Martes 26 de agosto 2025

Otro rasgo de crueldad

Redacción 26/08/2025 - 00.16.hs

El escándalo de las coimas en el gobierno mileísta, hermana presidencial incluida, puesto en evidencia nada menos que por un alto funcionario y amigo personal del Presidente, demuestra palmariamente lo que muchos sospechaban y otros, sabiéndolo, no se atrevían a decir: que mayoritariamente se trata de un conjunto de incapaces, ignorantes, ávidos de dinero a cualquier costo, mentirosos al extremo de falsear cualquier detalle y, en definitiva y para usar un término preciso, vendepatrias, especialmente porque para ellos la Patria no es más que una palabra sin contenido alguno. Con desparpajo sacaban presupuesto a los discapacitados mientras recibían coimas de los laboratorios.

 

En todo este más que vergonzoso aparato de corrupción existe, desde luego, una plana mayor de altos funcionarios que muy difícilmente no lo conocieran o que -en una consideración piadosa— al menos lo sospecharan. Pero hay también segundas y terceras líneas de militantes que por su intervención y consentimiento tácito son copartícipes de canalladas, cuyo más repugnante ejemplo es haber enviado niños a la muerte al negarles los remedios por supuestos problemas económicos.

 

¿Pueden alegar inocencia aquellos que justificaban el tremendo empobrecimiento popular diciendo que se trataba de “poner las cuentas en orden”? ¿Y los que en sus bancas legislativas agachan la cabeza avalando iniciativas que llevaban claramente hacia la ruina del país? ¿Y los que decían no saber si los niños enfermos del interior del país tenían algún derecho a tratarse en los hospitales especializados de la capital?¿Y los que miran para otro lado y se hacen los distraídos mientras a poco metros de sus bancas una policía de cobardes, disciplinados por una mandataria acomodaticia e insensible apalean ancianos sin piedad alguna o gasean y tirotean sin discriminación? ¿Y los que aceptaron que el otrora país señero en América Latina en materia de educación, investigación y ciencia despilfarrara el saber de sus integrantes de mayor capacidad, obligándolos a marchar al exterior, en una sangría de cerebros de la que difícilmente nos recuperaremos?¿Y los que entregaron las riquezas del país a manos extranjeras desde sus mandos provinciales, reverenciando al poder central?¿O los que -en fin- hicieron a un lado la metafórica venda de la Justicia para que juzgue solamente con un ojo…?

 

Para estos interrogantes, y otros que surgen a poco de pensar, la respuesta es que no, que no deben ni pueden hacerlo, pero con una salvedad: igualmente lo harán… porque más allá de la cleptocracia que se instaló en el país hay una legión de paniaguados siempre dispuestos a cambiar de ideas en trueque por algún puesto político… y esos constituyen el andamiaje que sostiene a los que marcan el rumbo en instancias superiores.

 

Pruebe el lector hacer una mirada memoriosa hacia las dos o tres administraciones políticas anteriores y verá con sorpresa, asombro tal vez, a una caterva de veletas cuyos nombres se repiten a lo largo de años y más allá del signo político. A ellos y a quienes los promueven a esos cargos –amigos, parientes, socios- no les interesan las capacidades o méritos inherentes al cargo. Todo eso queda postergado por dos elementos: la retribución –legal o no- y el asentimiento a los mandatos que llegan “de arriba”, por absurdos e inhumanos que sean. Esos, con el disimulo consecuente y por su capacidad de adaptación a las circunstancias políticas del momento, sean cuales fueren, son los peligrosos, los portadores de la mediocridad cuyos nombres deben recordarse al momento de hacer listas o posibilitar cargos. Por cierto que comparten el rasgo de crueldad que hay en sus superiores.

 

Pero no veamos solamente la paja en el ojo ajeno. También la ciudadanía en general tiene parte de la culpa, al haber elegido y sostenido hasta la actualidad, sin meditar en cuanto a la oferta política de quienes accedieron al gobierno apelando al dinero y los medios de comunicación cómplices. Ojalá que la durísima experiencia que ejemplifican las coimas denunciadas sirva para reflexionar sobre el futuro.

 

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