Jueves 17 de julio 2025

Estado desastroso

Redacción 17/07/2025 - 00.28.hs

Algunos años atrás, un comprovinciano que regresaba de un viaje al exterior relataba su sorpresa cuando, visitando una milenaria ciudad del Viejo Mundo, comprobó que la miseria y la necesidad de un espacio para vivir habían hecho que los pobres de la ciudad avanzaran sobre un antiguo cementerio y vivieran resignadamente entre las tumbas y los panteones. Cierto que esas historias tenían, cuanto menos, cuatro o cinco siglos de antigüedad pero también allí se evidenciaba la cara de hereje que suele tener la necesidad. Una síntesis simbólica, nos decía este interlocutor, era la fotografía de unos pañales tendidos entre dos tumbas.

 

Imposible no pensar en aquella persona y en las reacciones que habrá tenido la semana que pasó al enterarse por la amplia difusión que le dieron los medios al suceso, que en algunos lugares de nuestro país –un caso concreto es la ciudad de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires— también hay gente viviendo en los cementerios, aprovechando (es un decir) la existencia de nichos vacíos. Años atrás esa gente todavía vivía con cierta dignidad, en casas humildes, pobres si se quiere, pero lejanísimas de lo que implica dormir en una necrópolis.

 

La causa de semejante monstruosidad está a la vista, evidenciada: el gobierno de La Libertad Avanza dejó que sus brutales ajustes también cayeran sobre lo relativo a política de viviendas y alquileres, más aún sobre los pobres y lo que queda de la clase media. Estos y otros resultados están a la vista.

 

Después de todo, pasado el primer asombro, aparece la coherencia de las razones: a un gobierno que hambrea a los jubilados, abandona la salud de los niños, entrega las riquezas naturales del país y reprime duramente cualquier manifestación de desacuerdo, venga de donde venga… ¿acaso puede importarle que haya gente condenada a vivir en esas condiciones?

 

La situación le quita validez al viejo dicho que refería “vivir peor que los perros”… Es sabido que algunos canes relacionados con el gobierno libertario viven mucho mejor que esos doloridos habitantes de algunas necrópolis argentinas…

 

Al margen de las insólitas situaciones que se comentan más arriba, existen otras de orden institucional que complementan la visión del desastroso estado en que se encuentra el país. La semana que pasó fue pródiga en pánicos gubernamentales surgidos tanto de rumores y errores comunicacionales como de la tornadiza realidad financiera. Ante semejante situación, el gobierno nacional optó, como lo hace habitualmente, por responder en forma provocativa y de una agresividad que deja muy atrás (o acaso sería más gráfico decir “muy abajo”) a la Constitución y a las leyes.

 

No es ningún secreto que desde su misma asunción el gobierno neoliberal se apoya en la función de “trolls”, nombre con el que la lengua inglesa designa varios significantes. Entre nosotros vale para los difusores de noticias desde una perspectiva favorable al gobierno, más allá de que sean falsas o verdaderas. Estos comunicadores, por darle un nombre que en realidad no merecen, alentados por un Poder Ejecutivo que los fogonea, se han cebado en sus mensajes y, precisamente con relación a los aconteceres de la última semana, desparramaron videos hechos con falsos montajes, en los que proponían sin empacho alguno la demolición del sistema democrático, ejemplificándolo con “demoler el Congreso con los legisladores adentro”. Los videos, trucados, ofrecían una imagen del presidente Milei tripulando un tanque que abría fuego sobre el Palacio Legislativo. Mayor sentido de ataque a la democracia no se consigue, ni tampoco menor hipocresía. El gobierno mira distraídamente hacia el lado donde no está la Constitución,

 

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