Martes 09 de abril 2024

Una madre se encadenó en Ciudad Judicial por su hijo

Redacción 26/04/2018 - 09.25.hs

Carina Pintos se encadenó en la Ciudad Judicial para que no trasladen a su hijo a la cárcel federal de Senillosa. Ella y su abogado, Omar Gebruers, piensan que la vida del joven corre peligro.
Una mujer de 40 años se encadenó en la tarde de ayer a una baranda de la Ciudad Judicial de Santa Rosa. Reclama que el juez de Ejecución Penal, Martín Saravia, no traslade a su hijo, Carlos Nahuel Díaz Pintos de 23 años, a la cárcel federal de máxima seguridad de Senillosa, Neuquén. La madre teme que, si finalmente se efectúa el traslado, la vida de su hijo corra peligro.
Díaz Pintos estuvo preso en la Unidad 4 del Servicio Penitenciario Federal de Santa Rosa, pero fue trasladado en su momento a la Alcaldía de esta misma ciudad por su seguridad, ya que recibía reiteradamente apremios y torturas por parte de los penitenciarios.
En la mañana de ayer, el juez Saravia dio la orden para que el joven termine su condena en Senillosa, y Carina Pintos, su madre, piensa que "si lo mandan de nuevo a una cárcel federal lo van a matar".
Esta cárcel, además, tiene la característica de recluir a personas por delitos de índole sexual, pero Díaz Pintos cumple una condena por "agresión".
El abogado defensor de la familia, Omar Gebruers, ante esta situación, interpuso un recurso para que sea trasladado a General Pico, ya que "esa alcaldía se había mostrado interesada en recibirlo". Esperan que en el día de hoy el juez tome esta decisión y no lo deriven afuera de la provincia. "No sabemos qué es lo que va a pasar", manifestó el abogado.

 

Apremios ilegales.

 

Una de las pruebas que utilizó Gebruers para defender la integridad física de Carlos Díaz Pintos es un video filmado por policías, donde asegura que se puede ver al joven recibiendo disparos de balas de goma en el pecho con una escopeta, a 30 centímetros de distancia, mientras se encontraba dentro de su celda. Luego, según el testimonio del abogado, se observa que ingresan y lo golpean salvajemente.
Gebruers dijo que además de esto, "ha sufrido cortes con cuchillos, costillas quebradas, patadas y golpes con cachiporras" a lo largo de las distintas unidades en las que ha estado.
Desde hace 15 días se encuentra en la Alcaldía de Santa Rosa "engomado", es decir "en un calabozo, sin luz, sin ventanas, acostado porque no hay espacio para pararse, rodeado de su propia materia fecal y atado", según dijo el abogado.
Pintos, por su parte, contó que su hijo, en los dos años y dos meses que lleva sin libertad, es maltratado, golpeado y torturado una y otra vez por el personal carcelario. "La policía le pega todo el tiempo y no lo dejan hacer conducta, lo tienen de un lado para otro, lo encierran, lo engoman, lo tienen sin luz y le quitan las pertenencias", lamentó.
El joven primero estuvo en la Unidad 4, luego lo pasaron a la Alcaldía de Santa Rosa, de ahí fue trasladado a la comisaría de Anguil, posteriormente lo mandaron a la Alcaldía de Acha, después a la comisaría del barrio Plan 5000, luego a una comisaría en General Pico, nuevamente a la Alcaldía de Santa Rosa, y ahora lo trasladarían a Neuquén.
"Me siento muy mal. Hablé con mi hijo y está esperando para ver qué terminan haciendo con él, está mal, está pidiendo ayuda hace mucho y nadie aparece. La verdad que si lo terminan mandando lo van a matar", dijo Carina, ayer por la tarde, atada con una cadena, casi entre lágrimas.

 

El condenado.

 

En agosto del 2015, Carlos Díaz Pintos fue condenado a seis años de prisión, junto a Denis Torino, de 20 años, y Nicolás Torino, de 18 años, por el delito de "lesiones graves y gravísimas en agresión, agravadas por el uso de arma de fuego sin la debida autorización legal", a raíz de una disputa ocurrida el 3 de septiembre del 2014 en el barrio Peñi Ruca.

 

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