"No puedo volver a manejar porque temo por una tragedia"
Conductor de una empresa de transporte de pasajeros denunció que fue "obligado a manejar" pese a los mareos y vértigos que padece. Aseguró que luego de unos reclamos fue "cesanteado" y no le pagan el sueldo.
Alfredo Ovieta, un chofer de la empresa de colectivos Chevallier que se accidentó gravemente hace dos años, denunció públicamente ayer que la firma dejó de abonarle el sueldo y que lo tiene en una situación de "cesantía", luego de que presentara distintos certificados médicos donde se acredita que no puede seguir conduciendo. Señaló que en varias oportunidades fue obligado a manejar pese a los intensos dolores cervicales y mareos que sufre a menudo como consecuencia del siniestro.
Ovieta recordó que el choque que cambió su vida tuvo lugar el 14 de febrero de 2006 sobre la ruta nacional 5, a la altura de la ciudad bonaerense de Bragado. En ese momento, un compañero suyo manejaba un ómnibus de Chevallier que desde nuestra ciudad se conducía hacia Capital Federal con cincuenta pasajeros a bordo. Eran las 3 y una camioneta se cruzó de carril y colisionó frontalmente contra el colectivo que terminó cien metros adentro de un campo con severos daños materiales. "Fue de terror porque cruzamos dos zanjones y la fortuna hizo que no se produjeran víctimas fatales", dijo el chofer de 54 años que comenzó a trabajar en la empresa en 1990.
Como consecuencia del episodio permaneció dos días internado en "observación" en un hospital de Bragado y a los ocho meses se reincorporó al trabajo. "No estaba bien y sufría muchísimos dolores, sobre todo en la espalda y en la zona cervical", puntualizó el trabajador en esta redacción, y reveló que los médicos de la empresa le decían que los dolores se le iban a pasar con el tiempo.
Estudios.
Contó que como las dolencias no desaparecían decidió ver a un médico particular que le efectuó una resonancia magnética para establecer qué patología era la que le hacía padecer los mareos y el vértigo. "Ahí me enteré que tengo cinco hernias de disco en la cervical y que era muy peligroso que conduciera un colectivo de larga distancia", indicó el denunciante, que en marzo de 2007 envió un certificado médico a la empresa por su discapacidad.
Sin embargo, siempre de acuerdo a sus palabras, las autoridades de Chevallier no le dieron importancia al certificado de su profesional y lo convocaron a una entrevista con médicos de la firma. "Esos médicos no avalaron el certificado y me dijeron que era apto para manejar con lo cual seguí haciéndolo pese a todo".
Recordó que en uno de los viajes, cuando se encontraban detenidos en la estación de Pehuajó, sufrió un mareo y se cayó en la cabina del coche. La situación provocó que se hiciera presente una ambulancia que lo trasladó a un centro sanitario donde le hicieron unos chequeos y regresó a esta ciudad.
Como no podía continuar en esas condiciones, porque corría riesgo su vida y la de los pasajeros, hace unos meses decidió hacerse una tomografía computada que arrojó resultados contundentes. "El médico me prohibió seguir conduciendo y le recomendó a mis empleadores que me destinen a tareas diferenciadas", expresó Ovieta con impotencia.
-¿Qué respuesta le dieron?
-Aducen que jamás recibieron los certificados médicos.
-¿Y cuándo decidieron no pagarle el salario?
-En marzo porque argumentan que estoy capacitado para trabajar y que no tengo nada.
-¿Y en qué situación laboral está?
-Realmente no lo sé. Con mis abogados hicimos doce audiencias en el Ministerio de Trabajo pero aún no obtuvimos respuestas.
-¿Cómo hace para subsistir?
-Me empobrecí y vivo bajo tratamiento psicológico. Además estoy separado por lo que tengo una cuota alimentaria que abonar mensualmente, pero no puedo. Quiero que me paguen los sueldos atrasados y que me reincorporen con el alta médica con discapacidad: como dice el certificado.
-Eso parece casi imposible teniendo en cuenta su relato.
-No sé. Pero yo no puedo volver a manejar porque temo por una tragedia.
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