Jueves 25 de abril 2024

Historieta y política

Redacción 05/09/2022 - 08.54.hs

Diez días atrás el suplemento cultural de este diario publicó una nota relativa a la "literatura dibujada", nombre que han dado en aplicar sociólogos y ensayistas a la antigua y todavía vigente forma de la historieta gráfica.

 

Esa expresión, inicialmente elemental y dirigida a los niños, se inició con El Pibe Amarillo (The Yellow kid), en los Estados Unidos, a fines del siglo XIX. Después se expandió al mundo y por acción de grandes dibujantes y argumentistas llegó a la categoría de obra de arte. Nuestro país se destacó tempranamente en la materia, y tanto que llegó a crear un muy respetado estilo -la llamada "Escuela argentina"- que llegó a tener una gran presencia en el mundo.

 

Artífice de aquella escuela que jerarquizó la historieta fue Héctor Germán Oesterheld, un geólogo enamorado de la literatura, realizador de los libretos de un relato inolvidable para quienes transitaron niñez o juventud en los años sesenta del siglo pasado: El Eternauta. Con los notables dibujos de Francisco Solano López la historieta dejaba a un lado los trillados argumentos habituales y planteaba la saga de Juan Salvo, un sencillo hombre argentino que debe enfrentarse contra unos seres crueles y despóticos que se han apoderado del país y del mundo, seres en los que el lector puede identificar por sus características con los militares golpistas. El argumento fue premonitorio: escrito antes del golpe de 1976 muestra una suerte de anticipo de aquella durísima realidad que se dio en el futuro. Oesterheld y sus cuatro hijas desaparecieron durante la dictadura.

 

Ahora, por estos días, una noticia sacudió la realidad intelectual argentina: la historieta El Eternauta fue traducida al chino mandarín y se publicará en aquel país. La novedad es asombrosa tanto por la enorme labor que demandó la traducción como por el hecho de que la cultura china abreve en un aspecto tan inesperado, al tiempo que se abre un mercado inimaginable en sus posibilidades. Se comprende un poco más cuando vemos que un editor chino, conocido traductor de libros en español, ha dicho que "a partir de un ensayo sobre historietas se descubrió la existencia de una pieza que era presentada como la mayor aventura de ciencia ficción del hemisferio sur y el mejor cómic de la historia de la Argentina".

 

El Eternauta, que será distribuido en las escuelas chinas, llamó la atención de los especialistas orientales por encarnar una contraparte absoluta del acostumbrado héroe norteamericano, una suerte de héroe colectivo en contraste con el otro, siempre individual. Quienes impulsaron esta singular edición comprendieron la amplia metáfora implícita que plantea el argumentista con "una comprensión más profunda del entorno político y social de Argentina" la ubicación temporal del relato.

 

El proyecto contó con el respaldo de la Embajada Argentina en China que, apartándose del acartonamiento burocrático que suele ser frecuente en esos organismos, se avino a promover el intercambio de otras formas culturales. El propio embajador admitió que todavía mantiene en su mente pasajes de la historieta, que conociera en su juventud. "El Eternauta siempre me acompañó", dijo.

 

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