Lunes 30 de junio 2025

Vocación por los papelones

Redacción 29/10/2024 - 00.20.hs

Sin exagerar, y ateniéndonos a los hechos, podría decirse que el actual gobierno tiene una especie de vocación por los papelones, y si son de nivel internacional, mejor. No es una expresión de deseos, porque basta examinar la, digamos, currícula en la materia y refiriéndonos solamente a los más importantes se ve la sustentación de lo dicho.

 

Como inicio, se podrían considerar los insólitos calificativos del presidente Milei a países tradicionalmente considerados como amigos; recordar si no lo relativo a Colombia, Brasil, Venezuela y España, país este último en el que estuvo muy cerca de ser declarado “persona non grata” y que optó por retirar a su embajador en Argentina. Aproximadamente, de la misma jerarquía fueron los calificativos que, desde los mismos inicios de su gobierno, prodigó a China continental debido a su condición de socialista. Paradójicamente, y como si nada, es el mismo gobierno al que acudió para un préstamo en un apuro económico.

 

Pero, comparados con los demás, a esos errores podría considerárselos menores porque, ¿qué decir del funcionario de la Cancillería argentina que, después de exagerar la ingesta de los aparentemente buenos vinos del embajador inglés, firmó un vergonzoso acuerdo en cuanto a derechos británicos en Malvinas? ¿Y la sugerencia de la actual ministra de Seguridad acerca de la posibilidad de cambiar el reclamo por las islas a cambio de vacunas durante la epidemia de Covid? Precisamente, la misma ministra que en su última conferencia de prensa presentó como un triunfo de su área la identificación de los presuntos terroristas iraníes relacionados con la explosión en la embajada de Israel, utilizando de paso fotografías de esos personajes conocidas desde hace dos años…

 

Pero siguiendo un orden creciente en la magnitud del tema, ¿es concebible algo de mayor trascendencia negativa que la lectura del mensaje presidencial en las Naciones Unidas basado en un plagio desvergonzado que, además, tenía notorios antecedentes locales al respecto?

 

Se diría que esos botones bastan para una larga e insuperable muestra. Pero no; hay algo que bien podría decirse que lo supera: es que la Cancillería (o sea el Ministerio de Relaciones Exteriores) hizo público un comunicado en el que se aceptaba el nombre que los ingleses dan a las Islas Malvinas: Falkland. Por más que el escrito fue borrado de los medios virtuales cuando el periodismo advirtió tamaño error, la primera reflexión, inevitable por otra parte, fue la absoluta falta de respeto para con el recuerdo de los soldados argentinos muertos en el lejano y usurpado territorio. Después, claro, el pensamiento de cómo puede el área de Relaciones Exteriores no advertir semejante desatino, por más que posteriormente se comunicara la búsqueda del responsable (que no apareció) para sancionarlo con la máxima dureza.

 

Pero si bien se mira, la expresión no desentona con actitudes anteriores: la escala en Buenos Aires del avión con un alto funcionario inglés; el convenio sobre pesca y posible explotación petrolera; la prohibición de vuelos regulares desde nuestro país o, en fin, la compra de vetustos aviones de guerra sin dotación electrónica moderna ya que la misma fue vetada por Gran Bretaña.

 

Va de suyo entonces que está lejos de ser patriótico todo lo que se oculta “tras un manto de neblina”.

 

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