La proyección de Di Fulvio
Entre 1964 y 1971, Di Fulvio compuso varias obras integrales. Del 64 data el “Concierto Supersticioso”. Dos años después, en 1966, surgió “El nacimiento de la Vidalita”, poema musical, relato, guitarra y canto.
Ernesto Del Viso *
Tal vez podría decir, parafraseando a Charly (García): “Hubo un tiempo que fue hermoso…”, para nuestra canción popular nacional. Sin duda los ‘60 y parte de los ‘70 acudieron a nosotros con una producción literaria/sonora, de excepción. No porque no hubieran existido otros periodos, que los hubo por supuesto. Pero los años ‘60 y ‘70 prodigaron nuestra sensibilidad, con desbordes de creatividad poético/musical, como en el surgimiento de intérpretes a cual mejor y característico.
También debo aclarar, que como en todo periodo de desborde, de efusividad, hubo creación para el descarte y para el olvido, más allá que muchos de esos descartes recibieran la aprobación popular y porque se comportaran como pura y exclusiva moda en el denominado “boom” del folklore.
Revisar, para los nuevos tiempos, no es otra cosa que un ejercicio de la memoria contraolvido y la intención personal de que pueda despertar, en las nuevas generaciones, la curiosidad de escuchar estas obras que en YouTube y hasta en la plataforma digital Spotify, se pueden encontrar fácilmente.
Sería todo un tema de coleccionista hallarla en el vinilo de aquellos años como fue editada “El nacimiento de la vidalita” de Carlos Di Fulvio.
El nacimiento.
Entre 1964 y 1971, Carlos Di Fulvio (cordobés de nacimiento), desplegó todo su talento, no solo en canciones singulares, sino en las denominadas “Obras Integrales”, de gran aparición y desarrollo en los años 60’ del siglo XX, en lo atinente a la música de proyección folklórica de la Argentina.
A mitad de los 70, encarará una dedicada al Quijote de la Mancha, que hasta llegó a mostrar para la revista “Folklore” de nuestro país; en esa nota periodística aparecían bocetos de la gráfica de esa obra, que estaría a cargo del gran plástico argentino Rodolfo Campodónico.
Estuve dos veces con Di Fulvio en los años 80 y nunca acerté a preguntarle sobre el porqué de esta obra, y tal vez saber por qué nunca se editó discograficamente.
Retomo el discurso primero, donde expresaba que entre 1964 y 1971, Di Fulvio compuso varias obras integrales. Del 64 data el “Concierto Supersticioso”. Dos años después, en 1966, surgió “El nacimiento de la Vidalita”, poema musical, relato, guitarra y canto.
Para ubicarnos en el contexto histórico en que la RCA, sello en el que estuvo por más de 10 años Di Fulvio, lanza al mercado musical esta obra en 1966, año del derrocamiento de Arturo Illia a manos de Onganía y su magnificada “Revolución Argentina”, también celebración de los 150 años de la declaración de la Independencia. Por eso en este 1966 la CBS pone en circulación la obra Integral de León Benarós, musicalizada entre otros por Carlos Di Fulvio, e interpretada por Jorge Cafrune.
También en 1966, la Philips saca a la venta una nueva obra integral de Ariel Ramírez con textos de Félix Luna y la voz solista de un jovencito Ramón Navarro: Los Caudillos”.
En este panorama discográfico y político salió “El Nacimiento de la vidalita”, no puedo aventurar resultados de difusión, pero infiero que de las tres nombradas “La independencia” fue la que corrió mejor suerte.
En el caso de “Los Caudillos”, excelente obra, corrió con desventajas, pues hacía dos años que la Misa Criolla, también de Ramírez, ocupaba todos los primeros sitios de venta y difusión y a nivel mundial.
Geografía extendida.
La obra se compone de cuatro momentos: 1) Parado sobre la pampa: un breve texto donde Di Fulvio confronta su paisaje de origen con el que a partir del siglo 19, será el depositario de este género lírico llamado “Vidalita”, es decir la Pampa, esa geografía mansa, al decir del compositor, sin eco una afirmación que mucho antes Ariel Ramírez había significado en un hermoso estilo “Campo sin eco” o Fernando Birri en una maravilla de dos coplas “Esta es la Pampa” con melodía de Ramirez.
Di Fulvio le acerca una nueva conceptualidad que no pretende originalidad, solo expresar su visión de la Pampa: “tierra acostada”.
El texto es breve, años después en 1972, se explayará sobre esta geografía con un texto muy interesante: “El nacimiento de la Pampa”, en su disco “De regreso simplemente”.
Predomina en esta especie de prólogo, la interpretación de una vidalita creación de Di Fulvio, donde en ciertos momentos, surgen veladamente, el aire popular de este género, que la mayoría de nosotros conocemos.
El segundo momento “Y le llamó Vidalita”, siempre con un acompañamiento sonoro musical de vidalita, de entrada nos revela un origen que pocos conocían. La vidalita es zaragozana, claro Di Fulvio lo estudió y seguramente abrevó en aquel tratado fundacional en lo argentino y sobre especies musicales, que apareciera a fines del Siglo 19 bajo la firma del estudioso José Wilkes y lo que alguna vez refrendara con su sabiduría y ese saber lo que había que cantar, la Sra. Suma Paz, donde a René Vargas Vera, le contaba que la vidalita había aparecido por estas tierras y proveniente de España, en las dos últimas décadas del Siglo 19.
Por otro lado, he anotado que según la investigación de Vicente Gesualdo, en su “Historia de la música argentina”, Vol. III (La época de Rosas 1830- 1851) y con la aparición en la escena nacional del gaucho, luego de la anarquía de 1820, surgen textos de vidalita federal por ejemplo que dice: “Perros unitarios, vidalitá. Nada han respetado. A inmundos franceses, vidalitá, ellos se han aliado.”
Pero también la vidalita unitaria contestataria:
“Religión o muerte vidalitá. Dice tu pendón. Tú robas o matas, vidalitá, y es tu religión.”
Zaragoza cuna posible de la vidalita, es un territorio del N.E. de España con rica y larguísima historia de más de 2000 años. Cómo surge y de qué manera, no lo se. Di Fulvio dice: “Zaragozana dulce y arisca. Gloria y cima de las montañas, los que trajeron tu encanto prendido en las guitarras… No quedan palabras para agradecerle a España; no soñaron que una de tus hijas, se enamoraría del gaucho trovero y centauro de La Pampa”.
Acá aparece el Cuarteto Vocal, dirigido por el catamarqueño Francisco Javier Ocampo, integrado por Adela La Gamma (soprano), Estevan Michaluk (Tenor), Helvia Llambi (Mezzo-Soprano) y Basilio Michaluk (Barítono).
El tercer movimiento “Montañesa” nos habla del otro estado que adquiere en Argentina la vidalita, yendo a la montaña y enseñorándose en llanos y quebradas de La Rioja, como Vidalita Chayera.
“Tu corazón montañero en los cerros se quedó, me lo dijo un vidalero, todo secreto en la voz, yo tengo adentro la Pampa, juntito a mi corazón”.
Claro, como bien lo expresará Di Fulvio en el próximo movimiento, su origen zaragozano, nacida en los cerros empinados del poblado español, de la Pampa irá a paisajes acordes con su origen, por eso irá a los cerros riojanos, a adornar el carnaval con su cajita chayera.
Alguien la llevó a la Rioja, pero es difícil saberlo.
El último momento de la obra se titula “En las cumbres”, donde el relator, retoma el origen zaragozano de la vidalita que se proyecta en las cumbres y dicen los cantantes:
“Entre las piedras de los breñales, los vientos te bautizaron con agua de manantiales. Florcita humilde, clavel del aire, hasta los cerros se empina”.
Pero anoto decir, que en esta parte, Di Fulvio le hace cantar al Cuarteto unos versos rogatorios: “…que crece como el pasto /la esperanza de mi Patria”. Finalmente deja claro el relator que con vidalita, se puede acunar el sueño de los niños y niñas de la Pampa, por que ella es Canción de Cuna.
Todo culmina con versos populares: “Desde que te fuiste, vidalitá, solo hay dolor en la vida mía”.
Disfruten pues de “El nacimiento de la vidalita” de y por Carlos Di Fulvio y el Cuarteto Vocal dirigido por el Mto. Francisco Javier Ocampo, buscando en las redes como por ejemplo en YouTube y Spotify.
* Músico
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