La clave de sonar juntos
ORQUESTA LATINOAMERICANA DEL COLEGIO ZONA NORTE
Unos 50 chicos y chicas de diferentes edades conforman una de las orquestas infanto juveniles con mayor atractivo de la provincia. Un grupo de 11 docentes enseñan múltiples instrumentos y técnicas para aprender música.
La temperatura veraniega de un octubre empecinado en detener el calendario se hace sentir dentro del aula. Hay murmullo, voces que inundan la atmósfera, ruido a sillas que se mueven y sanguchitos que van de mano en mano. Es la previa al inicio de la clase y los instrumentos aún descansan en sus estuches. La merienda sirve como primer punto de encuentro para una actividad cuyo secreto está en esa unión que produce una orquesta cuyo puente principal es la música, pero también la posibilidad de encontrar un espacio de creatividad, aprendizaje, diversión y compañerismo.
Y ese espacio lo brinda la Orquesta Latinoamericana del colegio Zona Norte de Santa Rosa donde todos los martes y jueves (de 18 a 20), una variedad de melodías de raíz folklórica latina se combinan gracias a chicos y chicas que van desde los 10 a los 18 años y cuya única condición para integrarla es que estén dentro del sistema escolar. No importa el barrio ni el nivel de aprendizaje del lenguaje musical, todos pueden sumarse.
“Acá surgen amistades, vínculos muy interesantes y es buenísimo comprobar cómo a través de la música los chicos y chicas logran conectarse, eso es muy notorio. Hay un clima de compañerismo y de convivencia muy bueno sobre todo porque la mayoría no se conoce cuando llegan a la Orquesta y cada uno llega desde lugares diferentes y con distintas inquietudes”, cuenta Mario Figueroa, director de la Orquesta que funciona en el colegio ubicado en la calle Junco, entre Alemania e Italia, del barrio Plan 3.000 de Santa Rosa.
La Orquesta arrancó en 2017, un momento complejo para ese tipo de iniciativas porque desde el Gobierno nacional se había desmantelado el programa Orquestas del Bicentenario que, hasta 2015, había creado 140 coros y 120 orquestas infanto juveniles en todo el país.
“La Provincia fue a contramano de ese plan que bajaba desde la Casa Rosada y creó una orquesta con un gran grupo de docentes y un director. En ese momento también se compraron 500 instrumentos para las distintas orquestas y a lo largo de todos estos años ese plan se mantuvo y se fortaleció”, resalta Figueroa a LA ARENA respecto a un proyecto que hoy está dentro del programa ‘Sonar en Clave’ que está dentro del plan “Vértice Educativo”, dependiente del Área de Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación de La Pampa.
Conciencia popular.
El surgimiento de la Orquesta se dio con el objetivo de potenciar el aprendizaje en relación al uso de instrumentos musicales, articulando con los contenidos y saberes de la educación de distintos niveles. De esa manera se brinda la posibilidad de acceder al aprendizaje musical con el acompañamiento de un equipo docente que, en la actualidad, está conformado por 11 personas.
“La oferta musical incluye formación como instrumentistas en violín, violoncello, guitarra, bajo, charango, ronroco, flauta traversa, aerófonos andinos, percusión y lenguaje musical para el caso de chicos que llegan sin ningún conocimiento. A partir de allí comienza todo el trabajo de cada docente por su lado y luego se empiezan a hacer los ensayos generales”, describe Figueroa.
“Iniciamos a los chicos en la lectura musical, en la técnica de cada instrumento proponiéndoles generar un repertorio justamente con profunda raíz latinoamericana. Buscamos generar una conciencia popular latinoamericana y en general los chicos descubren un mundo distinto. No solo en lo que es meramente cognitivo -está comprobado que el ejercicio de la música estimula áreas de la inteligencia que no logra ninguna otra actividad- sino también desde lo social para vincular con sus pares”, remarca el director de la Orquesta que recibe a chicos y chicas que cursan en distintas escuelas y colegios de la ciudad.
“Lo bueno de la orquesta también es que genera autodisciplina. Quién se suma a una orquesta o a un coro sabe que su esfuerzo tiene un objetivo, que es colectivo pero que depende de su esfuerzo personal que luego debe volcar a un conjunto”, valora Figueroa.
Inclusión.
Al grupo de docentes (Nehuén González, Joaquín Achiary, Victoria Mario, Raúl Alarcón, Juan Medina, Lourdes Trinchieri, Milo Ottaviano, entre otros) se suma también Hebe Carmona que es la docente integradora quien se ocupa de todas las tareas administrativas y de nexo entre chicos y profesores. Un equipo de trabajo que se desempeña como una verdadera orquesta afinada.
“Hay una premisa inquebrantable que es que inclusión es sinónimo de calidad, y acá lo logramos de la mejor manera porque los chicos van a un concierto y parecen profesionales, preguntan ‘dónde me tengo que sentar’ y se sientan, llevan sus instrumentos, los cuidan, ordenan, se ayudan. En ese sentido es muy lindo trabajar de esa manera”, subraya Figueroa antes de que su voz suene más firme para dar por terminada la merienda y dar la señal de un ensayo improvisado ante la presencia de una cámara fotográfica “invitada” para reflejar en imágenes las melodías que se unen para hacer un todo, para bucear en nuestras raíces musicales y encontrar la clave de un sonido que es un puente hacia la inclusión.
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