Martes 06 de mayo 2025

Ciencia ficción pampeana

Redaccion Avances 16/06/2024 - 12.00.hs

La narrativa de ciencia ficción en La Pampa ha tenido dos pioneros del género: Nicolás Pracilio (1885-1965) y su hijo Ovidio (1912-2004), autores del libro “Sueños del Futuro”, que ahora se presenta en Santa Rosa, el próximo martes 18, a las 18 horas, en Medasur.

 

Carlos Abraham *

 

La provincia de La Pampa es famosa por sus vastas llanuras, tanto aquellas dedicadas a cultivos como aquellas que conservan el bioma ancestral. Por su campo abierto, constelado por estancias y por ranchos, poblado desde tiempos inmemoriales por los aborígenes y desde fines del siglo XIX por los colonos criollos.

 

Ello invita a pensar que su literatura está signada por las temáticas gauchescas y nativistas. No es un error, ya que ambas han tenido un gran desarrollo, con novelas como Pare y largue (1943) de José E. Prado, Pampa de furias (1955) de José Adolfo Gaillardou y El padentrano (1958) de Aarón Esevich, y poemarios como Tierra melancólica (1943) de Miguel Angel Gómez, Invitación al campo (1957) y Elegías de la piedra que canta (1969) de Juan Carlos Bustriazo Ortiz, y A través de La Pampa (1969) de Armando Fortezza.

 

Pero no son las únicas. La ciencia ficción también ha tenido desarrollo, con los cuentos “Videncia” (1971) de Dora Delia Battistón e “Historia interrumpida” (1972) de Walter Cazenave, y las novelas Rosa (1989) de Eduardo Leunda Moya, Cero-Uno (2014) de Fernando Silva Hildebrandt y El hombre de hielo (2021) de Verónica María Martín, entre otras obras. También hay autores de otros orígenes que han ambientado sus obras en la provincia, como el bonaerense Michel Nieva, cuya novela La infancia del mundo (2023) transcurre en la Victorica del año 297.

 

Sin embargo, en este campo es indiscutible que los pioneros del género, y sus cultores más asiduos, han sido Nicolás Pracilio (1885-1965) y su hijo Ovidio (1912-2004), de quién el próximo 19 de junio se cumplen veinte años de su fallecimiento.

 

Nicolás Pracilio llegó a la Argentina en 1890 desde Vasto (Italia), junto con sus padres y sus hermanos. En 1896 su familia se asentó en Santa Rosa, que por entonces era un puñado de casas de adobe perdido en medio de la llanura. Interesado en la mecánica, participó en la perforación de los primeros pozos de agua, condujo el primer camión que llegó a La Pampa, instaló el primer taller de neumáticos y realizó el mantenimiento de las primeras trilladoras a vapor, empleadas en los campos de trigo. Fue inventor de varios artefactos que no patentó, entre ellos un precursor del portero eléctrico, un modelo perfeccionado de trilladora y un prototipo de tractor pesado que fue luego fabricado en Alemania sin que se reconociera su propiedad intelectual.

 

Aficionado al arte escénico, dirigió los primeros conjuntos teatrales de la provincia y escribió El hogar destrozado, sobre el drama humano de la Primera Guerra Mundial, Después de muerta, de tema espiritista, y la sátira política La comuna de Don Coronaria.

 

Como parte de una familia consagrada al espiritismo, fundado en La Pampa por su padre Cesáreo Pracilio, escribió una obra autobiográfica sobre su origen inmigrante, una historia del espiritismo en La Pampa, y numerosos cuentos infantiles. Pero toda su obra permanece inédita, excepto la extensa novela Un viaje de la Tierra a Marte (1950), publicada en 2020 como parte del libro “Sueños del Futuro”.

 

Esta novela tiene como protagonista a un joven obrero que, hastiado de la rutina, decide recorrer el mundo como marinero. Visita la India y se hace amigo de un faquir, quien le revela que es un marciano residiendo en el cuerpo de un terrestre, y le propone que visite su planeta natal a fin de conocer sus adelantos y sus costumbres. Es llevado en un viaje astral al planeta rojo, quedando su cuerpo protegido en un sarcófago. Al arribar a Marte, uno de sus pobladores le cede su cuerpo por unos meses, con el fin de que sea visible para los demás marcianos e interactúe con ellos.

 

En Marte comprueba que no existen países independientes, a diferencia de lo que ocurre en la Tierra, sino un gobierno unificado. Ello evita las guerras, las disputas fronterizas, las aduanas y las tiranías locales. Los estados se estructuran en base a razones raciales. Es una huella de las circunstancias en las que fue concebida la obra, ya que la Segunda Guerra Mundial, atravesada por tensiones raciales, había concluido pocos años antes. Era lógico imaginar que un mundo futuro debería tener en cuenta la idiosincrasia de cada raza a fin de prevenir tensiones.

 

El dinero no existe. En los mercados, la gente adquiere los productos sin necesidad de pagar. Eso despierta dos preocupaciones en el visitante. Por un lado, ¿cómo se evita que un individuo consuma en exceso, acaparando los bienes de la comunidad? Por otro, ¿cómo se evita que no trabaje si no necesita dar algo a cambio de lo que adquiere? En primer lugar, no existe el concepto de la propiedad privada: todos los bienes pertenecen a la comunidad, y el individuo sólo dispone de su usufructo temporal. En segundo lugar, la elevada automatización hace que la jornada laboral sea de sólo tres horas, y el trabajo es visto como una diversión.

 

A fin de facilitar la comunicación entre las diversas regiones, hay un idioma mundial que se enseña en las escuelas; paralelamente, cada región posee su idioma ancestral, empleado en la vida cotidiana. El entierro de los muertos se ha reemplazado con la cremación, más eficiente debido a que elimina la necesidad de grandes cementerios que robarían tierra a la agricultura; además, permite fertilizar los campos con las cenizas.

 

No existen religiones, que el protagonista cuenta que en la Tierra son organizaciones comerciales que cobran a los creyentes para servir de intermediarias entre ellos y la divinidad. Existe la noción de que Dios es la Naturaleza, en una suerte de panteísmo. Al ser los humanos parte de Dios, no son necesarios los intermediarios. Tampoco existe la oración, ya que no es necesario pedir algo, y porque se considera que Dios no castiga ni premia, sino que cada individuo es acreedor, a través de sus acciones, a la felicidad o a la infelicidad.

 

Marte no sólo está más adelantado que la Tierra de 1950 en el plano social, sino también en el científico. La energía nuclear se emplea para fines pacíficos, como producir energía para iluminar ciudades o mover vehículos, hasta el punto de que se menciona la existencia de trenes atómicos. Existen aparatos que captan los “fluidos etéreos” que circulan por el cosmos, gracias a los cuales los marcianos pueden ver en pantallas de televisión lo que ocurre en otros planetas, sin necesidad de emprender el viaje. Los aviones y dirigibles son extremadamente seguros y económicos. Hay una fábrica de “platos voladores”, los cuales están propulsados por energía nuclear y son empleados en viajes espaciales.

 

El hijo.

 

Su hijo Ovidio Pracilio se inició en la literatura con la novela Besos sublimes (1928), que narra la historia de amor de dos jóvenes, y que tiene el honor de ser la primera novela publicada por un autor nacido en La Pampa. Le siguió Cartas del frente (1930), que presenta el sufrimiento causado por la Primera Guerra Mundial, a través del intercambio epistolar entre un recluta y su familia. También en su adolescencia publica un pequeño libro espiritual denominado “Vida, Amor, Muerte”.

 

Debido a un consejo de Hipólito Yrigoyen, amigo de su suegro Crispiniano Fernández (h), se abocó al estudio del derecho, recibiéndose de abogado en 1945 en la Universidad Nacional de La Plata. Tuvo una extensa actuación política, iniciada como Secretario y luego Gobernador del Territorio Nacional del Chubut (1947-1948). En 1949 fue nombrado Juez Letrado de La Pampa, y en 1954 inauguró el Primer Juzgado Federal del Gran Buenos Aires, con asiento en San Martín, cargo que desempeñó hasta 1955. También son destacables sus tres años (1973-1976) como Ministro de Gobierno, Educación y Justicia de La Pampa.

 

Como periodista, fundó, dirigió y escribió en varios diarios de La Pampa y otras ciudades del país. Como escritor, es autor de más de veinte libros de diferentes géneros, desde ensayos que incursionan desde la física a la ciencia política, pero siempre vinculados a la constante creación de ideales sobre el mundo y la sociedad. Pero su principal obra literaria son las novelas de ciencia ficción La explosión que destruyó un mundo (1958), El uranio de los atlantes (1959), La primera base interplanetaria (1959), Sobrevolando mundos desconocidos (1959) y el tardío Un viaje interplanetario (1995). Constituyen una apasionante saga sobre un sabio cuyo objetivo es la recuperación de los conocimientos científicos de los pueblos antiguos, especialmente de la Atlántida. Recorre las cuevas de las islas Canarias, las pirámides mayas, unas ruinas ignoradas en la desembocadura del Amazonas, una oculta cámara en la pirámide de Kheops y una ermita en medio del desierto del Sahara. En ese periplo, está menos atento a tomar el oro que a traducir los jeroglíficos escritos en papiros y en pergaminos, o esculpidos en piedra. Esas escrituras le informan el sitio exacto donde se encontraba la Atlántida, así como la causa de su hundimiento: el ensayo de una explosión atómica (ello entronca con una preocupación del autor, la denuncia de la carrera armamentística, ya que escribió en el marco de la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética).

 

Tras muchas peripecias, que incluyen un combate con pulpos gigantes en las profundidades del mar, consigue recuperar los archivos atlantes. Éstos no están formados por libros, sino por las cabezas de personas muertas, mantenidas en animación suspendida, en las que se han preservado los recuerdos. Logra “leerlas” mediante la construcción de una máquina que conecta el cerebro del muerto con el suyo, en una especie de transmisión telepática.

 

En medio del océano encuentra una nave extraterrestre, tripulada por jupiterianos. Son seres pacíficos y altamente evolucionados, que buscan beneficiar a la humanidad, ayudando a que la ciencia atlante sea recuperada. Pero alertan sobre los malignos marcianos, que tienen espías infiltrados entre los terrestres y que han conspirado para provocar la confrontación Oriente / Occidente.

 

En los últimos volúmenes, el profesor viaja a bordo de la nave espacial jupiteriana, visitando los planetas del Sistema Solar. Entre travesía y travesía, dialoga con el capitán sobre temas de derecho cósmico. Toda forma de homicidio (incluida la pena de muerte) está prohibida; existe una policía espacial que controla el tránsito entre los distintos planetas; no se permite la intervención de un planeta en los asuntos internos de otro y existe una Jerarquía Interplanetaria que guía la evolución de los distintos mundos.

 

Otras de sus obras de ciencia ficción son la novela Viaje al Sol (1977), la antología de ensayos Contactos entre mundos (1984) y el guión cinematográfico Antes del fin (1985).

 

Viaje al Sol es una narración epistolar. Se trata de una serie de cartas dirigidas a los pasajeros de la Nave Espacial Tierra, por parte de un innominado comandante, quien no es más que el presidente del Estado Global, entidad que ha sustituido a las numerosas naciones de la actualidad. En dicho concepto, Pracilio se hace eco de la célebre frase de Werner von Braun “La Tierra es un solitario vehículo espacial con un destino desconocido. Lleva a su bordo 3500 millones de astronautas”.

 

Contactos entre mundos, subtitulado Los mayores misterios del siglo, es una recopilación de sus artículos periodísticos sobre temas de astronomía, astronáutica y ovnilogía. Entre ellos destacan “Ante los misterios del universo”, una sentida meditación sobre la inextinguible ansia del hombre por explorar los enigmas de la naturaleza; “La dramática historia del caso Mantell”, sobre un piloto estadounidense que murió en el curso de una interceptación de una presunta nave extraterrestre; “Contacto entre sabios de dos mundos”, sobre un joven santafesino que supuestamente mantuvo comunicaciones telepáticas con un extraterrestre; y “El fluido etéreo autónomo en el vuelo interplanetario”, donde propone una explicación del funcionamiento de los motores de las naves extraterrestres.

 

Antes del fin está protagonizado por un científico que ha descubierto un grave problema: ha aumentado la velocidad orbital de la Tierra, lo que causa un progresivo alejamiento con respecto al Sol y, por lo tanto, el enfriamiento global. También ha aumentado la inclinación del eje planetario, lo que cambia la distribución climática. La razón es que los experimentos con explosiones nucleares han alterado el movimiento terrestre. Para corregir la inminente catástrofe, se convoca a los líderes mundiales a fin de que realicen una serie de explosiones nucleares en sitios específicos, las cuales compensarán las desviaciones. Para evitar la destrucción y las emanaciones radioactivas, el científico ha inventado un aparato que contiene esos efectos de las bombas, permitiendo que descarguen su energía de forma limpia en el punto deseado.

 

Las obras de Nicolás y Ovidio Pracilio han sido compiladas recientemente en dos amplios volúmenes, a fin de ponerlas al alcance de los lectores contemporáneos. Ambos poseen estudios preliminares realizados por el autor de estas líneas, en los que se realiza un análisis de los contenidos conceptuales y de las influencias literarias de las obras, así como un extenso panorama biográfico de sus autores.

 

El primero es Fabulosas Aventuras del Profesor X (2014), que contiene las novelas de Ovidio Pracilio La explosión que destruyó un mundo, El uranio de los atlantes, La primera base interplanetaria, Sobrevolando mundos desconocidos y Un viaje interplanetario. El segundo es Sueños del Futuro (2019), que contiene Un viaje de la Tierra a Marte, de Nicolás Pracilio, y Viaje al Sol, Contactos entre mundos y Antes del fin, los tres de Ovidio Pracilio. Su primera presentación fue el pasado 5 de mayo en la Feria Internacional de Libro de Buenos Aires, y el próximo martes 18 lo sera en Santa Rosa, con el auspicio de la Secretaría de Cultura de La Pampa y la Asociación Pampeana de Escritores.

 

* Profesor y Licenciado en Letras por la Universidad Nacional de La Plata. Autor de numerosos ensayos, cuentos, poemas y reseñas bibliográficas sobre ciencia ficción, y de varios estudios sobre literatura fantástica argentina del siglo XIX.

 

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