Lunes 29 de abril 2024

Un aire de inocencia

Redacción 23/07/2023 - 00.22.hs

El presidente Emmanuel Macron la llamó "un ícono francés". Curioso título para alguien que, como Jane Birkin, había nacido en Inglaterra. La actriz, cantante, compositora y -más recientemente- diseñadora de moda, que murió esta semana en París a los 74 años, había logrado conquistar a los franceses desde fines de la década del sesenta: ellos adoraban incluso el acento británico con el que hablaba el francés.

 

París.

 

Cuanto aterrizó en París a los 22 años, sin hablar una palabra de francés, para actuar en un filme llamado "Slogan", Birkin había vivido más que muchas personas de ochenta. Ya estaba divorciada y tenía una hija (su primer marido era el compositor John Barry, conocido por sus bandas de sonido para películas, especialmente de la serie "James Bond").

 

Tenía, también, una carrera envidiable como actriz, particularmente en el circuito alternativo europeo. Es memorable su actuación en la película de culto "Blow up" del italiano Michelangelo Antonioni, que encapsulaba la vibrante Londres de la época, incluyendo una explosiva participación del grupo The Yardbirds, y un guión vagamente basado en un cuento del argentino Julio Cortázar.

 

Luego había actuado en el filme "Wonderwall", otra perla psicodélica, cuya música original fue compuesta nada menos que por el Beatle George Harrison. Pero la gran fama internacional le llegó cuando, en el set de "Slogan" se entreveró afectivamente con el compositor maduro francés Serge Gainsbourg, que acababa de salir de un tórrido romance con Brigitte Bardot.

 

Yo tampoco.

 

De esa relación trunca Gainsbourg se había quedado con una canción que originalmente cantaría a dúo con la Bardot. Ni lerdo ni perezoso, decidió hacer una re-versión con su nueva amante la Birkin. La canción se llamaba "Je t'aime... moi non plus" ("Te amo... yo tampoco") y fue un éxito arrasador, tanto por las ventas del simple, como por el escándalo que generó en todo el mundo. Tanto así, que en Italia, uno de los productores que distribuyó el simple fue excomulgado por el Papa, y otro pasó un par de meses de prisión por el supuesto delito de "obscenidad".

 

El escándalo pasaba más por la sonoridad de las voces de ambos cantantes, que por la letra en sí: "yo voy y vengo entre tu cintura, yo voy y vengo entre tus caderas, y me atrapas". No era para tanto, ¿no?

 

A este primer éxito le seguiría el memorable disco "Historia de Melody Nelson", considerado una obra maestra del pop francés. De hecho, y aunque la palabra "obsceno" no le queda mal Gainsbourg, su status como compositor es enorme. Otra canción en la que participó Birkin, "Love on the beat" se trataba del sadomasoquismo, con el ritmo marcado por lo que parecían ser golpes contra la cantante. En otra canción suya de la época, el protagonista se solaza leyendo la nota de suicidio dejada por su amante, sólo para corregirle los errores de ortografía.

 

La pareja entre ambos duró casi quince años, y fue un éxito tanto de relaciones públicas (el público francés estaba fascinado) como también desde el punto de vista artístico. Parte del encanto era la belleza etérea y juvenil de Jane, que contrastaba con la virilidad madura de Serge, un empedernido fumador de Gitannes, que en lo físico sólo podía ser definido como feo.

 

Icono.

 

Que Birkin haya conservado su ángel pese a todas estas polémicas, se debe en buena medida a la época que les tocó vivir: tiempos de transgresión y audacia.

 

Juntos tuvieron una hija, Charlotte, quien hoy es también una cantante y actriz de gran renombre. De hecho, debutó como música en dúo con su padre, siendo una niña, interpretando una canción llamada "Lemon incest" ("Incesto limón") que hoy bien valdría un proceso por abuso infantil (casualmente o no, Charlotte Gainsbourg ha actuado reiteradamente con otro notorio perverso, el holandés Lars von Triers).

 

Jane Birkin sobrevivió a todo esto. Incluso a la muerte de su primera hija, Kate Barry, causada por una caída al vacío desde su departamento en el cuarto piso en París. Su belleza y su aire de inocencia la acompañaron en todo momento (en 2018 se presentó por última vez en Argentina, interpretando, una vez más, "Je t'aime... moi non plus").

 

Militante feminista y por las diversidades sexuales, creadora de una cartera que cuesta diez mil euros, dueña de una voz y una presencia escénica inolvidables, su compleja vida es también un reflejo de los tiempos turbulentos que le tocó vivir. Tiempos de una transgresión que, por algún motivo, casi siempre terminaba teniendo como víctimas a las mujeres.

 

PETRONIO

 

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