Jueves 15 de mayo 2025

La defensa insiste con la reconstrucción

Redacción 20/08/2009 - 02.18.hs

Uno de los detenidos en la alcaidía aseguró que no vio a nadie golpear a Canale, aunque escuchó que "el de la celda de al lado lo chuzeó". Ese presunto agresor sería Tressen, pero no lo identificó.
El defensor Omar Gebruers redobló ayer la apuesta y ratificó ante la Cámara en lo Criminal 1 que quiere que se haga la reconstrucción del hecho, una prueba que nunca se hizo desde que el jornalero Juan Carlos Canale muriera el 31 de octubre de 2002, en una celda de la alcaidía de General Acha, después de ser golpeado brutalmente. El abogado pidió que participe "todo el personal policial", los detenidos, sus familiares, el médico policial Gustavo Pérez Carranza y el sepulturero Darío Villalba.
Esa solicitud y el testimonio del detenido Pablo Germán Monaiser fueron los hechos más salientes de la décima jornada del juicio oral y público por el crimen de Canale. Los cuatro imputados por el homicidio con alevosía son Miguel Angel Rodríguez, Pedro Andrés Roveda, Gustavo Javier Alarcón y Alejandro Oscar Tressen, quienes en aquel momento estaban presos en el lugar.
Gebruers, ante una consulta del tribunal, aceptó que al menos la reconstrucción sea parcial, pero remarcó que se tengan en cuenta "las dos versiones de los hechos": que el jornalero pudo ser golpeado dentro del pabellón de los detenidos, pero también durante la revisación médica. Por eso insistió para que se recreen los dos momentos. Fuera de la sala explicó que, entre otras cosas, busca mostrar "si es verdad que (el jefe, Omar) Escobar no sabía nada, (el subjefe, Darío) Martínez no sabía nada... nadie sabía nada".
El tribunal le responderá mañana, cuando se reanude el juicio. Ese día se escuchará un audio y se verá un video. Gebruers indicó que esas pruebas contienen declaraciones de Pérez Carranza adelantando quiénes serían los procesados de la causa una semana antes de firmarse la resolución judicial.
Los jueces resolverán también mañana si citan como testigos a Andrés Cheade -otro de los detenidos- y al ex subjefe de la Policía, Carlos Sánchez, si requieren el entrecruzamiento de llamadas telefónicas entre la policía y Villalba, y si disponen once careos. Originalmente eran trece, pero ayer la fiscalía desistió de los que había pedido entre Villalba y dos hermanos de Canale.

 

Sin memoria.
Ayer el relato más esperado era el de Monaiser, uno de los diez detenidos que había en la alcaidía y quien recuperó la libertad la misma noche del homicidio. El hombre se atajó de entrada: "Estábamos en el almuerzo (con Canale) y desde ese momento no me acuerdo más nada", fue su primera respuesta a la fiscal Susana Alvarez.
La falta de memoria obligó a leerle las dos declaraciones que brindó ante la justicia achense. Una, aún estando detenido, horas después del crimen, y otra a las dos semanas. Ambas fueron ratificadas. Monaiser no dio nombres, aseguró que "no vi a nadie entrar a la celda ni golpearlo" y agregó que "la policía se portó 10 puntos conmigo".
El empleado de la municipalidad de Ataliva Roca aseguró que el jornalero se descompuso dos veces, durante el almuerzo y más tarde dentro del pabellón. "En el horario de visitas (NdeR: comenzaba a las 15), estaba tirado en el piso, me pareció que por un ataque de epilepsia, y me pidió ayuda. Yo no pude hacer nada, tenía miedo. Después lo vi en la celda", sostuvo en la instrucción.
Luego habló del preso que "llegó ayer" y que "el que estaba en la celda de al lado lo chuzeó". Ese preso fue "el vago que pinchó" a Canale (supuestamente Tressen). Hace siete años lo identificó por una foto, pero ayer nadie le preguntó si se refería o no a Tressen. Ni siquiera los jueces quisieron saberlo.
"Este sujeto dijo que le había dado un puntazo, le dijo a los otros que lo había pinchado", escuchó Monaiser, aunque tampoco identificó a los otros. Afirmó que "todo fue muy rápido" y que "no escuché ruidos, ni golpes, ni gritos".
Habló de un destornillador escondido bajo una mesa y de que en otra declaración ante la policía -efectivos de Acha viajaron a Ataliva para tomársela- los policías le agradecieron su testimonio y contaron que habían encontrado "pinchaduras en el cuello y debajo del brazo izquierdo" de Canale. Los médicos, en cambio, siempre negaron que la víctima haya tenido heridas cortantes.
Monaiser contó que los presos decían que "a los violetas les daban duro" y que sabían que Canale "era violín" porque un policía se lo comentó a uno de ellos; pero insistió en que no vio a nadie pegarle, aunque sí molestarlo.
- ¿Tiene temor?, le preguntó la fiscal.
- No.
- ¿Está tranquilo?
- No.
- ¿Tiene temor a que le pase algo?
- Y... no sé.
- Si dice la verdad, no le va a pasar nada.

 

El testigo Juan Carlos... Tierno
El presidente del tribunal, Arturo Tito Fresco, cometió un furcio que arrancó sonrisas. Al ingresar un testigo confundió su apellido: lo llamó "Juan Carlos... Tierno, perdón Quinteros". No fue el único del día. Luego, al explicarle a otro testigo, sobre el hecho investigado, dijo que Canale "habría muerto". Quinteros se limitó a relatar que cuando lo detuvieron durante un día en la comisaría de Acha fue maltratado y durante dos horas lo tuvieron desnudo y esposado en el patio. "Tampoco te podías hacer el malo porque te daban leña", graficó.

 


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