trabajo, en jubilaciones, en salud pública, en educación, en ciencia, en infraestructura? ¿Por qué el único sector de la economía que crece es la intermediación financiera?

 

La respuesta es el “secreto de famiglia” de los que nos gobiernan y endeudan y de los medios que lo ocultan. Porque esos dólares ya no están, se los fugaron ellos y sus amigos subidos a la bicicleta financiera de pagar deuda con más deuda.