Agostina Caliba, una de las más destacadas atletas con discapacidad
Redacción 23/09/2015 - 03.57.hs
Agostina Caliba se destaca como atleta en silla de ruedas. Fue preseleccionada para la selección argentina y apunta a los Juegos Parajuveniles de Río de Janeiro 2017, un sueño para cuando cumpla los 16.
De su bolsillo derecho del pantalón sobresale un moderno teléfono celular. Si se le pregunta sobre el colegio y el estudio, eleva las cejas y pone cara de "fiaca". Y sonríe pícara cuando su entrenadora asegura que "no para" y que, apenas puede, se va al centro con sus tías para pasar todo el tiempo que pueda. Con 14 años, Agostina hace las cosas que entretienen a cualquier adolescente, y su rutina solo se altera cuando debe concentrarse para ser rápida, hábil y fuerte.
Agostina Caliba es una de las deportistas con discapacidad motora más destacadas de la provincia y el país. Nació con una malformación congénita pero gracias a sus ganas y empuje en pocos días competirá por tercer año consecutivo en los Juegos Evita de Mar del Plata, fue convocada para la Selección argentina y apunta a su gran sueño: los Parajuveniles de Río de Janeiro 2017.
"Compito en carrera en silla de ruedas, en 80 metros, y en lanzamiento de bala. Lo que más me gusta es correr. En los últimos Juegos Epade vinieron de Fadesir (Federación Argentina de Deportes en Sillas de Ruedas) y me seleccionaron para la preselección juvenil, así que empecé a viajar a Buenos Aires para entrenar en el Cenard", contó Agostina en un descanso de una competencia que la tuvo como protagonista en el predio de atletismo de la laguna Don Tomás.
Romina Iglesias es la entrenadora. Las dos pasan horas juntas y esa convivencia se intensificó con los viajes. "Agostina empezó de chica a hacer deporte y eso está bueno, es una ventaja porque no es habitual. Para los Juegos de Río va a tener 16 años así que va a entrar justo por la edad; ojalá se le pueda dar", se ilusiona.
Agostina cursa en 3er. año del colegio secundario 9 de Julio y recibe apoyo escolar y Educación Física en la Escuela 1 de Irregulares Motores. Su discapacidad no le impide en absoluto ser muy inquieta, una característica que puede potenciarse una vez que reciba la prótesis que le permita reemplazar los bastones que utiliza diariamente.
"¡Más inquieta todavía no! No para nunca, juega al fútbol en la calle, anda todo el día paseando, no sabés lo que es", se alarma entre risas Romina. En realidad la prótesis debió estar lista hace tiempo, pero las dos que le enviaron anteriormente desde una ortopedia, no funcionaron.
"Estoy esperando, las otras veces no funcionaron. Espero que la próxima sí", dice Agostina. "Nací con un pie chiquito y con solo cuatro dedos, así que a los tres años me operaron. Dejar los bastones me va a dar más autonomía para andar, pero habrá que ver cómo me acostumbro a la prótesis", plantea.
Además de la deportiva, Agostina tiene otra faceta: actriz. El año pasado fue protagonista de la película "El Hombre Bala", un micrometraje que fue hecho por los alumnos y docentes de la Escuela de Irregulares Motores de Santa Rosa. El filme se estrenó el 4 de diciembre, en el marco de la Semana de la Discapaci-dad, en la sala del cine Amadeus.
"Estuvo bueno, aunque fue difícil actuar ante la cámara. Cuando me vi en la pantalla del cine me puse re nerviosa", recordó Agostina sobre la película que se basó en la novela "El Hom-bre Bala", de Horacio Ló-pez, aunque el guión se elaboró con los alumnos y se respetaron las modificaciones e intervenciones que ellos propusieron.
"Una de las premisas fue intentar un cambio de la mirada hacia las personas con discapacidad. Donde la historia que ellos nos cuentan sea lo que nosotros seamos capaces de ver y no las dificultades que ellos puedan tener. Creemos que 'El Hombre Bala' puede ser una semilla para seguir trabajando en este sentido", destaca en su fundamento el proyecto, que espera ser reestrenado y exhibido en las escuelas de la provincia.
Agostina vuelve a la pileta del club All Boys donde se realizan las competencias de natación de los Juegos Deportivos Pampeanos para atletas con discapacidad. Allí alienta y se entretiene mientras no deja de prestarle atención a las notificaciones del celular. El 5 de octubre comienzan los Evita y ella espera con ansiedad esa fecha.
"Los Juegos están bárbaros, te hacés amigos de distintos lugares del país y conocés un montón de gente. Además compito con los que tienen mejor nivel", resaltó Agostina, que en diciembre viajará a Mendo-za junto a la preselección argentina.
Tanto Agostina como Romi-na destacaron el apoyo para viajar y entrenar en Buenos Aires. "De la Subse-cretaría de Juventud y De-portes de la provincia nos ayudan mucho, le compraron la ropa y dispusieron de una camioneta particular para ir al Cenard. No es fácil llegar a Retiro y mo-verse con dos sillas de ruedas (una para andar y otra para competir), los bastones, los bolsos. Era complicado. En un principio Germán Miskoff consiguió la silla para Agostina y ahora tenemos ese apoyo, además de la Escuela de Irregulares Mo-tores que me da las licencias para poder viajar", señaló la entrenadora.
Todavía falta para pensar en un futuro profesional, pero Agostina no duda: le gustaría ser maestra jardinera. "Sería re lindo, aunque son cinco años de estudio. Veremos", dice despreocupada, con la mente en otra cosa, en la del mundo adolescente. Como cualquiera a los 14.
De su bolsillo derecho del pantalón sobresale un moderno teléfono celular. Si se le pregunta sobre el colegio y el estudio, eleva las cejas y pone cara de "fiaca". Y sonríe pícara cuando su entrenadora asegura que "no para" y que, apenas puede, se va al centro con sus tías para pasar todo el tiempo que pueda. Con 14 años, Agostina hace las cosas que entretienen a cualquier adolescente, y su rutina solo se altera cuando debe concentrarse para ser rápida, hábil y fuerte.
Agostina Caliba es una de las deportistas con discapacidad motora más destacadas de la provincia y el país. Nació con una malformación congénita pero gracias a sus ganas y empuje en pocos días competirá por tercer año consecutivo en los Juegos Evita de Mar del Plata, fue convocada para la Selección argentina y apunta a su gran sueño: los Parajuveniles de Río de Janeiro 2017.
"Compito en carrera en silla de ruedas, en 80 metros, y en lanzamiento de bala. Lo que más me gusta es correr. En los últimos Juegos Epade vinieron de Fadesir (Federación Argentina de Deportes en Sillas de Ruedas) y me seleccionaron para la preselección juvenil, así que empecé a viajar a Buenos Aires para entrenar en el Cenard", contó Agostina en un descanso de una competencia que la tuvo como protagonista en el predio de atletismo de la laguna Don Tomás.
Romina Iglesias es la entrenadora. Las dos pasan horas juntas y esa convivencia se intensificó con los viajes. "Agostina empezó de chica a hacer deporte y eso está bueno, es una ventaja porque no es habitual. Para los Juegos de Río va a tener 16 años así que va a entrar justo por la edad; ojalá se le pueda dar", se ilusiona.
Agostina cursa en 3er. año del colegio secundario 9 de Julio y recibe apoyo escolar y Educación Física en la Escuela 1 de Irregulares Motores. Su discapacidad no le impide en absoluto ser muy inquieta, una característica que puede potenciarse una vez que reciba la prótesis que le permita reemplazar los bastones que utiliza diariamente.
"¡Más inquieta todavía no! No para nunca, juega al fútbol en la calle, anda todo el día paseando, no sabés lo que es", se alarma entre risas Romina. En realidad la prótesis debió estar lista hace tiempo, pero las dos que le enviaron anteriormente desde una ortopedia, no funcionaron.
"Estoy esperando, las otras veces no funcionaron. Espero que la próxima sí", dice Agostina. "Nací con un pie chiquito y con solo cuatro dedos, así que a los tres años me operaron. Dejar los bastones me va a dar más autonomía para andar, pero habrá que ver cómo me acostumbro a la prótesis", plantea.
Además de la deportiva, Agostina tiene otra faceta: actriz. El año pasado fue protagonista de la película "El Hombre Bala", un micrometraje que fue hecho por los alumnos y docentes de la Escuela de Irregulares Motores de Santa Rosa. El filme se estrenó el 4 de diciembre, en el marco de la Semana de la Discapaci-dad, en la sala del cine Amadeus.
"Estuvo bueno, aunque fue difícil actuar ante la cámara. Cuando me vi en la pantalla del cine me puse re nerviosa", recordó Agostina sobre la película que se basó en la novela "El Hom-bre Bala", de Horacio Ló-pez, aunque el guión se elaboró con los alumnos y se respetaron las modificaciones e intervenciones que ellos propusieron.
"Una de las premisas fue intentar un cambio de la mirada hacia las personas con discapacidad. Donde la historia que ellos nos cuentan sea lo que nosotros seamos capaces de ver y no las dificultades que ellos puedan tener. Creemos que 'El Hombre Bala' puede ser una semilla para seguir trabajando en este sentido", destaca en su fundamento el proyecto, que espera ser reestrenado y exhibido en las escuelas de la provincia.
Agostina vuelve a la pileta del club All Boys donde se realizan las competencias de natación de los Juegos Deportivos Pampeanos para atletas con discapacidad. Allí alienta y se entretiene mientras no deja de prestarle atención a las notificaciones del celular. El 5 de octubre comienzan los Evita y ella espera con ansiedad esa fecha.
"Los Juegos están bárbaros, te hacés amigos de distintos lugares del país y conocés un montón de gente. Además compito con los que tienen mejor nivel", resaltó Agostina, que en diciembre viajará a Mendo-za junto a la preselección argentina.
Tanto Agostina como Romi-na destacaron el apoyo para viajar y entrenar en Buenos Aires. "De la Subse-cretaría de Juventud y De-portes de la provincia nos ayudan mucho, le compraron la ropa y dispusieron de una camioneta particular para ir al Cenard. No es fácil llegar a Retiro y mo-verse con dos sillas de ruedas (una para andar y otra para competir), los bastones, los bolsos. Era complicado. En un principio Germán Miskoff consiguió la silla para Agostina y ahora tenemos ese apoyo, además de la Escuela de Irregulares Mo-tores que me da las licencias para poder viajar", señaló la entrenadora.
Todavía falta para pensar en un futuro profesional, pero Agostina no duda: le gustaría ser maestra jardinera. "Sería re lindo, aunque son cinco años de estudio. Veremos", dice despreocupada, con la mente en otra cosa, en la del mundo adolescente. Como cualquiera a los 14.
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