Miércoles 24 de abril 2024

“Ellas hablan”. Abusos en colonia menonita

Redaccion Avances 19/03/2023 - 18.00.hs

La película dirigida por Sarah Polley, inspirada en el libro homónimo de Miriam Toews, narra el calvario vivido por mujeres y niñas en una colonia menonita de Bolivia. El film se llevó el Oscar a “Mejor Guión Adaptado”.

 

Redacción *

 

Una de las películas que estuvo nominada al premio Oscar de la Academia de Hollywood fue “Ellas hablan”, un filme de no ficción escrito y dirigido por la canadiense Sarah Polley que narra lo ocurrido entre 2005 y 2009 cuando al menos 151 mujeres de una colonia menonita establecida en Bolivia fueron drogadas y violadas de manera sistemática por ocho hombres de la misma comunidad. Entre las víctimas se encontraban muchas niñas.

 

La película, la única dirigida por una mujer de las diez que eran candidatas, no ganó el premio mayor pero sí el Oscar a “Mejor guión adaptado” en la ceremonia que se hizo el domingo pasado.

 

El filme adapta el libro del mismo título escrito por la autora Miriam Toews, que se inspiró en lo ocurrido en Bolivia para escribir una novela en la que las mujeres se organizan para actuar en contra de la violencia y los abusos.

 

En nuestra provincia se estableció hace muchos años una importante colonia menonita, en la zona de Guatraché. La particular forma de vida y sus profundas convicciones religiosas, entre otras particularidades, convierten al lugar en un atractivo social y turístico.

 

“Ellas hablan” está basada en hechos reales ocurridos en una colonia menonita de Bolivia aunque la versión cinematográfica no especifica el lugar. Sin embargo, se refleja el abuso hacia las mujeres como un tema universal que puede ocurrir en cualquier parte del mundo.

 

A pesar de una educación casi nula, las mujeres de esta película demuestran una gran sabiduría, adquirida a través del trabajo agrícola y doméstico, con la crianza de sus hijos, la oración, el coraje y la intuición. Eso estimula la aparición de una conciencia política colectiva y cómo llegan a entender su opresión y su posible liberación.

 

De hecho, hay un momento en la película en el que se reúnen para votar en un referéndum la acción a seguir ante la violencia que sufren. La primera opción pasa por no hacer nada, es decir, perdonar, olvidar y esperar lo mejor. La segunda plantea quedarse en la colonia y luchar, mientras que la tercera opción es marcharse del lugar y empezar una nueva vida imaginando una nueva colonia donde la confianza y la seguridad les confiera la tranquilidad de seguir adelante.

 

Presos y libres.

 

La historia se sitúa en la comuna de Molotschna y en el libro se reconstruyen las noches en las que a las víctimas las dormían y por las mañanas aparecían el dolor y el sangrado. Ante las denuncias de lo que sucedía, las autoridades de la comuna insistían en que todo era producto de su imaginación, o que quizá todo se trataba de una obra del demonio.

 

“Las colonias son autónomas, lo que significa que no hay ayuda externa disponible cuando ocurren este tipo de delitos. Así que, por supuesto, no es de extrañar que continuaran durante tanto tiempo”, dijo Sarah Polley.

 

En “Ellas hablan” la escritora habla de aquellos violadores pertenecientes a la propia comuna, entre ellos tíos, hermanos o vecinos, que, si bien terminaron en prisión, posteriormente quedaron libres bajo fianza y regresaron a casa.

 

* Caldenia

 

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