Lunes 29 de abril 2024

En la lengua de Shakespeare

Redacción 05/11/2014 - 04.57.hs
Subir al escenario y sacarse los miedos fue uno de los objetivos de la jornada de teatro del colegio Santo Tomás. Los "actores y actrices" hicieron tres obras íntegramente habladas en inglés.

Drácula, Frankestein y La leyenda del jinete sin cabeza fueron los clásicos elegidos para preparar los disfraces, los actos y las frases de cada uno. El trabajo previo insumió muchas horas y los nervios antes del debut hicieron temer una mala pasada, pero cuando el telón se corrió todo funcionó de la mejor manera. "No es lo mismo ensayar que subir al escenario y ver toda la gente. Tenés miedo de olvidarte de lo que tenés que decir o equivocarte, pero cuando ves que todo sale bien te da una gran alegría", reconoció Paz, de 9 años.
Los chicos y chicas del segundo ciclo (4°, 5° y 6° año) del nivel primario del colegio Santo Tomás de Santa Rosa fueron los protagonistas hace unas semanas de "El día del teatro", un proyecto institucional que se realiza desde hace varios años y que tiene distintos objetivos.
"Ellos leen obras adaptadas para su nivel. Este año el tema elegido fue el terror y el suspenso porque tenía que ver con la idea de sacarse los miedos de cada uno y expresarse en el escenario, para poder enfrentar esos miedos con las mejores armas que uno tenga", explicó Silvia Morquin, directora del área de Inglés del establecimiento educativo.

"Estuvo bueno porque sirve para sacarte la vergüenza. Están todos tus familiares y compañeros y vos querés que salga bien. Además al ser obras adaptadas usás palabras del vocabulario de ese idioma que por ahí no son tan habituales en la clase", contó Facundo (11).
La sala del teatro Español lució a tope y, por supuesto, no todos entendían la lengua inglesa, por eso se hizo una introducción en cada caso. "Antes de las obras se hizo un relato en castellano y hubo una presentación para la gente que no entendía nada de inglés. Se hace una introducción para explicar el argumento y no perder el hilo porque si no, puede resultar aburrido", detalló Brisa (11).

 

Si bien Inglés es una materia obligatoria de la currícula del colegio, el hecho de estudiarla bajo esa modalidad genera un atractivo mayor. "Es más divertido hacer obras de teatro porque aprendés actuando. Te engancha más y le ponés más onda para aprender; es una manera más entretenida de aprender el lenguaje, como si fuera un juego", afirmó Agustín (10). "Y sí, mucho mejor que estar sentado leyendo un libro", añadió entre risas Paz, que fue una de las protagonistas de "Sleepy Hollow" ("La leyenda del jinete sin cabeza", que tuvo una gran adaptación en el cine con la dirección de Tim Burton y la actuación de Johnny Deep).

 

El proyecto persigue la intención de mostrar lo aprendido y, a la vez, exhibe valores que son importantes para el desarrollo de los alumnos. "A las obras las elegimos el año pasado y luego las leímos y las empezamos a adaptar al teatro. De cada una sacamos los valores que transmiten: la lucha del bien contra el mal; que cada acto nuestro tiene sus consecuencias; el poder, quién lo tiene y cómo se debe manejar. Tratamos de que los chicos entiendan e incorporen estos valores para sí mismos, porque son cosas que les van a servir para la vida", indicó Morquin.
A medida que avanzó la función, los chicos y chicas se fueron soltando. "Hubo varios que se animaron y se pusieron a bailar, con música hip hop y temas modernos, otros cantaron alguna canción. Estuvo muy divertido y a la gente le gustó mucho", resaltó Paloma (11), dejando en claro que el objetivo de sacarse los temores se cumplió claramente.

 

"Se trabajó en la fonética, los sonidos, la entonación, el uso de la lengua. Fue un desafío porque una cosa es hacerlo en tu idioma, pero otra en uno que recién estás aprendiendo", sostuvo Ariadna (10).
"Cuando ensayás decís 'no voy a estar nerviosa', pero en el momento... te agarra un poco de nervios. Lo bueno del proyecto es que ayuda mucho a trabajar en equipo, a respetar los tiempos del otro, a ayudar al compañero si se olvidó la letra", expresó Paz.
Si bien los trajes fueron un aspecto destacado de la puesta en escena, se buscó evitar gastos extras de las familias ya que la atención de la jornada se centró en otros aspectos. "Si alguien no tenía disfraz otro se lo prestaba. Yo lo hice en casa con lo que tenía porque nos pidieron que gastemos lo menos posible, que sea una producción casera", dijo Agustín.

 

"Lo importante es lo que dicen y hacen los chicos y no la ropa que tienen, por eso les pedimos que usen cosas que tenían en casa, que reciclen, que sea algo que no signifique un gasto extra. Lo mismo la escenografía, simplemente usamos nuestras herramientas para que se haga una actividad diferente", aclaró Morquin.
Las docentes Laura y Moira (4°), Maggie y Clementina (5°) y Regina y Ana (6°) fueron claves a lo largo de todo el trabajo, que tuvo su punto cúlmine en el teatro Español pero que implicó todo un camino previo.
"Las profes nos re ayudaron porque nos hicieron muy divertidos todos los ensayos. Nos decían que si te equivocabas no había problema, porque lo importante era sacarse la timidez y divertirse", señaló Paloma, contenta por una jornada en la cual, además de aprender y divertirse, "jugaron a ser actores". Y en el idioma de Shakespeare.

 


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