Viernes 26 de abril 2024

El campo pampeano cosechó por más de U$S2.000 millones

Redacción 08/10/2022 - 00.36.hs

El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, indicó que la campaña 2021/22 de granos y oleaginosas en La Pampa tuvo un valor de mercado de dos mil millones de dólares antes de impuestos y retenciones.

 

JUAN JOSÉ REYES

 

En La Pampa se cosecharon, en 1.565.814 ha. (hubo sembradas 2.234.304), entre los ocho cultivos más importantes, 6.492.170 ton. Esta fue una producción granaria nunca antes vista (campaña fina y gruesa), que representó el 4,66% del país, que trepó a los 139 mill/ton.

 

Lideró en la provincia el maíz con el récord histórico de 3.698.601 toneladas, es decir el 57% del volumen total, la soja (de 1era. y 2da.) con 1.110.710; el trigo 725.488; girasol 494.445; cebada 246.094; avena 66.865; sorgo 70.910 y el centeno con 49.057 toneladas.

 

A fines del año pasado nada hacía prever, por las malas condiciones climáticas y la falta de humedad en piso, que se podrían alcanzar tal ingente tonelaje. Al parecer todo cambió y el stress hídrico del otoño e invierno no fue tan fuerte como se anticipó. Además, con precios de granos y oleaginosas en valores altos, la fuerte presión fiscal y las retenciones, al parecer no afectaron la competitividad del productor local que cada día produce más.

 

Lo concreto es que la elevada recolección de granos gruesos y finos no solo se aprecian en los récord de rendimientos sino además un más que importante avance de la inversión en tecnología (tractores, fumigadoras cosechadoras, fertilizadoras y sembradoras de siembra directa) conjuntamente con una mayor demanda de agroquímicos, fertilizantes y semillas.

 

Rendimiento espectacular.

 

La recolección final de granos gruesos y finos de la recientemente finalizada campaña 2021/22 trepó a casi 6,5 millones de toneladas, en una superficie sembrada de 2,23 millones de hectáreas y 1.565.814 cosechadas.

 

En el cuadrángulo noreste un 21% fue de alta aptitud, 30% de mediana y 20% de aptitud media baja. Con respecto a las hectáreas perdidas (no cosechadas) llegaron a las 668.490 hectáreas, un 30% del total sembrado al comenzar la trilla. La siembra, valuada a precios FOB en octubre en el mercado de Chicago sumó la friolera de más de 2 mil millones de dólares y estimativamente un ingresos en divisas brutas, aunque si deducimos las retenciones y las distintas gabelas aplicadas, la suma se reduce hasta los 872 millones de dólares, es decir 43,6% de aquel total a precios externos.

 

El restante 56,4% fueron al fisco, en sus distintos ámbitos de aplicación, para financiar la economía del país, con dólares genuinos. Los principales cultivos de verano (girasol, maíz, sorgo, soja) y de invierno (trigo, cebada, centeno y avena) mejoraron al amparo de regímenes pluviométricos aceptables en los intermedios de ambas siembras.

 

Sin dudas que la vedette fue el maíz con la extraordinaria recolección de 3,69 millones de toneladas (57% del total de granos pampeanos extraídos) a un valor de mercado de 266 dólares por cada tonelada. Luego se destacaron la soja de primera y segunda con 1.034.900 y 105.810 toneladas; trigo total con 753.140 toneladas; el girasol con 340.529 toneladas y la cebada cervecera y forrajera con 156.200 toneladas.

 

Hubo otras cosechas alternativas como la avena con 4.890 toneladas; el sorgo 27.810; y el centeno con 27.580 toneladas. Vale aclarar que no se contabilizan aquí maní, colza, mijo y otras cereales de escasa siembra. Además la responsable de Agricultura aquí (delegación Santa Rosa) aclaró que hay nuevos datos de soja y girasol que serán modificados y harán crecer más los abultados registros.

 

Según nuestra metodología para estimar cuanto queda por vender (producción menos compras de la exportación e industria menos otros usos como semilla y consumo animal) en la campaña 2021/22 quedarían disponibles aún para comercializar 850 mil toneladas, lo cual representa el 13% de la producción pampeana.

 

Valor bruto.

 

En referencia a los cereales de invierno y verano, el Valor Bruto de Producción (VBP) en la región, es decir, la suma total de los valores de los granos producidos, sin importar si se trata de insumos para otras producciones (semillas, fardos y rollos), bienes intermedios que se utilizan en el proceso productivo. Por lo tanto, incluye el valor de todos los cereales sin considerar si son de consumo intermedio o de consumo final.

 

El VBP es también llamado como Producto Interno Bruto, en este caso únicamente de la agricultura. Para tener una noción de la incidencia de la producción de granos dentro del VBP de La Pampa, es necesario recordar que los cereales participan en un 71,2% y las oleaginosas en un 26,9% en la provincia.

 

Gracias al ingreso de granos transgénicos en maíz y soja los márgenes de corrimiento de la frontera agropecuaria, básicamente la maicera y sojera, pareciera no tener límites a pesar del resurgimiento de la siembra de girasol y sin dudas que la ganadería ha retomado la senda del crecimiento de su stock pecuario.

 

Antes en La Pampa el ciclo agrícola iba de Este a Oeste y de Norte a Sur y ahora se da Oeste a Este y en menor proporción de Sur a Norte. Todo un cambio de paradigma, que de haber buena humedad en suelo en la presente campaña (más lluvias en primavera) tendremos mejores gramíneas y rendimientos más altos aún.

 

La cifra estimada de inversión de los productores locales fue del orden de 52.500 millones de pesos (175 millones de dólares) en labranzas, insumos y tecnología, contratistas y combustibles.

 

Los productores agropecuarios de la región invierten en base a recursos propios y con el siempre acompañamiento del Banco de La Pampa como motor estratégico en el financiamiento de la economía regional y los subsidios de tasas implementados por el Ministerio de la Producción.

 

Los productores invirtieron una cifra millonaria en laboreo de tierras (35%), agroquímicos (23%), fertilizantes (20%) y semillas (22%). Además está la inversión que realiza el sector por tonelada producida en laboreos, semilla, agroquímicos, fertilizantes y lo que transfiere a otros sectores de la economía regional durante la comercialización, es decir, por fletes, acopio, gastos de almacenamiento, comisiones y cosecha.

 

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