Una pasión que cuesta caro
El paso del Turismo Carretera por el Autódromo Provincia de La Pampa, por segundo año consecutivo, dejó en claro una vez más que se trata de la máxima categoría del automovilismo nacional. Es que en 76 años de historia ha logrado crear un increíble mundo de pasiones, solventado por grandes pilotos, buenos espectáculos y mucho, pero mucho, dinero.
Una muestra del fastuoso movimiento monetario que acompaña al TC la dan los números que se manejan para poder correr, y mucho más si se trata de un auto con aspiraciones de dar pelea en la punta. ¿De cuánto estamos hablando cuando decimos mucho dinero? De unos 250 mil pesos por carrera, lo que equivale a un presupuesto anual de 4 millones si se tiene en cuenta que la temporada 2013 tiene 16 fechas.
Claro que ese dinero, o más aún, lo invierten pilotos de punta que son acompañados por grandes estructuras; aunque otros con menos recursos no bajan de los 150 mil pesos por competencia. Y sólo para poner el auto en pista.
El factor económico es cada año más preponderante en el automovilismo internacional, y en nuestro país, donde el deporte motor es una verdadera pasión, ocurre lo mismo. Por eso, el tema presupuestario es recurrente en el inicio de cada temporada, en la que cada categoría hace diferentes maniobras para abaratar costos. Pero los números siguen subiendo y los pilotos tienen que afinar cada vez más el lápiz a la hora de buscar sponsors para bancar sus campañas, mucho más si se encara el año con aspiraciones de buscar el título.
Detalles.
Este fin de semana, en el autódromo de Toay y a poco de iniciarse una nueva temporada, el tema costos en el TC una vez más se puso sobre el tapete, y aunque los corredores son "ariscos" a la hora de dar precisiones sobre esa cuestión, LA CHUECA accedió a algunos detalles que sin dudas dejan en claro que para ser un piloto de punta no sólo se necesita saber manejar un auto de carreras.
"Tengo que poner 175 mil pesos por el auto, otros 55 mil por el motor, y entre 15 y 18 mil más por las gomas", confió uno de los más encumbrados pilotos, que está entre los doce que pelean por el título en la Copa de Oro, que corre para un equipo de primer nivel y con un motorista exclusivo. "Por carrera son casi 250 mil pesos para poner el auto en pista, y posiblemente ahora el auto pase a costar más de 200 mil. Es mucha plata porque estaremos hablando de casi 300 mil por carrera", agregó.
¿Cómo la junta? Con sponsors, que pese a las diferentes crisis por las que ha atravesado el país, el Turismo Carretera sigue atrayendo, principalmente por el arraigo popular y la trascendencia mediática que tiene. "Pero a veces algunos pilotos la tienen que poner del bolsillo porque es difícil juntarla", agregó el corredor, principalmente cuando hay carreras seguidas como pasó este año entre Olavarría y Paraná, y entre San Luis y Mendoza, con sólo catorce días de descanso en cada caso.
¿Se pueden bajar esos costos? Difícil en las condiciones actuales, porque sacarle plata al auto significaría una inmediata baja en el rendimiento. Un ejemplo claro es que hay piezas que un equipo de punta cambia por nuevas al término de cada carrera; mientras que uno más humilde lo hace quizás cada tres competencias, de acuerdo a las necesidades puntuales.
Así, con mucho dinero se construye el maravilloso mundo del TC, que es pasión de multitudes y lo seguirá siendo, cueste lo que cueste.
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