Lunes 28 de julio 2025

Caso Lucio: “No esperaba constatar las torturas sistemáticas”

Redacción 28/07/2025 - 00.09.hs

“El asesinato de Lucio Dupuy impacta por contraste. Pone en jaque la idea de la maternidad sacra, la del instinto biológico. Es difícil no preguntárselo. Ok, lo asumo, claro que me pregunté cómo una mujer, una madre, pudo hacerle eso a su hijo. De hecho, me incomodó más entrevistar a Magdalena, madre biológica, que a Abigail, quien se reconoció desde el principio autora material del asesinato”, escribe Mariana Komiseroff en su libro “Bestias perfectas. El caso Lucio”.

 

Con una lectura ágil, Mariana propone reflexionar sobre el asesinato del pequeño de cinco años que conmocionó a La Pampa y al país. Ya pasaron más de tres años del infanticidio ocurrido en Santa Rosa que puso a la provincia en el centro de la escena mediática nacional. Seguramente todos los pampeanos y pampeanas conocen detalles del terrible caso: desde la historia clínica del Lucio, pasando por la autopsia, los nombres de las asesinas -Magdalena y Abigail-, el dolor de la familia Dupuy, el juicio, los proyectos de ley, el jury de enjuiciamiento, los roles de los organismos públicos y el miedo a que vuelva a pasar un hecho similar.

 

El debate sobre el crimen llegó a todos los lugares, se hablaba durante la mañana, la tarde y la noche, y la pregunta era la misma: ¿cómo una madre puede hacer eso? El libro “Bestias perfectas” va más allá. En sus páginas, Komiseroff -oriunda de Buenos Aires y toayense por adopción- recorre de forma cronológica el caso y plantea interrogantes en quien lee. De ninguna manera brinda respuestas tranquilizadoras sino que invita a pensar sobre la maternidad, la familia, el deseo y el empoderamiento feminista.

 

“¿Por qué Magdalena y Abigail son monstruos? Porque mataron brutalmente a un niño, pero ¿el agravante social, el escarnio público es porque son tortas, pobres y feministas? No estoy del todo segura. La violencia es estructural y no es privativa de las clases bajas, Pero ¿la reacción social no está condicionada por estos puntos? Abigail y Magdalena son tranquilizadoras para la sociedad: es fácil odiarlas. Son bestias perfectas”, expresa en otro pasaje del libro, que ya se comercializa en librerías de la capital pampeana.

 

Mujeres.

 

Mariana se describe como lesbiana y feminista y quizás eso le permitió entrevistar a las asesinas, primero por teléfono y luego cara a cara en el penal de San Luis en donde están alojadas con cadena perpetua. Es importante aclarar “las veces que sean necesarias”, como dice la propia escritora, que el objetivo del libro no es justificar a las condenadas. Sólo es escuchar y transcribir. “Bestias perfectas” tiene sólo voces de mujeres, no por decisión de la escritora, sino porque ningún hombre quiso hablar: ni el abogado de la familia de Lucio, Mario Aguerrido, ni el papá del niño, Christian Dupuy.

 

Durante las más de 200 páginas se puede leer a la mamá de Abigail, Erica; a la defensora oficial de Abigail, Silvina Blanco Gómez; a la vecina que asistió al pequeño en los primeros momentos, y a las condenadas. Nadie allegado a Magdalena quiso dar su testimonio, según afirmó Komiseroff.

 

Sensaciones.

 

Ahora quien se sentó con LA ARENA para contar cómo fue el proceso de escritura fue Mariana. En un bar ubicado frente a la plaza principal de Toay y casi por una hora, Komiseroff brindó detalles de cómo llevó adelante el proyecto que le provocó distintas sensaciones. Como por ejemplo la empatía que sintió al escuchar a la mamá de Abigail. “Me conmovió, era una abuela que había sufrido la muerte de su nieto y su hija lo había matado. Hasta el día de hoy debe estar sufriendo las consecuencias”, afirmó.

 

La autora del libro también resaltó que Silvina Blanco Gómez defendió su rol como madre y explicó cómo fue su trabajo de abogada de las condenadas. Durante la entrevista con la defensora, le dijo: ‘Mis hijos son sanos’. “Es algo que hacemos todas las madres, en definitiva”, agregó Mariana y añadió: “La señora que le hizo los primeros auxilios tiene un discurso espectacular y hace unas observaciones muy interesantes respecto del cuidado de las infancias”.

 

¿Regodeo?

 

Sin dudas que uno de los aspectos que sobresalen del libro es que Komiseroff logró una entrevista, por primera vez, con las asesinas de Lucio. “Primero hablamos por teléfono. Me parecieron chicas normales, pero después en la cárcel noté algunas cuestiones más delicadas…”, expresó y si bien, buscó las palabras exactas para definir lo que sintió, Mariana remarcó: “Era como que disfrutaban algunas cuestiones que me contaban, pero no respecto a la violencia con el niño porque evitaron hablarme de eso, dijeron que fue una situación excepcional, que se les fue la mano. Había otras presas por asesinar a sus hijos y noté cierto regodeo al contarme detalles de esos crímenes. El libro superó mis propios prejuicios porque en un momento creí que eran madres agotadas y que se les fue la mano. No esperaba constatar la tortura sistemática. Me sorprendió constatar que una persona puede ser así”, comentó la escritora y añadió que Magdalena tuvo varios fallidos durante su relato, los cuales se pueden leer en el libro.

 

Si bien ahora Magdalena y Abigail están en cárceles separadas, ambas seguían en pareja dentro del penal. “Ellas seguían juntas. Habían dicho que se habían separado para que sus familias se queden tranquilas”, acotó Mariana.

 

La escritora también contó que en la cárcel puntana entrevistó primero a Abigail y luego a Magdalena. “En el lugar, como no las podían castigar a ellas, castigan a las visitas, entonces me hicieron esperar bajo el sol mucho tiempo, me decían que periodistas no podían entrar a la cárcel y tampoco debía entrar con un grabador. Entonces cuando salí, me subí al auto y le mandé audios a mis amigos contando lo que había escuchado. Todo bien fresco para no olvidarme”, señaló en la charla con este diario.

 

Para no olvidar.

 

“Durante todo el proceso traté de que las emociones no me golpeen y me volví dura para escuchar los relatos y leer los escritos de la Justicia (los cuales se intercalan en la lectura con testimonios de otros testigos), de los medios de comunicación”, subrayó Mariana, quien sostuvo que soñó muchas veces con Lucio al tiempo que aclaró que el libro es en su memoria.

 

La angustia, reconoce, se apoderó de ella cuando se estaba por publicar “Bestias Perfectas”, hace menos de un mes.

 

“Sobre el final me pasó algo raro porque escribí el libro porque un niño de cinco años murió asesinado y empecé a hacerme preguntas, ¿para qué hice esto? ¿por qué lo hice? Y me sentí mal y sin ganas de publicarlo. Después resolví que era en memoria de Lucio y fue un alivio porque es por él. Y algo que me gustaría destacar es el trato a las infancias. Hoy por hoy, si un hombre le pega a una mujer en la calle todos nos paramos para frenarlo, intervenimos. Pero si una madre le pega a un niño en la calle está muy naturalizado. También hay una tendencia antimaternidad en el feminismo, en el sentido de ‘espacios libres de niños’, lo cual es loco porque sería muy poco progresista decir ‘acá no entran mujeres’, ‘no entran negros’, ‘no entran personas con discapacidad’ y sin embargo podemos decir que no entren niños con total libertad”, reflexionó Mariana Komiseroff, quien espera presentar su libro en la próxima Feria del Libro en La Pampa. En esta semana viajará a Capital Federal porque el sábado 2 de agosto hará la presentación oficial en esa ciudad.

 

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