La doble vara para medir monopolios
Llamativamente, el diario Clarín advirtió en una tapa de la presente semana por la posible posición dominante en la que quedaría Netflix adquiriendo otras empresas del rubro cinematográfico y anunció que Trump intervendría en el caso para impedir tal operación.
Lo curioso es que se trata del mismo multimedio que por un lado publica en su portada ese hecho como preocupante y en los límites de la ilegalidad, y por el otro, en el plano local, ejecuta similares prácticas a las que cuestiona en el nivel global.
Desde hace décadas, este grupo ha desplegado sus tentáculos hacia diarios, radios y emisoras de televisión nacionales y regionales, sin respetar ley antimonopólica alguna. Y si hace falta un botón de muestra, La Pampa tiene actualmente el ejemplo en su ciudad capital, soportando una ofensiva que no frena ni con postes señalizados con afiches que marcan que están en infracción.
“Haz lo que yo digo y no lo que yo hago”, parece ser el lema de la megaempresa que maneja Héctor Magnetto. También podría aplicar aquello que “ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio”.
“Porción de mercado”.
Vale recordar que hace unos días, Donald Trump expresó sus dudas sobre la compra del histórico estudio Warner Bros por parte de Netflix. Específicamente, el presidente de Estados Unidos advirtió que el gigante del streaming ya tiene "una gran porción del mercado" y que ello "podría ser un problema".
"Participaré en esa decisión", anticipó en referencia a la decisión que enfrentan los reguladores federales que evalúan el acuerdo de casi 83 mil millones de dólares que incluye también a HBO Max y franquicias como Harry Potter y DC Comics.
Naturalmente, la operación despertó las inquietudes antimonopolio y la indignación entre la élite de Hollywood, Es que la adquisición de Netflix sería la mayor operación en el sector desde que Disney compró Fox por 71 mil millones de dólares en 2019.
La plataforma se encontraría de este modo al frente de un catálogo gigantesco, que incluye las sagas Harry Potter y El señor de los anillos, los superhéroes de DC Studios (Batman y Superman, entre otros) o la serie “Juego de tronos”.
La transacción, en efectivo y acciones a 27,75 dólares por acción de WBD, superó ofertas de competidores como Paramount y Comcast, y marcaría una consolidación definitiva en el mercado, aunque aún pende de aprobaciones regulatorias y la escisión de activos no centrales como CNN y Discovery.
El otro monopolio.
¿Será que Clarín mira la realidad de otros países con una óptica distinta a la del nuestro? Algún día tal vez lo sabremos. Mientras tanto, lo único cierto es que lo mismo que advierten en Estados Unidos es lo que está pasando con ellos en Argentina. Pero la vara para medir unas y otras operaciones parecen ser bien distintas.
La diferencia tal vez radique en los entes reguladores. Sea como sea, se ve que en Norteamérica tienen permitidas un montón de cuestiones -invasiones a otros países o ayudas directas para que se ganen elecciones en otras naciones, por caso- pero en el tema antimonopólico exhiben desde siempre cierta firmeza. En el reino del capitalismo salvaje, al menos algunas reglas respetan.
En nuestro país queda claro que esas mismas regulaciones no existen y las que existen no se aplican, porque el Grupo Clarín siempre tiene algún juez amigo a mano que le facilita un amparo para seguir con sus planes haciendo caso omiso a las leyes locales, además de contar con la ayuda inestable de políticos traidores y gremialistas cómplices.
No contentos con esa posición dominante obtenida en casi todo el país, les quedó pendiente la conquista de Santa Rosa y están empecinados en hacer escarmentar a un pueblo que defiende codo a codo un modelo distinto, con servicios prestados por el movimiento cooperativo.
No tenemos a alguien como Trump para que pose sus ojos sobre este intento por acrecentar aún más una tremenda concentración de medios. Pero hay un vecindario que cuenta con una larga historia de luchas en defensa de sus entidades solidarias. Será apenas un capítulo más de una larga batalla cultural y política.
DANIEL ESPOSITO
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