Sabado 13 de septiembre 2025

Una peluquería diferente

Redaccion Avances 13/09/2025 - 00.20.hs

En “Groomer”, Adriana Molina se dedica a la estética canina, un espacio exclusivamente apuntado a que las mascotas luzcan su mejor corte. Un trabajo que se puede ver desde la vereda, en pleno centro santarroseño.

 

La pequeña caniche luce totalmente relajada. En su mirada se percibe que disfruta esos mimos que recibe y que está ahí porque le llegó el turno de alisar sus rulos, cortas las puntas, emparejar todo el pelo en general y ser la protagonista, durante una hora y media, de todo un trabajo que no hará otra que hacerla lucir impecable. Como si fuese a una gala o sólo para mirarse al espejo y recibir la admiración de propios y extraños. Ella está en “Groomer” y los cepillos, tijeras y demás instrumentos de peluquería están dispuestos para que Adriana Molina haga su tarea. La de embellecer a las mascotas.

 

“En algunos casos los perros vienen un poco nerviosos, inquietos, no saben lo que va a pasar porque están en un lugar que no conocen, así que yo les pongo música muy tranqui, un sahumerio rico, les hablo, los acaricio y así se van tranquilizando y relajando. Funciona muy bien el método y por suerte la gente confía y se queda tranquila con el trabajo que se hace”, cuenta Adriana (53), una bonaerense que se radicó hace no mucho tiempo en Santa Rosa pero que ya se ganó un lugar gracias a su peluquería canina de la calle Garibaldi 382 (casi avenida San Martín). El WhatsApp para consultas es el (2392) 608373 y en el Instagram groomeresteticacanina se pueden conocer más detalles del emprendimiento.

 

“Soy de Trenque Lauquen y desde hace 17 años me dedico a la peluquería canina. Antes hice de todo porque trabajé en supermercados, en panadaría y en ser ama de casa con tres hijos. Mi ex pareja un día empezó como paseador de perros, como una forma de changa laboral, y luego se convirtió en su profesión. Los clientes le empezaron a pedir si podía bañar a los perritos porque sólo algunas veterinarias lo hacían, así que ahí me sumé porque empecé a bañarlos, me fui perfeccionando y al año puse un negocio. Comencé a cortar el pelo también y como había tanto trabajo se sumó uno de mis hijos, Ezequiel (32), y así fuimos creciendo. Hasta llegamos a tener un local de dos plantas, con un pet shop por un lado y por otro la peluquería con tres camillas”, recuerda Adriana sobre su etapa inicial.

 

Una situación personal y familiar generó un cambio de rumbo y, en un viaje a esta ciudad para un cumpleaños de una prima, Adriana conoció a un santarroseño y el año pasado se mudó para instalarse y, por supuesto, poner en marcha “Groomer”.

 

A la vista.

 

“Estuve buscando un local adecuado y por suerte encontré éste que es ideal porque una de las características claves de mi negocio es que se hace todo a la vista, de hecho mucha gente pasa caminando y se queda mirando por la vidriera. Porque lo importante es que a los perros no se los maltrata, no se los duerme, ni se los encierra ni nada parecido, todo lo contrario. De hecho recibo a una sola mascota por vez porque sino se puede generar que si hay varios en el mismo lugar se ladran, se ponen nerviosos y no se puede trabajar con tranquilidad”, explica Adriana en una charla con LA ARENA.

 

Antes y después.

 

En “Groomer” también muestran todos los procesos de tratamiento para el embellecimiento de las mascotas, con imágenes del “antes” y el “después” de pasar por las manos de Adriana.

 

“Trabajo con tijeras, máquinas, les desato los nudos de pelos que tienen algunas razas, les dedico todo el tiempo para peinarlos y emprolijarlos. Una vez que entrás acá yo creo que es cuestión de energías, por eso la música, el aroma. Para mí los perros no tienen raza y trabajo con todos, por supuesto que con sus particularidades, de la misma manera. Y también hago fotos y videos para ir subiendo a las redes. Por eso filmo cómo entran y cómo se van. El antes y el después de cada uno”, resalta la dueña de ‘Groomer’.

 

La peluquería abre de 8.30 a 12.30 y de 15.30 a 19.30, un horario que se modificará con el verano. Adriana aclara que recibe perros hasta determinado tamaño, por una cuestión de espacio y de posibilidades físicas de hacer su trabajo.

 

“Con perros muy grandes realmente se complica, tanto por el espacio como por las complicaciones que puedo tener para hacer mi tarea, por eso es importante recibir al cliente y charlar detalladamente de lo que quieren y de lo que se puede realizar”, aclaró Adriana.

 

Distintos pelajes.

 

Respecto a la frecuencia para acudir a la peluquería canina, la recomendación general de especialistas varía según el tipo de pelaje. Los perros de pelo corto requieren menos mantenimiento, mientras que los de manto rizado, como caniches o maltés, necesitan baños y cortes cada 15 días o tres semanas. La capa lipídica del pelo se regenera cada 48 horas, lo que permite baños frecuentes en contextos específicos.

 

“Hay clientela fija que tiene determinado cada cuanto trae a su perro y lo deja con total tranquilidad, en otros casos nos van conociendo y evalúan qué es mejor. Por suerte Santa Rosa me abrió las puertas desde el primer momento y me encanta tener la oportunidad de hacer mi trabajo”, remarca Adriana mientras continúa con su corte y peinado a una caniche que, por su lenguaje corporal, podría estar todo el día en “Groomer”. Es su momento de disfrute y relax. De embellecimiento canino.

 

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