Fugadores, los héroes preferidos del presidente
Unos 26 integrantes del directorio de la cerealera Vicentín y del Banco Nación en 2019 están acusados por un fraude al Estado de al menos 260 millones de dólares. Hace cinco años que lo venimos denunciando. Una crónica interminable del saqueo.
“Unos 26 integrantes del directorio de la cerealera Vicentín y del Banco Nación en 2019 (N. de R.: entre ellos, Javier Antonio González Fraga y Lucas Llach) fueron citados a prestar declaración indagatoria acusados de ponerse de acuerdo para cometer un fraude, que habría provocado al Estado un perjuicio de al menos 260 millones de dólares, en el otorgamiento de créditos”, publicaron este martes los medios, mientras se sumaba la orden para inhibir los bienes de los involucrados.
Una noticia vieja. Hacía cinco años que esto se sabía por lo investigado en la causa del fiscal federal Gerardo Pollicita y que fuera denunciado en la Cámara de Diputados de la Provincia de Santa Fe y en nuestro libro “Vicentín. Desaparecedores y fugadores. Capitalismo argentino”, del año 2021.
Es imprescindible tener en cuenta aquel documento judicial. Fragmentos de un siempre renovado estatuto legal del coloniaje, de una crónica interminable de saqueo o robo de bienes públicos a favor de un selecto grupo de privilegiado.
“Lo expuesto demuestra que durante el mismo período en el que la firma Vicentín tenía deudas vencidas con el Banco de la Nación Argentina, el dinero para cobrar dichas deudas se encontraba a resguardo del banco en dos cuentas específicamente creadas ante un eventual incumplimiento, sin embargo los funcionarios del Banco de la Nación Argentina a pedido de los empresarios, decidieron liberar 43.449.104.966 pesos – 41.592.204.966 pesos de la cuenta de cobranzas en el exterior y 1.856.900.000 pesos de la local – movilizándolo, hasta el día 3 de diciembre inclusiva, hasta una cuenta corriente de la firma Vicentín que no poseía ninguna limitación, lo que le permitió a estos últimos disponer de los miles de millones de pesos que garantizaban los préstamos, burlando de tal forma, toda posibilidad de cobro por parte de la entidad bancaria”.
“Una vez que los fondos se encontraban en la cuenta corriente de la firma en la misma entidad, los titulares de la firma Vicentín usaron parte del dinero para pagar gastos de la firma -tales como proveedores, impuestos, salarios- pero otra parte significativa de los fondos eran transferidos mes a mes a ‘cuentas propias’ que la firma mantenía en otros bancos, por lo que el destino final de estos últimos resulta de momento desconocido”, dice el escrito del fiscal federal.
El dinero del pueblo argentino iba a parar a una cuenta que tenía Vicentín sin “ninguna limitación” y desde allí, los señores empresarios, hicieron 1.418 transferencias a cuentas propias entre agosto de 2019 y enero de 2020.
Dinero del banco público para cuentas propias. Un robo descarado al pueblo.
En la página 50 se informa que “de los casi de 800 millones de dólares y más de 2.000 millones de pesos que el Banco de la Nación Argentina a lo largo del período agosto a diciembre de 2019 tuvo en las cuentas en garantía de las deudas de Vicentín, al momento en que se efectuó la afectación de los fondos sólo se hallaron en las cuentas apenas poco menos de 8 millones de dólares, lo que demuestra la magnitud del daño ocasionado al patrimonio del Banco de la Nación Argentina”, dice Pollicita.
Cinco años después, el caso Vicentín expresa la síntesis del capitalismo argentino. Desaparecedores y fugadores. Los héroes preferidos del señor presidente de la Nación. (Por Carlos Del Frade, periodista, investigador y diputado por Santa Fe)
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