Miércoles 18 de junio 2025

El que inició todo

Redacción 20/10/2013 - 03.14.hs
¿Cuál fue el primer diario que tuvo La Pampa? ¿Cómo fue el nacimiento del periodismo en el territorio nacional?

La "constante sociocéntrica" que el escritor Juan Ricardo Nervi advirtió en la literatura pampeana acaso haya tenido su primera manifestación en el periodismo territoriano, rico como pocos y que prosperó hasta la década de 1930. Aquel periodismo -variado, idealista, combativo- plantea al curioso del tema un interrogante: ¿Cuál fue el primer medio de esa índole en La Pampa?

 

El pionero.
No es un misterio. Diversos investigadores lo han señalado, empezando por el precursor en el tema, el mismo Nervi, quien ya habla de ese medio gráfico en su "Historia del periodismo pampeano". En el sitio de Internet guíadelapampa.com.ar se señala que "De sus investigaciones se obtienen datos tan precisos como valiosos. Según sus dichos el primer diario que circuló en este territorio se llamó 'El obrero de La Pampa' y fue en 1885, dirigido por Lucas Savat, de Bahía Blanca. Casi en simultáneo Eduardo Tames Alderete, un maestro de la zona de Cuchillo Có, también se decidió a seguir ese camino y editó 'La Pampa Central' (el antecesor de La Capital). Por supuesto estos pioneros se instalaron en General Acha, que fue la primera capital que tuvo el Territorio de La Pampa Central".
El profesor Luis Roldán señala al respecto que funcionaba en la imprenta instalada en la casa del coronel Manuel J. Campos, "donde vio la luz el primer periódico pampeano bautizado como El obrero de La Pampa". El detalle es sugestivo ya que empalma con el dato respecto a que La Capital, posterior y perdurable periódico territoriano, también fue prohijado por el general Ayala, en este caso junto a su secretario Eduardo de Chapearouge, lo que estaría indicando un saludable interés del gobernante por la actividad periodística, por más que fuera orientada desde las esferas gubernamentales.

 

Más detalles.
Jorge Etchenique y Vanina Hauser señalan que "La prensa en La Pampa surgió con la misma constitución del Territorio. El primer periódico fue El obrero de La Pampa fundado en enero de 1885 por el coronel Manuel J. Campos, un militar partícipe en la denominada conquista del desierto. El posterior desarrollo periodístico fue muy prolífico, contándose hacia el año 1917 en Santa Rosa y General Pico con al menos 14 publicaciones periódicas, algunas con más de una década de edición".
Ambos autores reivindican el papel del periodismo de esos años en los territorios, al tiempo que citan a "La Autonomía" cuando se refería al principal cometido de la prensa territoriana y decía fundadamente: "Si no hay representación de los órganos deliberativos, si no habla su prensa por su pueblo, nadie, absolutamente nadie hablará por los territorios federales)".
El mismo periódico pampeano señalaba en 1917 al anunciar la celebración del Congreso de la Prensa de los Territorios: "No es una gestión oficial, no es el poder ejecutivo, ni el congreso, ni el poder judicial, no son los partidos políticos ni sus caudillos, no es la fuerza armada, ni la creencia religiosa, (...) no es uno del gobierno quien impulsa el movimiento de la prensa territorial. Ella refleja (...) la aspiración y las necesidades de las distintas poblaciones desconocidas, descuidadas, abandonadas por el poder oficial, sin embargo (...) son usufructuados con maneras de discutible patriotismo, por los políticos de toda la república".

 

Referencia más antigua.
Lo citado anteriormente resalta por una parte el papel cívico fundamental del periodismo en aquella época y, paralelamente, el tiempo heroico que le tocó vivir a "El obrero de La Pampa". Los datos que brindamos a continuación se deben a la generosidad de Pedro Rafael Médici, estupendo coleccionista e incansable investigador del pasado pampeano, que nos los suministrara generosamente y a quien agradecemos. Ellos se nutren en la revisión de diarios y periódicos bahienses de fines del siglo XIX y principios del XX, que evidencian en sus noticias la estrecha relación que había en esos años entre la ciudad portuaria y la primera capital pampeana.
La referencia más antigua a aquel primer periódico pampeano es indirecta y aparece en la publicación bahiense "El Reporter", número 239, del 31 de diciembre de 1884: "Con el epígrafe con que empezamos estás líneas ve la luz pública un nuevo periódico en el pueblo General Acha. Es verdaderamente notable la difusión del periodismo que como centinela avanzado, planta sus reales
allí donde aún resuena el eco del alarido del salvaje. No hemos tenido el placer de de visitar personalmente General Acha, pero en su fundación nada se ha descuidado y tiene allí su existencia un semanario titulado La Pampa Central, correctamente redactado, que allá por muerte de un obispo llega a nuestras manos (pues no visita nuestra mesa de redacción) pero sin embargo se encarga de suministrarnos los datos de aquella población".
El suelto se despide, muy a la manera anglófila de la época, con un "Hurra al vecindario". La noticia es claramente indicadora de que, al momento de surgir La Pampa Central ("un nuevo periódico", dice) ya había otro medio vigente en la población. Como la data es de diciembre de 1884 da para suponer fundadamente que con apenas un año de fundado General Acha ya contaba con la publicación de "El obrero de La Pampa", un ejemplo elocuente de la dinámica inicial de aquella área de frontera. Esa circunstancia se ve refrendada en la misma publicación (número 154 del 14 de septiembre de 1884) cuando da cuenta de que, apenas dos años después de la fundación del la primera capital pampeana las circunstancias ameritaran que "Jorge Vallee se ha presentado al gobierno nacional proponiendo establecer una línea de mensajerías desde Bahía Blanca al Fuerte de Victorica, debiendo hacer dos viajes redondos al mes y otro hasta el fuerte de General Acha, esta última con cuatro viajes redondos mensuales".

 

Un producto eficiente
Posteriormente "El Argentino", también de la ciudad sureña, en su número 20 del sábado 25 de julio de 1885, en la página 2, "Noticias generales", transcribe un artículo aparecido en "El Obrero de La Pampa", periódico que se publica en General Acha. El detalle muestra que el impreso pampeano, aunque incipiente, ejercía ya un intercambio periodístico con los medios bahienses.
Dice: "Hoy General Acha, uno de los mejores pueblos, si no el primero de La Pampa, cuenta con más de tres mil habitantes. Su jurisdicción, toda considerablemente poblada y sin embargo aún no se le concede lo más esencial como ser: tener autoridades competentes que puedan velar por los crecidos intereses que se hallan a merced de su propia suerte".
Cuatro meses después, 21 de noviembre de 1885, en el número 117, el mismo medio señala en un comentario de viajero sobre la pujanza de Acha firmado por un anónimo Melineo: "No hemos tenido el placer de visitar personalmente a G. Acha, pero en su fundación nada se ha descuidado y tiene allí su existencia un semanario titulado El Obrero de La Pampa, correctamente redactado y que de tarde en tarde visita nuestra redacción encargándose de suministrarnos los datos de aquella lejana población".
Las noticias anteriores, específicas en cuanto a la existencia temprana del periódico, van acompañadas de menciones de las galeras que unían las puntas de rieles bonaerenses con las nacientes localidades de la Pampa Central, con horarios, itinerarios de estaciones intermedias y duración de los viajes.

 

Esperanza... y especulación.
Precisamente junto con las anteriores noticias se da cuenta de la disolución de la sociedad en la línea de galeras Vallee-Pérez y de la existencia de doscientas casas en el pueblo de General Acha. También una pequeña semblanza de reconocimiento hacia Pichi Huinca, el paisano (¿mapuche?¿azuleño?) que tantos servicios prestara al Ejército nacional en la lucha contra sus congéneres y -subraya la crónica- al que tan poco se le agradeciera.
Que La Pampa de entonces era un territorio abierto a la -quizás exagerada- ambición tanto de esperanzados como de especuladores, lo demuestran los repetidos avisos de venta y alquiler de grandes extensiones de campo, incluso en el semidesierto, presentadas como áreas muy aptas. Algunas menciones especulaban ya con el futuro paso de los ferrocarriles que se proyectaban por entonces. Junto a ellas, a menudo se ven los nombres que hicieron a la historia del territorio y que por entonces obraban como pioneros, pero también como comerciantes, caso de Capdeville, Molins, Fortabat, Cambaceres...
Pero volviendo a lo relativo a "El Obrero de La Pampa" figura una nueva crónica de "El Argentino", de contenidos elogiosos sobre el progreso del territorio pampeano. En su número 441, del viernes 29 de abril de 1887 el redactor dice: "Dudo que haya mayor número de imprentas que el nuestro, relativamente con la densidad de población de cada uno. Aquí hay una imprenta por la cual se publica El Obrero de La Pampa. Se ha traído otra imprenta que publicará en breve otro periódico titulado La Pampa Central (....) Pienso que en vez de dos periódicos deberían aquí construir un molino de viento y sembrar trigo, viñas, maíz y legumbres
Según referencias la población urbana, sin contar las fuerzas nacionales, asciende a 1.500 habitantes, entre los cuales se encuentran 600 indígenas".
"Predominan los españoles. El agua de los pozos es desagradable y es la única que hay. Es opinión que esas aguas hacen caer el pelo.
El 4 de mayo de 1887 la galera Mensajería de La Pampa ha llegado con dos coches más de lo ordinario, por la plétora de carga y pasajeros que para esta localidad tenía que conducir. Según el mayoral Santiago Borelli traía 14 pasajeros. Sugestivamente, también da noticias de "el gran ferrocarril a Bahía Blanca".
Como se advierte la crónica, que también tiene comentarios cargados de positivismo y racismo muy al estilo de la época, destaca datos importantes para la naciente población achense en la que el movimiento de galeras -una parte de nuestra historia muy poco estudiada- juega un papel preponderante, como que era el único medio de comunicación público hacia y desde las nuevas tierras.

 

Un final ignorado.
¿Hasta cuándo duró aquel paradigmático precursor del periodismo provincial? No lo sabemos. El progreso arrollador muy a menudo suele anteceder al interés por la memoria histórica y hace acabar en los desechos testimonios y documentos. En el material suministrado ya hacia 1888 no se advierten menciones de "El Obrero de La Pampa" aunque sí de su coetáneo, "La Pampa Central", a quien "La Opinión Pública", de la ciudad sureña, en su edición del miércoles 23 de mayo de 1888 endilga el mérito de que "se debe en gran parte la propaganda justiciera del órgano defensor de esos intereses: La Pampa Central".
Aquella condición -la defensa de los intereses zonales y territoriales-debió haber sido el norte de ese periodismo. Para este juicio conviene tener presente la casi total dependencia que tenía La Pampa de entonces respecto del poder central, siempre más atento a sus intereses de concepción unitaria que al desarrollo equilibrado del país.
Lamentablemente, sin que la búsqueda fuera exhaustiva, tampoco hemos hallado referencia alguna del director, ese enigmático Lucas Savat, que merece siquiera el alto reconocimiento de la primacía en el oficio. De él y de su actuación quedan en pie los interrogantes en cuanto a de dónde venía, cuál era su formación, qué intereses e ideas apoyaba... El periodismo aquel, que muy posiblemente Savat ejerciera desde la redacción al armado y reparto, era en aquellos años un oficio singular y heroico, condición que, pensamos, se potenciaba por haber sido la primera publicación de La Pampa y, posiblemente, también de toda la Patagonia.
Un nuevo medio de Bahía Blanca -donde también evidentemente prendía un periodismo muy dinámico-, "El Siglo", el 10 de diciembre de 1887, destacaba que por esa fecha "cuenta actualmente La Pampa con 76.000 habitantes", una cifra sorprendente que no se condice con otros informes y censos de la época. Semejante población habilitaba para aspirar a la condición de Estado federal, lo que merecía el envío periodístico diciendo que "La Pampa se ha impuesto y complacidos saludamos a la provincia que nace".
La síntesis de tanta ilusión, que frustrarían después la mezquindad política y la situación internacional, asomaba en una noticia de "El Porteño", del 5 de enero de 1889: "Espléndidos resultados de Juan de Dios Sepúlveda poseedor de varias minas de oro y plata en dicho territorio, en las exploraciones que realiza para la denuncia definitiva de las mismas".

 

Walter Cazenave
ESCRITOR y geógrafo

 


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