ENTREVISTA. La garra golpista
El politólogo Atilo Borón, Premio José Martí de la Unesco en este año, analiza las amenazas y desafíos para América Latina y los discursos desestabilizadores de las corporaciones político-mediáticas que acechan a los gobiernos populares.
-¿Cómo analiza este alineamiento de los sectores golpistas de cada país y el rol que el imperio norteamericano tiene en este escenario?
-Creo que estos golpes obedecen a varios factores: uno muy importante es el cambio de la situación política interna en América Latina con un avance muy fuerte de los movimientos populares que se organizan a fines del siglo pasado. Tienen una capacidad de presión y eso genera un clima político en la región que no sabemos cuanto puede durar pero en todo caso las manifestaciones de renovación en este clima político se ve en la emergencia de gobiernos como el de Chávez (Venezuela), Correa (Ecuador), Morales (Bolivia), Lugo (Paraguay) y Ortega (Nicaragua); que representan fuerzas sociales que durante mucho tiempo fueron reprimidas y no tenían mucho peso en la región. Esta creciente reafirmación de izquierda o de una izquierda moderada, el caso de los Kirchner en Argentina, Lula (Brasil), Tabaré Vázquez (Uruguay); predispone a los sectores de derecha al golpe de estado. Otro factor es el cambio en el escenario internacional; el retraimiento de EEUU y reconcentración en América Latina considerada como una zona de interés prioritario desde el punto de vista militar y económico. No tanto en los mercados latinoamericanos pero es una región pletórica de toda clase de recursos naturales y estratégicos. En este sentido las viejas tesis que iban surgiendo en la época de Clinton que fueron toleradas por el gobierno de Bush Jr. en lo que se llama la cláusula democrática de la OEA (Organización de Estados Americanos) fueron totalmente dejadas de lado y en ese sentido, es decisivo leer las diferentes entrevistas que se le hicieron a Zelaya donde explica cómo EEUU lo abandonó a mitad de camino. EEUU opta por el golpe militar y puede ser que ese sea el camino futuro para este país en la medida que América Latina persiga los caminos emancipadores que algunos países están buscando.
-¿Son los mismos actores que formaron parte de los golpes militares en la década de los 70?
-En gran medida sí, en el caso de Honduras es la vieja oligarquía hondureña. Son algunos sectores que apoyan al golpe. Esta oligarquía tiene un sistema de dominación que incluye medios de comunicación, bancos, etc. Tiene control de los principales elementos que hacen a un sistema de dominación y esto con el apoyo de EEUU. Ese golpe no se puede haber imaginado sin este apoyo. Cuando digo EEUU no me refiero a Obama, él dentro de las relaciones de poder es una figura comparativamente débil, sino los que realmente mandan. Eso que alguna vez fue públicamente denunciado por un presidente norteamericano, Eisenhower en 1961. El complejo militar industrial que es el que toma las grande decisiones como el de plantear una propuesta de regresión de Honduras a la condición anterior y bajo esas condiciones el golpe era una opción justificada.
-¿Podría haber un golpe de estado en países más poderosos de la región como lo son Brasil, Argentina o Venezuela?
-Es más difícil, no diría que no es imposible. Esto no quita que sin golpe de estado no podría llegar a haber un proceso de militarización de la vida política y social, una inclinación del péndulo político hacia la derecha acompañado por la criminalización de la protesta social.
-El rol de los medios de comunicación son una herramienta fundamental para los golpistas, ¿cómo analiza el papel que tuvieron en Honduras teniendo en cuenta también el que tuvieron en el golpe a Venezuela y la posterior evolución que tuvieron los gobiernos frente a estos medios golpistas?
-Los medios en Honduras están controlados por los sectores golpistas. La derecha tradicional, latifundistas son los que tienen los medios. Ellos hablaron de un recambio presidencial y fueron los que acuñaron la expresión de "interinato" para referirse al golpe de estado y ahí se plegó también la CNN. Primero no informó el mismo domingo que sucedió el golpe y cuando empezó a transmitirlo se plegó a la tesis que era un gobierno interino. Esa tesis fue exaltada y elevada a nivel de postura oficial por la misma Hillary Clinton. Los medios tuvieron un papel de distorsión, como también lo tuvieron en Venezuela. Hoy en día tenemos que asumir que los medios masivos de comunicación están cumpliendo un papel reaccionario. El día de mañana puede que se pretenda lograr una evolución como por ejemplo acá en Argentina con la nueva Ley de Medios. Propiciar sobre la democratización es otra cosa pero hoy por hoy desempeñan un papel oscuro tergiversando la información. Hay una clara animosidad política de los medios hacia estos gobiernos de centroizquierda o izquierda. Lo mismo pasa en el caso de Lula un gobierno que yo diría abiertamente capitalista, los medios le siguen pegando, porque prefieren tener alguien de mayor confianza que él. Lo mismo pasa en Argentina, no porque haya un desacuerdo fundamental. No lo hay entre Kirchner y los poderes mediáticos. De hecho fueron socios hasta hace menos de un año. La diferencia ahora no fue motivada por el amor a la libertad de expresión sino porque no hubo un acuerdo en lo económico en los negocios que estaban haciendo entre el poder político y los grandes medios, sobre todo con Clarín.
-¿Cuáles son los "clichés" desestabilizadores que estos medios utilizan?
-En muchos casos tiene que ver con poderes reales. Por ejemplo denuncian la corrupción pero lo hacen cuando no se ponen de acuerdo en los negocios. La corrupción no es mayor ahora que la que había en 2004 o 2005 sin embargo ahora parece que es un tema central. El tema favorito ahora es el de la libertad de expresión como un elemento fundamental de la democracia. Pero los medios de comunicación no representan la libertada de expresión, representan un negocio. Los medios son un negocio y como tal necesitan condiciones que a veces los gobiernos facilitan y otras veces no. Cuando no los conceden lanzan sus campañas. La gran excusa es la libertad de expresión. Ahí tenemos a la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) haciendo la tarea de coordinación de todos esos esfuerzos a nivel continental. Pero la SIP no desempeñó ningún papel en la época de las dictaduras en América Latina y tampoco en el caso de Honduras. Allí mataron a periodistas, clausuraron medios y no dijo ni una sola palabra.
El país que más ha arremetido contra los medios en América Latina es Perú. Mucho más que Venezuela, que Ecuador. Donde además había causales de fondo que exigían intervenciones del gobierno con violaciones a la legalidad que hace la naturaleza de los medios audiovisuales y a la prensa. Pero en el caso de Perú, que es un gobierno amigo, no mereció ningún comentario de la SIP. Además se sabe desde hace cuarenta años que la SIP es un organismo controlado por la CIA.
-En este clima golpista se evidencia el rol de los organismos internacionales que tampoco pueden garantizar ningún tipo de democracia.
-Si hay algo que quedó más que evidente en estas últimas crisis de Honduras es que los organismos internacionales no tienen ninguna gravitación. Si Clinton se dio el lujo de bombardear Europa (Kosovo) pasando por encima del Consejo de Seguridad imaginate lo que no puede hacerse en América Latina. La Asamblea General y la OEA ordenó la restitución de Zelaya y es como si escucharan llover. Estos organismos sólo funcionan en la medida en que expresan las ideas de los países dominantes. En la medida que el imperialismo tenga otra política esos organismos no tienen ningún peso real. La OEA pudo sostener cuarenta y nueve años un bloqueo contra Cuba porque se respalda siempre en la iniciativa americana. En el momento que la OEA se aparta de esa iniciativa y exige, como lo hizo su Secretario General José Manuel Insulza, la restitución del cargo a Zelaya este organismo demuestra su ineficacia. Es una organización pantalla de EEUU.
-¿Unasur que rol puede llegar a tener en este contexto?
-Depende del apoyo que tenga los gobiernos clave en América Latina, Brasil, Venezuela y Argentina. Si esos tres gobiernos se ponen de acuerdo de hacer una organización internacional efectiva y actuante va a poder tener algún margen. Por ejemplo ahora va a tener el rol de fiscalizar las bases militares en Colombia. Vamos a ver si lo va a poder hacer, ese va a ser el dato crucial.
-Las bases militares que se están instalando en Colombia, que también están en Panamá y El Salvador, la reactivación de la IV Flota que estaba suspendida desde la posguerra y los radares en las islas de Aruba y Haití son parte de un círculo que apunta a Venezuela, ¿Ud. ve la posibilidad en el corto plazo de una invasión a este país?
-El imperio va a ser una invasión por la vía de lo que se llama un "Proxy", es decir, algún agente sustituto que lleve a cabo la operación. Esa invasión no la va a hacer directamente EEUU, lo que sí va a haber es la creciente presencia de paramilitares colombianos y luego eventualmente tropas regulares del ejército colombiano. Pero básicamente lo van a hacer con paramilitares a través de por ejemplo sabotajes o atentados terroristas. No creo que, por lo menos en la primera fase del conflicto, se produzca una invasión de marines norteamericanos a apoyar a Colombia pero no hay que descartarlo tampoco.
-También está la amenaza de un posible golpe de estado en Paraguay...
-Claro, hay una catarata de noticias denunciando esa eventualidad. Paraguay es un gobierno sumamente débil. Lugo casi no tiene representación parlamentaria y otro país que está en la cuerda floja es Guatemala. A principios de año crearon un incidente en el que se acusó al Presidente de un asesinato, un delito común. Lo cual, obviamente fue un montaje de la CIA y de los servicios que están actuando muy a fondo. Una de las grande preocupaciones que hay en Ecuador, Bolivia y Venezuela es el grado de penetración que la CIA había logrado desde hace mucho tiempo antes y que ahora hace que sus agentes puedan moverse en las estructuras del Estado y que lleven adelante una tarea muy fuerte de desestabilización.
-¿Qué posibilidades de liderazgo tienen estos Presidentes que intentan llevar adelante un proceso revolucionario?
-Chávez ya lleva diez años con una serie de avances muy importantes, Evo ya lleva casi cuatro años, Correa un poco menos. Tienen buenas posibilidades en la medida que han logrado movilizar a grandes sectores de la población y esto contrasta significativamente con la desmovilización preconizada por los gobiernos de Lula o el de Tabaré Vázquez que lo primero que hicieron fue desmovilizar las bases. Lo mismo fue lo que pasó con el gobierno argentino que habiendo podido presentarse en las bases para un proceso político de una fuerza política renovada, el ex presidente Kirchner optó por una alianza con los sectores más tradicionales y desprestigiados del peronismo. Entonces la diferencia de los que quisieron otra cosa, como Evo, Chávez y Correa han logrado prevalecer electoralmente mucho tiempo y estos otros están al borde de una derrota; de hecho el gobierno argentino sufrió un golpe muy fuerte.
-¿Cuba cómo se perfila en este escenario tan movilizado?
-Cuba tiene un rol importante en la medida de demostrar que se puede sostener en alto las grandes banderas de la revolución y el socialismo a pesar de todas las penurias que ocasiona el bloqueo con la agresión permanente del imperialismo. Ese país se las ha ingeniado para producir una serie satisfactores en salud y educación que no lo consiguió ningún país de América Latina. Cuba no es un modelo pero es una fuente importante de inspiración y ese es el gran mensaje de Cuba que les está dando a los gobiernos progresistas de América Latina desde hace mucho tiempo.
*PERIODISTA
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