Sabado 24 de mayo 2025

Jorge "Pelado" Sánchez: "Toda mi carrera entregué el máximo"

Redacción 01/06/2022 - 00.04.hs

La despedida de Jorge "Pelado" Sánchez volvió a regalarle a la gente del básquet santarroseño otra noche de emociones. Lo ovacionaron los hinchas de All Boys, que una vez más coparon el gimnasio Aquiles Regazzoli para saludarlo. Lo mimaron sus ahora ex compañeros, que se esforzaron para regalarle en cancha una última función de gala (triunfo 106-71 ante su clásico rival). Y lo aplaudieron con respeto sus rivales, jugadores y cuerpo técnico de Estudiantes, que pese a la dura derrota no dudaron en reconocer su trayectoria.

 

Todos. Grandes y chicos, propios y ajenos, reconocieron a un jugador que más allá de sus cualidades técnicas dejó un legado por el que se convirtió en símbolo, y que resumió en una frase: "Toda mi carrera entregué el máximo".

 

A los 45 años, el interno nacido en Villa Mercedes (San Luis) y adoptado como un pampeano más, jugó el lunes su último partido como basquetbolista y empezó a vivir el retiro de la actividad con la tranquilidad del que dejó hasta la última gota de sudor por el bien común. "Llegué hasta acá, fueron unos últimos tres torneos espectaculares con All Boys y la gente terminó aplaudiendo de pie; estoy muy feliz", resumió ayer el Pelado Sánchez en una charla con LA CHUECA, en la que habló de sus sensaciones por la despedida, de lo que dejó y de lo que vendrá, siempre ligado al básquet.

 

Emocionado.

 

"No sabía cómo iba a reaccionar. Mucha gente me había mandado mensajes, me había mostrado mucho cariño y sabía que me iban a acompañar en mi despedida porque además era un partido importante contra Estudiantes por el Provincial. Pero no sabía qué me iba a pasar a mí; incluso había pensado en hablar y después no me salían las palabras", reconoció Sánchez, aún emocionado por lo que había vivido unas horas antes.

 

"Estaba mi familia, mis hijos; gente que conocí en estos años y otros que conocía de mi primera etapa en el '98; en un club que quiero mucho y jugando con mis amigos... Más no podía pedir; estoy muy agradecido", agregó el Pelado sobre su despedida, que terminó con una especie de vuelta olímpica de la mano de sus hijos (Máximo y Ambar) y saludando a cada hincha.

 

"Tenía ganas de saludarlos a todos y agradecerles. No era fácil correr al lado de los chicos en este último tiempo y la gente siempre me dio fuerzas para seguir al máximo", amplió el interno, que además recibió un 'mimo' especial con la decisión del club de retirar la camiseta número '12' en su homenaje.

 

"Es algo que nunca imaginé. Descubrieron un cartel en el que cuelgan la camiseta número 12, por lo que no se puede usar más en la Liga Federal, y para un jugador es muy importante que te hagan ese reconocimiento. Yo siempre entregué todo, la gente del club lo notó y creo que por eso tomaron esa decisión", agradeció.

 

- ¿En qué momento hiciste el click para tomar la decisión de dejar la actividad?

 

- La idea fue avanzando durante el año, porque a esta edad un día te sentís bárbaro y al otro sos un desastre; es algo que lo sentís en tu cuerpo.... Y así era difícil mantenerse, porque la competencia era exigente y algunas veces sentía que el equipo me necesitaba y yo no estaba bien. Llega un momento en el que hay dolores que ya no podés dibujar, que son muy intensos, y por eso dije hasta acá llegué. Porque la idea era disfrutarlo y no sufrirlo. Y también para darle lugar a la camada de chicos que vienen atrás, a los que puedo acompañar desde otro lugar.

 

- ¿Cómo calificarías tu carrera?

 

- Fue mucho más de lo que imaginé; nunca pensé que iba a llegar hasta donde llegué. Cuando empecé a jugar (en Villa Mercedes) ni pensaba en hacerlo de forma profesional, y ahora me acabo de retirar a los 45 años. Ser campeón con Independiente; hacer un viaje a China (con el mismo Rojo de Pico); tener esta identificación con All Boys... Es algo que nunca imaginé y que me llena de satisfacción.

 

- ¿Cuál fue la clave para mantenerte competitivo hasta los 45 años?

 

- Lo que mantuve fue el sacrificio, la perseverancia, entrenar a conciencia. Toda mi carrera estuve convencido de que hacer una buena pretemporada era la clave para llegar bien a los playoffs, que son los importantes. Hay muchos a los que no les gusta la pretemporada, pero siempre le digo a los chicos que es lo más importante y que siempre hay que dejar todo. Y en mi caso nunca hice las cosas a medias; jugué hasta los amistosos como si fueran una final.

 

- ¿Creés que ese es el principal legado que dejás?

 

- Los chicos siempre me escuchan y trato de inculcarles que nunca hay que jugar a media máquina, porque siempre hay alguien que te está mirando aunque ellos no lo sepan. Les digo que hagan las cosas que quieran, jugar al básquet o estudiar, pero siempre al máximo y convencidos. Porque al final siempre hay recompensa; porque si lo hacen al máximo, van a mostrar su mejor versión. Cuando empecé, yo no sabía si iba a jugar en la Liga Nacional o qué, pero sí sabía que iba a dejar todo.

 

- ¿Vas a seguir ligado al club y al básquet?

 

- Sí, les dije que de alguna forma y en algunas cosas los voy a acompañar; dando una mano desde afuera. Con Juan Cruz (Gavazza, el entrenador) también lo hablé varias veces y le dije que si él me necesita en algo, voy a estar. Si le puedo dar una mano se la voy a dar, con los juveniles, haciendo un trabajo especial o lo que sea. Voy a estar a disposición para lo que ellos necesiten.

 

- ¿Cómo definirías al jugador que fuiste?

 

- Fui un jugador de rol. En los equipos donde me tocó estar siempre estuve predispuesto a cumplir la función que el equipo necesitaba. Algunos me llevaban para hacer puntos, otros para defender, otros para hacer el trabajo 'sucio', ese que no se ve en las estadísticas. Fui un jugador que supo adaptarse a los equipos y a lo que necesitaban, y por eso creo que también jugué tantos años.

 

- Este año All Boys hizo un campañón en la Liga Federal, llenaron estadios y generaron una identificación muy especial con la gente. ¿Fue la despedida ideal?

 

- Sí, sin dudas. Ver la cancha llena y la cola de gente para buscar un lugar fue algo impresionante. Enfrentar a un rival poderoso como River y jugarle de igual a igual con las armas de nuestro club, fue algo que la gente reconoció y que quedará para siempre. Más allá de la eliminación, que nunca es linda, cuando van pasando los días y vemos lo que se logró y cómo nos acompañó la gente, podemos decir que fue un año muy bueno. Y sí, un muy buen momento para retirarme.

 

El cierre en casa.

 

Jorge Sánchez nació el 1 de febrero de 1977 en Villa Mercedes, San Luis. Comenzó a jugar al básquet acompañando a su hermano en el Club Alberdi y luego creció en Aviador Origone, también de su ciudad. A los 17 años inició su periplo como profesional en Independiente de Pico, con el que fue campeón de la Liga Nacional 1994/95.

 

En 1998 llegó por primera vez a All Boys de Santa Rosa, al que volvería dos veces más. En el medio conoció de ascensos y descensos por todo el país. Jugó en Vélez, Banco Provincia-UBA, Obras Sanitarias, River Plate, Conarpesa de Puerto Madryn, Estudiantes de Santa Rosa (rival en su último partido), Gimnasia y Esgrima La Plata, Villa Congreso de Viedma, Huracán de Trelew, Sociedad Española de San Luis y Anzorena de Mendoza.

 

En su paso por tierras mendocinas, cuando ya había superado los 40, estuvo a punto de retirarse. Pero llegó el llamado de All Boys, el proyecto del Federal y la posibilidad de jugar con chicos a los que había visto nacer. "Cuando me llamaron para volver no lo dudé e hice el esfuerzo de ponerme bien para estar a la altura. En mi primera etapa los Fazzini (Octavio y Vittorio) eran chiquitos y ahora tenía la posibilidad de jugar con ellos; fue como volver a jugar con mi familia y en mi casa", recordó Jorge Sánchez al referirse a los últimos años de su carrera. Volvió al Auriazul en 2019 y se retiró en 2022. Aunque ya nunca se irá.

 

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