Violencia política

El pasado 23 de febrero, el Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém Do Pará (Mescvi) de la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció su próxima visita a nuestro país, motivada por los hechos de violencia de política contra las mujeres acaecidos en el último tiempo.

 

*VICTORIA SANTESTEBAN

 

La visita oficial de un Comité de Expertas de MESECVI tendrá lugar del 1° al 3 de marzo a los fines del abordaje de los casos preocupantes de violencia política padecidos por funcionarias y dirigentes argentinas, entre ellos, el intento de magnicidio-femicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández, las acciones misóginas de integrantes de Juntos por el Cambio hacia la titular de la Cámara de diputados y Diputadas, Cecilia Moreau, las declaraciones lesbofóbicas del ex senador Pichetto sobre la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, la persecución a mujeres radicales en Catamarca, la persecución judicial y encarcelamiento a Milagro Sala.

 

El MESECVI ya se había pronunciado en relación al intento de magnicidio contra CFK, calificándolo como "una grave expresión de violencia contra las mujeres y contra el sistema democrático", y expresó una "profunda preocupación frente a los discursos de odio en el espacio público, en especial aquellos basados en estereotipos de género, que a partir de la violencia simbólica abonan el terreno para otras formas de violencias contra las mujeres". Sobre los agravios misóginos realizados por Cristian Ritondo y demás legisladores del PRO contra Cecilia Moreau el pasado 1° de diciembre, el organismo definió a las acciones denunciadas como violencia política contra las mujeres, que debilitan la democracia al reemplazar el debate con argumentos por insultos y gestos violentos, además de evidenciar la escalada de agresiones a mujeres que ejercen cargos en política.

 

Visita.

 

La visita técnica del MESECVI para prestar asistencia será la primera misión de estas características en nuestro país, y tendrá por objeto realizar recomendaciones para la erradicación de la violencia de género política. A su vez, la visita es oportunidad para la difusión de los estándares de la Ley Modelo para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la vida política, comprensiva de definiciones, parámetros y pautas ofrecidas por MESECVI a los Estados para generar su propia legislación y políticas.

 

Violencia.

 

En el caso de Argentina, la Ley 26.485 Protección Integral hacia las Mujeres de 2009 fue modificada diez años después para agregar la violencia de género de tipo y en su modalidad política. La ley distingue a la violencia política contra las mujeres como aquella dirigida "a menoscabar, anular, impedir, obstaculizar o restringir la participación política de la mujer, vulnerando el derecho a una vida política libre de violencia y/o el derecho a participar en los asuntos públicos y políticos en condiciones de igualdad con los varones".

 

A su vez, la ley incorpora como modalidad de violencia contra las mujeres a la violencia pública-política, entendida como aquella que, fundada en razones de género y mediando intimidación, hostigamiento, deshonra, descrédito, persecución, acoso y/o amenazas, impida o limite el desarrollo propio de la vida política o el acceso a derechos y deberes políticos.

 

Entre los trabajos preparatorios que dieron lugar a estas modificaciones, se ubica una encuesta realizada a políticas argentinas que señaló que el 83% de las encuestadas habían sufrido violencia política por razones de género. Y en cuanto a las situaciones de violencia destacadas, se ubicaron el acoso sexual y las descalificaciones por sus atributos físicos y vestimenta.

 

En 2021, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) presentó el informe "Violencia política por razones de género: hallazgos de la investigación en la Legislatura de CABA 2021" que cuantifica que el 77 por ciento de las mujeres consultadas dijo haber sufrido violencia política por motivos de género, en el 94 % de los casos los agresores fueron varones, al 82 % le afectó su bienestar psicológico/emocional, el 59 % fue violentada por alguien de su mismo partido y el 47 % advirtió que el agresor no sufrió ninguna consecuencia.

 

Democracia.

 

La violencia política contra las mujeres es estrategia patriarcal para continuar postergando nuestra participación en el espacio público y así, relegarnos a lugares de nula decisión y liderazgo, de inexistencia política y desapercibida participación, perpetuándonos la pretensa dirigencia como reinas del hogar o de la primavera. Con 40 años de democracia interrumpida, entre los desafíos políticos actuales reside urgente el desmantelamiento de estas estructuras que se resisten a la participación pública de mujeres y diversidades. Frente al machismo antidemocrático, se reafirman los compromisos innegociables: Nunca Más y Ni Una Menos.

 

*Abogada, Magíster en Derechos Humanos y Libertades Civiles