Martes 30 de abril 2024

El encanto de cocinar

Redacción 09/09/2023 - 00.39.hs

Nora González vivió 18 años en el paraje El Destino y allí comenzó a desarrollar sus conocimientos gastronómicos. Hoy, desde General Pico, lleva adelante “Lo D’Nora”, un emprendimiento de pastas cien por ciento artesanales con la mejor receta casera.

 

Cuando termina cada frase la sonrisa se le dibuja en la cara. Cuenta su historia detalladamente y agradece los mensajes de sus clientes. “Cada palabra de aliento o de apoyo es un mimo fundamental para quien es emprendedor. Hago las cosas con todo el amor y recibir una muestra de cariño es un reconocimiento necesario”, asegura Nora y recuerda que antes de llegar a la cocina atravesó distintas situaciones que la fueron llevando a encontrar su propio proyecto laboral.

 

“Nací en Mauricio Mayer y de chiquita me fui a vivir a Winifreda. Me casé a los 18 años, muy jovencita, y nos fuimos a vivir al paraje El Destino. Estuve 24 años ahí pese a que a los siete años de haber llegado quedé viuda. Tenía a mi hija muy pequeña y había que seguir, así que hice de todo: manejaba la báscula para los camiones, cargaba combustible y tenía como un multirubro porque no había nada así que había que vender un poco de todo. Hasta instalé un teléfono semipúblico, porque en ese momento no había celulares. ¡Y hasta vendía LA ARENA! Era muy lectora y cuando no lo tuve más extrañé mucho ese hábito de leer el diario en papel”, recuerda.

 

Nora Alicia González tiene 55 años, vive en General Pico desde 2015 y en esa ciudad norteña lleva adelante “Lo D’Nora”, un emprendimiento de pastas caseras que trabaja a pedido (el número de contacto es el 2302-668170) con una materia prima sin conservantes y de excelente calidad.

 

“Los productos son elaborados y entregados frescos. Trabajo con harina de certificación kosher y los huevos y pollos son de campo, sin conservantes ni nada. Los rellenos son elaborados a mano, sin máquinas, sólo poseo una sobadora para el estirado de las masas y no utilizo mangas para realizar las pastas. La masa de los sorrentinos, por ejemplo, es apta para veganos y con respecto a ello también hay una lista que se adapta a veganos y vegetarianos”, explica Nora.

 

En su menú de opciones se incluyen sorrentinos de jamón y muzzarella, de queso azul, nuez y ricota; de capresse, de cuatro quesos y de calabaza. Hay tallarines al huevo y de masa integral, canelones de verdura y ricota, de pollo, y de verdura y pollo. Y también una amplia variedad de ravioles (verdura y ricota, verdura y pollo) y raviolones con los gustos más tradicionales y otros como los de trucha patagónica, los de salmón rosado y los de panceta ahumada.

 

“Otra posibilidad es encargar los ñoquis rellenos con verdeo y sardo, alemanes de ciruela, capresse, cuatro quesos y de muzzarella. Los días 29 del mes los ñoquis vuelan, tengo una receta que era de mi mamá y a la gente le encanta”, resalta Nora sobre los platos de su autoría.

 

Innovar.

 

“Mi abuela siempre me decía: ‘donde hay harina, no hay hambre’. Y yo heredé la tradición alemana de la cocina y ese gusto por hacer todo casero y artesanal porque la gente valora eso de una manera muy especial, lo siente de otra manera. Pero que cocine con ese formato no quita que me capacite y busque innovar de manera permanente, es algo que me encanta, que me permite crecer y ofrecer otras alternativas. Nunca se termina de aprender y si vos te enfocás en eso vas a tener la chance de crear cosas nuevas”, señala Nora sobre los distintos cursos y estudios que realiza.

 

Además, se incorporó a la plataforma “Weni” que es una comunidad emprendedora impulsada por el área de Economía Social del gobierno provincial y que le permitió estar en la Expo Pymes.

 

“La gente de Weni me brindó una capacitación y un apoyo espectacular, porque además yo busco nutrirme de otros emprendedores, trabajar en forma mancomunada porque así surgen muchas más posibilidades. Desde la Provincia se brinda un respaldo muy importante a quienes emprenden y eso es clave para el desarrollo porque está claro que el camino es muy difícil y a veces si no tenés esa ayuda se complica mucho salir adelante”.

 

Nora menciona especialmente el apoyo “constante” de su familia. Su hija Mayra (33) se encarga de toda la comunicación y el manejo de las redes de la minipyme piquense y su hijo Francisco (18), aunque estudia en Córdoba, también hace su aporte “y ya le encontró el gustito a lo de cocinar. Es algo que le gusta mucho”, asegura su madre.

 

Sueño de crecer.

 

“Lo D’Nora” toma pedidos anticipados y la gran demanda genera que su dueña dedique la mayor parte de su tiempo a responder a las reservas. Porque además vende todo “bien fresco”.

 

“No hago stock, no tengo mercadería freezada porque trabajo todo a demanda y para que sea bien fresco. A veces es mucho y el trabajo se acumula, pero me pone muy feliz que suceda de esa manera. Que la gente te felicite, te salude, te haga alguna devolución cariñosa es lo más gratificante que puede haber. Le pongo todo mi amor a lo que hago y creo que un poco eso se refleja y la gente que lo percibe, lo devuelve”, valora Nora, que también deja en claro que no se resigna a la posibilidad de crecer, expandirse y cumplir más sueños.

 

“Obviamente que pienso en una fábrica propia y en un local donde pueda exhibir y vender todos mis productos, pero no me desespero ni me apuro, creo que si sigo trabajando de esta manera se podrá cumplir con esos deseos”, sostiene.

 

Desde aquellos días en El Destino, el paraje ubicado sobre la ruta provincial 10, hasta hoy, pasó muchísimo tiempo y un incansable trabajo. Nora supo sobreponerse a situaciones muy complejas desde lo humano y buscó en su linaje familiar lo mejor de la tradición culinaria. Aprendió, se desarrolló, se perfeccionó y creció de la mano de su mejor receta casera. Pastas hechas a puro sabor y, sobre todo, mucho amor. Como el que ofrecen en “Lo D’Nora”.

 

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