Domingo 11 de mayo 2025

De "la bolsa" a los cuatro goles

Redacción 16/04/2025 - 00.18.hs

Durante los festejos por los 100 años del club Sportivo y Cultural de General San Martín hubo momentos emocionalmente intensos, recuerdos y alegrías por el reencuentro y nostalgias por los que ya no están. En ese contexto, contar con la presencia del "Negro" Luis Sansebastián, para la comunidad de "El Raya" fue algo especial, recordando sus disparadas, sus gambetas y su formidable pegada.

 

"Esto para mí es un recuerdo terrible. Hay gente que yo quería ver hoy y que ya no está más, como el dueño de la casa de comidas 'El Indio', ese hombre me quería mucho. 'Cachencho' (Juan Carlos Preikel, técnico campeón 1982) tampoco, se van perdiendo, estamos quedando pocos ya, estamos grandes", le dijo a LA ARENA Sansebastián al ser consultado cómo estaba viviendo el momento.

 

"Me habían invitado muchas veces, una vez vine con mi hijo y jugamos un partido de fútbol, pero ya la cancha era más linda, era un verde hermoso, habían hecho la cancha nueva. Pero cuando yo jugaba era brava, había que evitar caerse", agregó.

 

- ¿Cómo llegaste a Sportivo?

 

- Fue un año lindo, vine por casualidad. En principio me decían que iba a ir a jugar a Bahía Blanca o a Gimnasia de La Plata. Me fue a ver un muchacho, no recuerdo el nombre, uno petisito que iba mucho a Santa Rosa y me dijo si no quería venir a jugar a San Martín. Y le dije que capaz venía, que me iba a empezar a entrenar. Un día viene de vuelta y le dije que iba a venir a probar; vine y me atendieron como si me hubiesen conocido de toda la vida. Al final me dijeron que de acá no me escapaba y me quedé, ganamos el campeonato invictos. Fue un año fenomenal, me entrené mucho, tenía una rodilla lastimada, me levantaba a las 6.30, iba al doctor, me infiltraba y jugué todo el campeonato así. Ahora corro, voy al gimnasio, nunca más me dolió la rodilla.

 

Tiempos difíciles.

 

En su relato, Sansebastián no pudo evitar que se cuele un tema personal, fuera de lo deportivo, aunque él se encargó de vincularlo directamente. "Jugué muchos años, empecé a los 15 años aproximadamente. Ya había jugado el campeonato Evita cuando tenía 12 años. A los 15 o 16 tuve que trabajar muy fuerte, en las bolsas, cuando había que subir el burro (especie de escalera con una plataforma arriba, para llegar a lo alto de las estibas), creo que fue por eso que nunca me acalambré", recordó el Negro.

 

Y agregó: "Nelson Festa fue un técnico que vino de Buenos Aires, siempre me preguntaba cómo podía ser que jugara dos o tres partidos y nunca me acalambre; solito me di cuenta, había que subir ese burro... Un año metimos 15 mil bolsas y otro 20 mil bolsas, era la necesidad, éramos pobres, había que hacerlo. Me salía sangre de los hombros, mi mamá cortaba una papa y me la ponía hasta que me curé. Trabajar ahí fue mi salvación para el fútbol, nunca me acalambré".

 

Los cuatro goles.

 

Por otra parte, Sansebastián hizo referencia a un par de anécdotas de aquellos días en Sportivo y Cultural. "Tenía un hijo que estaba muy enfermo en Buenos Aires", contó al repasar una situación que tuvo que atravesar. "Ese domingo tenía que viajar en avión a las 20 horas, el (colectivo) TUS pasaba a las 16 por acá y ese tenía que tomar, si no, no llegaba. Les dije que iba a jugar medio tiempo y que me tenía que ir", remarcó.

 

"Me pedían por favor que no les haga eso porque se jugaba el clásico. Les dije 'vamos a hacer una cosa, hago cuatro goles en el primer tiempo y ustedes me dejan ir'. Así que hice los cuatro goles y me fui. Al fin salió todo bien. Cumplí acá y con mi hijo que aun vive, está de diez", cerró.

 

La restante anécdota con el Negro como protagonista la contó un ex compañero del equipo campeón de 1982. "Sansebastián se quería ir antes del entrenamiento y le dijo al técnico. Pero le respondieron que esperara porque el entrenamiento no había terminado. Entonces le propuso al técnico que ponga 10 pelotas, y si seis pegaban en el travesaño se iba. Fue aceptado y de las 10 pegó ocho o nueve. Y se fue", recordó su compañero con una sonrisa.

 

'
'