Sabado 06 de septiembre 2025

La capacidad de acopio de los silos será insuficiente

Redacción 18/08/2012 - 04.00.hs
En la provincia hay un total de 205.554 toneladas de trigo pan; 428.561 de soja; 111.432 de maíz; 133.604 de girasol; 58.151 de sorgo granífero y 10.104 de otros cereales y oleaginosas. La capacidad utilizada llega a las 721.693 toneladas, con una capacidad instalada de 1.193.693 toneladas, es decir que el porcentaje de existencia física llegó al 60% al 30 de junio pasado. Este acopio, casi con seguridad, tenderá a incrementarse hacia fin de año teniendo en cuenta el mejoramiento de los perfiles de humedad en el suelo pampeano.
La capacidad de almacenar granos, ya sea en silos, silos chacra o silos bolsa, son los que mayor respaldo económico patrimonial tienen. En ese sentido, más del 55% de los cereales y oleaginosas almacenados se encuentran en el cuadrángulo noreste de La Pampa, es decir en apenas 4 departamentos (Chapaleufú, Quemú Quemú, Maracó y Conhello).
La existencia física de granos, como puede apreciarse en los cuadros anexos, representa el volumen total ponderado por volumen informado. Se calcula la mercadería almacenada en plantas de acopio e industrias inscriptas en la ex ONCAA, dejando en claro que ello no incluye el grano de los productores depositado en sus campos, por no haber ingresado al circuito comercial.

Déficit y posicionamiento.
Con una capacidad de almacenamiento de granos de 1,2 millones de toneladas para una producción estimada para la campaña 2012/13, entre los 5 principales granos, de 3 millones de toneladas, el déficit de almacenamiento en La Pampa es del 30% de su espacio.
Con casi un millón de toneladas de cereales acopiados, la provincia está bien posicionada dentro de la Pampa Húmeda. Las principales plantas de almacenamiento pampeanas se encuentran en los departamentos de Atreucó, Capital, Catriló, Conhelo, Chapaleufú, Guatraché, Hucal, Loventué, Maracó, Quemú-Quemú, Rancul, Realicó, Toay, Trenel y Utracán. La participación de La Pampa sobre un total nacional de 31.597.048 toneladas de capacidad de acopio significa el 3% del total. Estos guarismos nos posicionan como la quinta provincia en el país en tonelaje potencial de acopio después de la provincia de Santa Fe con 14,8 millones, provincia de Buenos Aires con 11,8 millones, Santa Fe 9,5, Córdoba con 5,47 y Entre Ríos con 2,13 millones de toneladas.
En paralelo, al aumento de las cosechas previstas en la actual campaña incrementaría en un 40% su capacidad de guardar los granos sobre el promedio de los últimos 20 años, lo que le permitirá manejar su creciente producción sin pasar demasiados sofocones, como en las campañas del 2007 y 2008.
El dato surge de un relevamiento realizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería en lo que respecta a las existencias físicas y que fue hecho público la semana pasada. El informe concluye que "la Argentina tiene capacidad para guardar 31,6 millones de toneladas, es decir cerca del 53% de su cosecha estimada en el presente" y que "existen más de 3.690 plantas de acopio en el país, de las cuales más del 41% pertenecen a grupos multinacionales".

 

Capacidad de almacenaje.
La Zona Norte tiene 80 plantas con un almacenamiento físico de 646.840 toneladas en silos de acopiadores y cooperativas y otras 187.729 toneladas en silos-chacra no contabilizados en el informe. En cambio, en la Zona Sur, hay 43 plantas que almacenan 300.565 toneladas en los silos de acopiadores y cooperativas y 207.560 toneladas de silos-chacra. Las 123 principales plantas de almacenamiento de granos de la provincia se encuentran ubicadas en la Zona Norte en los departamentos Conhelo (75.491 toneladas de almacenaje en 12 plantas), Chapaleufú (184.360 toneladas en 11 plantas), Maracó (203.140 toneladas en 15 plantas), Quemú Quemú (81.776 toneladas en 9 plantas), Rancul (64.254 toneladas en 13 plantas), Realicó (122.974 toneladas en 14 plantas) y Trenel (26.680 toneladas en 6 plantas).
En Zona Sur, hay 43 plantas de almacenamiento que albergan en los departamentos Atreucó (112.500 toneladas), Capital (63.395 toneladas), en Catriló (72.746 toneladas), en Guatraché (144.150 toneladas), Hucal (91.131 toneladas), Utracán (25.358 toneladas) y Toay (5.000 toneladas).
La infraestructura y equipamiento del almacenaje de granos varía en forma importante entre los realizados por los acopiadores y cooperativas con respecto a los que lo realizan en su propio predio rural.
Las instalaciones en los propios campos, en su mayoría, no poseen mecanización ni equipos de acondicionado (pre limpieza, secadoras, etc.), muchas pertenecen al acopio privado y no están completamente equipadas, mientras que el resto se supone que tiene una mayor y mejor nivel de equipamiento tecnológico para el movimiento, secado y conservación de los cereales almacenados. Por tanto, se deduce que la capacidad operativa real de las instalaciones en La Pampa es mucho menor al 60% consignado en el informe, en lo referente a la relación almacenaje/producción. Ello repercute directamente en la capacidad de recepción y acondicionamiento e incrementa las pérdidas de post-cosecha en cantidad y calidad.
Con respecto a la capacidad total de acopio en chacra, es decir del productor agropecuario en su propio campo, trepa en la actualidad a las 571.650 toneladas distribuidas en 367.731 toneladas pertenecientes a la Zona Norte y 203.919 a la Zona Sur.
Juan José Reyes
Economista

 

Jornada por ambientes y de precisión
Se llevó a cabo el 9 de agosto en el Aula Magna de la UNLPam la primera jornada de actualización técnica en "Agricultura por ambientes y de precisión". La misma, estuvo organizada por el INTA, el Colegio de Ingenieros Agrónomos de La Pampa y la Faculta de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa, a través de Sembrando Agrupación Estudiantil y el Centro Juvenil Agrario Santa Rosa de Lima.
La jornada tuvo por objetivo proporcionar a los participantes los últimos avances tecnológicos en la Región Semiárida Pampeana enfocados a la agricultura por ambientes, "teniendo en cuenta que un uso y manejo sustentable de los insumos, sumado al conocimiento y utilización de la maquinaria apropiada, permite mejorar las decisiones agronómicas".
Uno de los expositores fue el ingeniero agrónomo y asesor privado Daniel Martínez, quien explicó a La Arena del Campo que el gran desafío relacionado con esta temática es poder acortar la distancia entre el avance tecnológico y el conocimiento de los ambientes, profundizando el estudio sobre estos últimos.

 

Posibilidades regionales.
La agricultura de precisión se refiere a toda la tecnología disponible para manejar la agricultura en un ambiente definido, "lo que pasa es que nosotros tenemos que avanzar en el conocimiento de los ambientes, en esto los técnicos tenemos que profundizar", sostuvo Daniel Martínez. Después de avanzar en estas cuestiones y en función de la oferta ambiental, se pueden aplicar las características de la agricultura de precisión.
La agricultura por ambientes se presta muy bien para nuestra zona porque esta región tiene una gran heterogeneidad en cuanto a suelos, a profundidad efectiva, a clima, etcétera. Esta gran variabilidad, hace que tengamos grandes diferencias de rendimiento en distancias muy cortas dentro de un mismo lote. "A nivel regional, la heterogeneidad está dada por la zona de tosca, la zona con perfiles poco profundos y la zona con perfil profundo donde hay menos problemas de agua. Sin embargo, tienen problemas de erosión, de nutrición, inclusive en muchos casos de napas este año, que estamos teniendo la inversa con inundaciones, humedad y problemas de anoxia".
Según el ingeniero, este tipo de situaciones lleva a valorizar la agronomía porque es la que permite "conocer a fondo cómo son esos ambientes, su capacidad potencial productiva, por qué no se pueden alcanzar esos potenciales, conocer las limitantes" y mejorar la eficiencia en cuanto a la agricultura.

 

Desmitificaciones.
El productor suele relacionar la agricultura de precisión con tecnologías de aplicación variable, maquinarias y artefactos electrónicos. Pero lo importante es ver qué es lo que está ofreciendo el ambiente. Martínez explicó que muchas veces "eso no significa invertir en maquinaria sino adecuar las rotaciones, hacer los cultivos en fecha, elegir bien la genética. En nuestra zona, como la gran limitante es el agua, lo importante es profundizar el manejo del agua".
Conocer la disponibilidad hídrica del ambiente, la nutrición, más la genética disponible permitirá ir mejorando la capacidad productiva de la zona.
Otra cuestión a desmitificar, según el asesor privado, es que el empleo de imágenes satelitales o la necesidad de hacer una altimetría, por ejemplo, no tienen un costo tan elevado al que un productor no pueda acceder. "No es algo inalcanzable como se piensa, hoy son tecnologías disponibles, cada vez más económicas".

 

Revalorización de la agronomía.
Esa gran heterogeneidad es la que lleva a revalorizar la agronomía porque los ingenieros agrónomos están analizando ya no en forma general, sino profundizando el estudio en ambientes. Esto implica, para Martínez, salir de un "protocolo de siembra no sólo en relación a maquinaria específica sino en todo lo que tiene que ver con la agronomía".
"Se empiezan a investigar temas específicos como el manejo y el aporte de la napa freática, la salinización, la recomendación para recuperación de bajos, en el caso de este año la anoxia". Todo esto contribuye a un conocimiento más profundo del ambiente.
Mientras la oferta tecnológica supera ampliamente la oferta de la agronomía, Martínez sostiene que es necesario seguir trabajando interdisciplinariamente como lo está haciendo el INTA, los investigadores privados y las universidades.
Luisina Del Greco
Lic. en Comunicación Social.

 

Buscan "recuperar" Parque Luro
La Subsecretaría de Ecología de La Pampa está desarrollando en Parque Luro un plan de conservación que apunta a la restauración integral de su ecosistema. El proyecto se financia con fondos nacionales correspondientes a la Ley 26.331 de Bosques Nativos y apunta a "recuperar y conservar" ambientes dañados y especies nativas, así como al control de especies exóticas.
El plan incluye además la construcción de un centro de interpretación y una sala de reuniones y de una estación biológica que servirá para asistir a todos los investigadores que desarrollen estudios en el área. En el centro de interpretación, se podrá archivar toda la información que se genere como producto de las indagaciones que se hagan en la propia reserva.
"Esta es la oportunidad que estábamos esperando para llevar Parque Luro al lugar que se merece dentro de las reservas provinciales", dijo el biólogo Fabián Tittarelli, coordinador de Áreas Protegidas de la Subsecretaría de Ecología y a cargo de la realización de este proyecto denominado "Restauración y conservación del bosque de caldén (Prosopis caldenia) protegido en la Reserva provincial Parque Luro".
Tittarelli resaltó que Parque Luro es una de las principales áreas protegidas de la provincia, lo cual hace que no sólo debamos "rescatar su valor cultural e histórico, sino proteger la fauna y flora nativas".

 

Quemas controladas.
El bosque de caldén de Parque Luro -unas 7.500 hectáreas-, está calificado como categoría 1 o "Roja" según la Ley de Bosques. Esto significa que es una zona de protección estricta, aunque en ciertas áreas precisa ser intervenido con prácticas que apunten a su restauración, ya que presenta un alto grado de deterioro.
La recuperación del pastizal y de algunas áreas del bosque muy dañadas, se realizará en parte -en el marco de este proyecto-, mediante la práctica de quemas prescriptas o controladas con la intervención del personal de Defensa Civil de la provincia.
"La principal acción en Parque Luro en los últimos 40 años consistió en minimizar la intervención humana y evitar la ocurrencia de disturbios de otro origen, como los fuegos. Sin embargo, la falta de fuegos controlados produjo varios resultados indeseables como la arbustización de más del 50 por ciento de la reserva o la ocurrencia de incendios de excesiva intensidad debido a la acumulación de combustibles", explicó Tittarelli.
Por este motivo, se anunció que en el marco de este proyecto se realizarán durante el mes de agosto algunas quemas prescriptas en la reserva. Las mismas, serán llevadas a cabo por agentes de Defensa Civil que cuentan con el conocimiento de las tareas a realizar.

 

Regreso de autóctonas.
Otro efecto "indeseables" ocurrido dentro de la reserva es la presencia de especies exóticas tanto vegetales como animales, "que al encontrarse en un número excesivamente alto, provocaron la extinción local de especies nativas".
Justamente por eso, uno de los aspectos que más interés despierta este proyecto es que intentará la reintroducción de especies autóctonas.
"La fauna nativa de Parque Luro fue expulsada por la prevalencia de especies exóticas introducidas hace más de cien años", dijo Tittarelli en alusión a la pérdida de guanacos, maras, ñandúes, vizcachas y hasta venado de las pampas, especies que fueron "corridas" por ciervos colorados y jabalíes.
"Los ciervos colorados y jabalíes están catalogados dentro de la nómina que engloba a las cien peores especies invasoras del mundo. Está comprobado, en el caso de los ciervos, que provocan el alejamiento y posterior expulsión de herbívoros como guanacos y cérvidos nativos cuando compiten por alimento; además de generar un importante deterioro de las áreas de pastizales que habita", agregó el funcionario.
Con este plan, la idea es controlar la excesiva población de las especies exóticas y promover el regreso de las autóctonas. Una de ellas, la vizcacha, ya está siendo reintroducida en Parque Luro, traída de campos cercanos a la reserva. El trabajo -en colaboración con el biólogo especializado en fauna Diego Villarreal (investigador de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa)-, recién se inició, con el traslado de algunos pocos ejemplares que están de a poco adaptándose al medio natural de la reserva. La idea es llevar más ejemplares y hacer crecer la población.
Andrea M. D'Atri
Redacción de La Arena

 


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