Un gran error político

En el cambiante panorama político del país cada día se hace más evidente la diáspora que sufre la Unión Cívica Radical por las disidencias internas que la afectan. Ya son numerosos los sectores del viejo partido que naciera bajo la admonición que no podía doblarse aunque se rompiera ideológicamente, que disiente abiertamente o, peor, emigran de sus filas cansados de obrar como furgón de cola y muleta de las barrabasadas del presidente Milei.

En los días que corren se hace evidente el gran error político de la conducción radical: en su afán de derrotar a un peronismo que parecía invencible en las urnas, haberse integrado a una coalición de derechas que evolucionó hacia un ultraliberalismo, que disfraza de política conservadora. Semejante actitud lo llevó a degustar el amargo trago de que su bancada votara contra las universidades (cuya ejemplar reforma en 1918 en cuya concreción tuvo parte el radicalismo) y negociara votos por cargos por parte de algunos de sus representantes en el Congreso. Ese triunfo pírrico al que contribuyeron quedará en la historia, además, por el burlón asado con que se festejó en medio del sufrimiento de la clase pasiva, los jubilados.

Un buen ejemplo de lo dicho podría ser el de la convención radical del partido en nuestra provincia, donde hubo “un generalizado rechazo a las políticas de Milei” y abundaron las críticas al gobierno provincial, dejando de lado que varias de ellas se originaron en la coalición en el gobierno.

Acaso la voz más clara en la reunión fue la de la diputada nacional Marcela Coli, quien, recodando que la gota ya desborda el vaso, expresó sin ambages que “Milei busca pulverizar a la UCR”.