El consumo de medicamentos creció apenas un 2,5 %
Mientras las farmacéuticas logran una facturación récord por la suba de precios, el consumo de medicamentos por parte de la población sigue por debajo de los niveles del 2023. De acuerdo con información oficial, las empresas del sector alcanzaron la facturación más alta de la serie actual ($2,3 billones; +74% interanual en 1T2025) sin embargo, el consumo de medicamentos apenas creció 2,5% y no logra revertir la caída contra 2023 (-6,7%), con especial impacto en jubilados tras los recortes al PAMI.
Los datos ponen sobre la mesa el costo que la desregulación económica impulsada por el gobierno de Javier Milei tiene en los precios y en el acceso a bienes esenciales. “Desde el cambio de gestión las dos curvas -facturación de las farmacéuticas y consumo de medicamentos- se desvincularon, es decir que, el aumento de la facturación no responde a un aumento de los medicamentos consumidos”, señaló un informe privado publicado por El Destape.
Tratamientos.
Al mismo tiempo, al derrumbe en la venta de medicamentos empujada también por la baja del poder adquisitivo, se suma que cada vez más tratamientos en salud se interrumpen por razones económicas: se relevaron 1800 expedientes de solicitud de medicamentos sin resolución y 60 muertes por la interrupción de tratamientos oncológicos. Asimismo, los tratamientos para VIH tuvieron un recorte del 47% en su presupuesto y fue nulo lo que se destinó a insumos para la prevención de embarazos. Mientras tanto la salud que se pierde no se recupera y la imposibilidad de acceder a dichos medicamentos implica un riesgo real de daño para la población.
El costo de la desregulación económica se siente en los bienes y servicios esenciales y, por ende, en la vida cotidiana de la población. Un caso concreto es el de la industria farmacéutica que evidencia una facturación récord, aunque la venta de medicamentos apenas se recupera de la crisis del 2024 y sigue abajo de los niveles del 2023.
Desregulación.
El medio citado señaló que el Gobierno nacional abandonó la política de regulación de precios que implicaba acuerdos sectoriales clave, a la par que fue implementando diversas desregulaciones como autorizar a las farmacias para la venta online y la entrega de medicamentos en domicilio, habilitar la venta en kioscos y supermercados (suspendida en abril de 2025 por una medida cautelar), a lo que se suman despidos masivos en áreas clave vinculadas a vacunas, asistencia y provisión de medicamentos; y recortes en la entrega de insumos médicos. Este escenario, dio lugar a un ritmo de aumentos por encima de la inflación pero, sobre todo, por encima de los aumentos del Salario Mínimo, Vital y Móvil, y de los haberes jubilatorios.
En tal esquema mientras la facturación de las farmacéuticas alcanzó su pico desde la serie actual del Indec (2016) el consumo de medicamentos prácticamente no aumentó: “desde el cambio de gestión las dos curvas -facturación de las farmacéuticas y consumo de medicamentos- se desvinculan: el aumento de la facturación no responde a un aumento de los medicamentos consumidos”, explicaron desde el Instituto Argentina Grande (IAG).
Facturación.
Según los últimos datos oficiales, en el primer trimestre del 2025, la facturación total de la industria farmacéutica en la Argentina se ubicó en 2.300.931 millones de pesos, lo que representa un incremento de 74,3% en relación con el mismo trimestre de 2024. El crecimiento general se desglosa en un aumento del 65,4% en la facturación de producción nacional y por un mayor incremento -93,6%- en la reventa local de productos importados. En contraste, la venta de medicamentos al público no logra recuperarse: “Si bien creció contra 2024 (+2,5%) año en el que las ventas habían caído 7,8% (se vendieron 61 millones de unidades menos) sigue en niveles bajos y en el primer trimestre del 2025 se ubicó 6,7% por debajo de igual lapso del 2023)”, señalaron desde el centro de estudios.
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