Storani no descarta un frente de la UCR con Kicillof: "Hay que ir gestando una alternativa"
Luego de su encuentro con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el dirigente radical Federico Storani sostuvo que los sectores opositores deben reunirse en un frente amplio para derrotar al “Partido Autoritario Conservador” del gobierno de Javier Milei. “Es necesario crear una fuerza política competitiva, que equilibre y controle el actual poder, pero que se ofrezca como una alternativa”, dijo en Mondo Fontevecchia.
-En nuestra columna de apertura, “Ganarle a Cristina para vencer a Milei”, planteamos la posibilidad de que Kicillof fuera a construir algo parecido al Frepaso, desde el peronismo no kirchnerista, y luego una alianza con todo aquello que no sea Milei, a lo Lula, como una especie de gran frente amplio en contra de Milei en las elecciones presidenciales próximas. ¿Esta hipótesis le resulta plausible o un disparate?
-No, no me parece para nada un disparate. Le diría que es un planteo que, en lo personal, vengo haciendo desde hace tiempo. Aun los sectores que se oponen al gobierno de Milei, que dicen que el gobierno de Milei es malo, que el ajuste no lo pagó ninguna casta, sino los sectores de ingresos fijos, que paralizó la obra pública, que va del Estado de derecho a un Estado de excepción porque gobierna por decretos de necesidad y urgencia, prorroga el presupuesto, utiliza una minoría intensa para practicar el veto sistemático y tantas otras cosas que lo alejan de la República, de la democracia, de una política social, dicen: “Sí, todo esto es malo, ¿pero qué tenemos al frente?”. Y esa es una pregunta que está vigente.
Por lo tanto, creo que estamos en un momento histórico parecido a lo que fue la reunión de la Confitería del Molino en su momento. Aquella sería el Molino 1 y esto podría ser Molino 2. La Confitería del Molino fue la sede que cobijó en ese momento a Chacho Álvarez, que era líder del Frente Amplio, pero también a José Octavio Bordón, a Graciela Fernández Meijide, a Rodolfo Terragno y, por supuesto, en mi caso, como representante del radicalismo. Luego eso maduró, y las fuerzas fueron convergiendo hasta derrotar al menemismo, que tiene muchas similitudes con el actual gobierno de Milei. Nosotros caracterizamos al gobierno de Milei con una sigla como PAC: Partido Autoritario Conservador, que en broma decimos que es un “pacman devora derechos”. Va del Estado de derecho al Estado de excepción para aplicar una política primaria, en contra de la producción, absolutamente inequitativa. Hay que ir gestando una alternativa que vuelva a recrear la esperanza en el pueblo argentino y que se muestre como tal. En ese sentido estamos trabajando desde hace mucho tiempo, y por supuesto que estos gestos que acabamos de dar van en esa dirección.
-Se podría decir que el peronismo en su conjunto, como movimiento mayoritario en las últimas décadas de la Argentina, tiene dos componentes esenciales. En primer lugar, el de conservadurismo popular que representó Menem y otros gobernadores históricos de las zonas cuyanas. Por otro lado, está el componente progresista, más de centroizquierda, más porteño, más bonaerense, que representó Cafiero, Chacho Álvarez, y que en algún sentido podría representar Kicillof, que intentó representar Néstor Kirchner, y que después, con Cristina Kirchner, tomó la deriva que tomó. ¿Se podría decir que el problema que tiene hoy el peronismo, en su conjunto, es que Milei agarró ese peronismo conservador popular?
-En parte sí, porque todo el menemismo está hoy integrado al gobierno de Milei. Por eso es que nosotros hablamos del PAC, que es el Partido Autoritario Conservador en todas sus variantes. Eso comprende no solamente el sector del peronismo, sino también prácticamente la absorción del PRO. En el caso de la provincia de Buenos Aires, eso es muy, pero muy notable con Ritondo, Santilli, Montenegro, Grindetti, Valenzuela y tantos otros. El PRO ha sido prácticamente absorbido por La Libertad Avanza, pero también debo decir que ha absorbido una parte del radicalismo. Por eso es que es tan importante que se produzca una polarización correcta en la sociedad: la polarización de aquellos que tienen un modelo mucho más conservador, que restringe derechos, y aquellos que tienen una posición claramente más progresista, en cuanto a la progresividad de la ampliación y consolidación de derechos, que llevó mucho tiempo conquistar, y con la vigencia de una democracia más plena.
Este sacudón que dio la muerte del papa Francisco también puso en la vidriera un legado de mayor sensibilidad social, de una empatía con los vulnerables, con los desprotegidos; de defensa del medio ambiente; de un cuidado de las formas, con la tolerancia, la convivencia y la democracia. No es que sea simplemente una cuestión puramente formal, las formas en la convivencia democrática. Es necesario crear una fuerza política competitiva, que equilibre y controle el actual poder, pero que se ofrezca como una alternativa de gobierno futuro.
Claudio Mardones: Quería profundizar sobre el rol de estos cinco gobernadores que tiene el radicalismo. Por un lado, Maximiliano Pullaro, en Santa Fe, viene de la experiencia de la elección constituyente con un millón de votos menos, pero logró que su fuerza política ganara. Alfredo Cornejo, en Mendoza, parece que tiene una relación cada vez más tirante con el presidente Javier Milei. Leandro Zdero, en Chaco, selló un acuerdo con La Libertad Avanza, pero parece que por el peso directo de la billetera federal. Carlos Sadir, en Jujuy, parece sin poder superar el liderazgo de Gerardo Morales cuando gobernó la provincia, y Gustavo Valdés, en Corrientes, termina su mandato este año y no se sabe cómo va a resolver la pelea con Colombi. ¿Cómo caracteriza el poder real del radicalismo en estas cinco provincias?
-Es como usted lo describe. Además, creo que cuando se generan grandes movimientos disruptivos, se genera un efecto también “bola de nieve” que va alineando y arrastrando en el buen sentido. Nosotros valoramos muchísimo la experiencia de Pullaro porque ha construido bien alrededor de un planteo claramente predominante del radicalismo, y de un radicalismo que tiene un buen sesgo, mucho más cercano a lo que yo estoy planteando, y con una alianza con el socialismo, que tiene también su poder territorial histórico en la provincia de Santa Fe, que es una provincia productiva, densamente poblada. En los otros casos, si existe un alineamiento de esto que estoy señalando de la provincia de Buenos Aires, Capital Federal y Santa Fe, se va a ir produciendo un efecto “bola de nieve” que va a ir sumando al radicalismo en su conjunto a una experiencia mucho más razonable para el futuro.
CM: Me lleva a pensar entonces que su perspectiva, en el caso de la ciudad de Buenos Aires, mira la experiencia de Lula Levy como candidata radical. Pero ¿cuál es su valoración sobre Leandro Santoro, ese candidato alfonsinista que encabeza la lista del peronismo porteño?
-Aclaro que yo estoy apoyando a Lula Levy porque ahí hay una verdadera renovación. Es una mujer joven, muy preparada y creo que es un ejemplo real de renovación. Pero también tengo una muy buena relación con Leandro Santoro, y no es la primera vez que lo digo. Tengo coincidencias también en muchos planteos de fondo con él. Pero yo creo que, si esto que yo estoy señalando se da, finalmente estos dos actores terminarán jugando para la misma dirección que estoy planteando.
CM: ¿Usted cree que, después del cedazo del 18 de mayo, hay chances de que puedan explorar coincidencias para pelear la Jefatura de Gobierno porteño dentro de dos años?
-Desde mi punto de vista, sin ser de la Capital Federal, es imperioso que se haga. Creo que hay que terminar con el predominio de la familia Macri que, además, ya desde el punto de vista de la efectividad en la gestión, o de la eficiencia en la gestión, deja muchísimo, muchísimo que desear. Ese era su mayor capital, al menos lo que exhibía propagandísticamente para afuera. Entonces, es necesario un cambio, y la forma de hacerlo es sumando fuerzas que tengan una orientación muy parecida en lo político-ideológico.
BUENA RELACION.
Kicillof y Storani mantuvieron una charla este lunes en un bar de La Plata cercano a la Gobernación y coincidieron en las fuertes críticas al gobierno de Javier Milei y en la necesidad de que surja una alternativa amplia que enfrente al libertario.
El ex diputado nacional y referente de la Corriente de Opinión Nacional en el radicalismo fue uno de los primeros dirigentes de la UCR en cuestionar el rol del partido en Cambiemos durante el macrismo y, con la irrupción de Milei, puso el acento en la "tendencia autoritaria" del libertario.
Con ese perfil, Storani rechaza la reedición de Juntos ya que no duda que ese camino conduce directamente a un acuerdo con La Libertad Avanza.
A la vez, la buena relación de Kicillof con la mayoría de los intendentes bonaerenses de la UCR disparó versiones de acercamiento en algunos casos concretos.
Por ejemplo, en Tandil voces cercanas al municipio liderado por Miguel Lunghi dejaron trascender una invitación del axelismo para sumarse al armado del gobernador en el marco de un movimiento "en defensa de la democracia y contra el fascismo", algo que, por lo pronto, consideran "improbable" aunque no lo descartan por completo. (Perfil y La Política on line).
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