En el PJ dicen que Jorge hará cambios
El Partido Justicialista mostró su voluntad de acompañar al gobernador en sus decisiones. La relación con Nación, y la falta de cumplimiento de compromisos asumidos, complican el panorama provincial.
El encuentro del gobernador Oscar Mario Jorge con la cúpula del Partido Justicialista provincial dejó, sin dudas, mucha tela para cortar. Si en los próximos días el primer mandatario toma algunas decisiones, de acuerdo a lo que manifestó en la "cumbre", no sería extraño que cumpliera con su promesa de "empezar a oxigenar" su gobierno.
¿Qué significa una expresión así? Lisa y llanamente que está pensando en cambiar funcionarios que "evidentemente están demasiado aferrados y quietos en sus sillones", le dijo ayer una fuente segura a LA ARENA.
La reunión, que se prolongó casi tres horas, dejó en claro que el PJ en forma orgánica tiene la decisión de "acompañar la gobernabilidad" en el difícil momento que enfrenta el Gobierno, atravesado por conflictos en distintas áreas y, muy especialmente, en aquellas que son muy sensibles para la sociedad.
Eran poco más de las 11.10 de la mañana del lunes cuando los convocados -secretarios del Consejo del PJ y un representante por cada rama- se fueron acercando a Casa de Gobierno. El presidente del partido, Rubén Hugo Marín llegó junto al diputado provincial Mariano Fernández y Carlos Ibarra. Después fueron apareciendo los demás: Julio Gérez (intendente de Puelches) y Martín Borthiry (Ataliva Roca), Sergio Ziliotto, Jorge Lezcano, Patricia Lavín, Luciano Beloqui (representante de la Juventud) y María del Carmen Cahais. Ingresaron todos juntos, el gobernador los saludó uno a uno y fueron sentándose en derredor de la mesa. En una punta Jorge y al lado el secretario general Raúl Ortiz; en la otra punta Lezcano, y después de un lado se ubicaron Borthiry, Ziliotto, Beloqui. Del otro Mariano Fernández, Lezcano, Lavín, "El Rosco" Ibarra, Montes de Oca y Cahais. Con la charla ya iniciada llegó Antonia Alegre a quien el gobernador invitó a su lado; y también, retrasado, arribó el vicegobernador Luis Campo quien también se ubicó cerca.
Los sueldos, el gran problema.
El mozo trajo café, agua, y luego de algunas frases que no salían del lugar común Marín formuló el planteo introductorio, diciendo que el partido estaba dispuesto a acompañar al gobernador, pero que necesitaban saber qué estaba pasando. Allí fue que Jorge comenzó a decir lo suyo. Durante un largo rato tiró números, habló de cantidad de vacas, de las lluvias, de la sequía, abundó en datos acerca de las transferencias que llegaban desde Nación y dejó referencias importantes. Se quejó de la "difícil" relación con el Gobierno nacional, más allá de su buen trato con la Presidenta, y también de las dificultades para llevar adelante licitaciones por cuestiones burocráticas que atrasaban algunos emprendimientos.
En ese sentido dejó al menos dos datos preocupantes. Por un lado señaló que en 2005 los sueldos de la Administración Pública provincial se llevaban el 75% de la coparticipación nacional, y hoy en día se hace necesario utilizar el 125% de ese monto. Es decir, toda la coparticipación y también casi más de la mitad de los recursos propios para hacer frente a salarios.
Por otra parte Jorge indicó que de los 500 millones que Nación le debe a La Pampa sólo envió entre 130 y 140, aunque hubo quien dijo por lo bajo que hace pocos días venció una cuota de 199 millones que debieran haberse recibido el 30 de marzo último.
Alguien que suele ser crítico del gobierno provincial opinó que Jorge hizo "numerología". Dio una cantidad de datos y cifras y de alguna manera volvió a su discurso del 1º de marzo último, cuando se inauguraron las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados.
Empleados endeudados.
Cuando se refirió al tema del salario de los trabajadores de la administración pública era claro que Lezcano hacía esfuerzos por ser escuchado. "La gente no está bien gobernador", le dijo palabras más o menos; "y no es sólo el conflicto del sector salud", agregó el gremialista. El secretario general de UPCN reveló que "hay muchos empleados que están endeudados", y que tienen que recurrir al crédito para hacer frente a distintos tipos de gastos, que van desde tener que hacer frente a pasajes si tienen que viajar a Buenos Aires, o hacer frente a una operación quirúrgica, o afrontar gastos cotidianos de la casa o de sus hijos.
Breves intervenciones tuvieron Oscar Montes de Oca y Patricia Lavín, en este caso para expresar que la Cámara de Diputados estaba dispuesta a acompañar al gobernador. A su turno Sergio Ziliotto hizo saber de su preocupación porque algunos programas sociales que reciben los sectores más humildes -tarjeta alimentaria, plan madres, pensiones, etc.- se caían ante la puesta en vigencia de otros de orden nacional.
Los cuestionados.
En algún momento sobrevoló el internismo. Fue cuando Marín le dijo a Jorge que había que "arreglar" la relación con el gobierno nacional. No lo nombró a Carlos Verna, pero nadie dejó de pensar en él cuando el presidente del partido hizo aquella referencia. Fue cuando Borthiry saltó para decir: "Doctor (dirigiéndose a Marín). La deuda de Nación viene de 2005, y estos legisladores nacionales (Verna, Higonet, Robledo y Regazzoli) asumieron hace cuatro meses". Hubo un momento para la sonrisa cuando ante ese "doctor" Jorge lo miró al intendente de Ataliva Roca y le lanzó el clásico "compañero" -para indicarle que era mejor llamarlo de esa manera-, dicho como para atenuar las distancias entre Marín y el secretario de Prensa del PJ.
Hubo algunos funcionarios más cuestionados que otros y aunque nunca se los mencionó con nombres y apellidos Paulo Benvenutto y Gustavo Fernández Mendía quedaron en el ojo de la tormenta. Nadie dejó de acordarse de ellos cuando, como al pasar, coincidieron Jorge y Marín en la necesidad de "oxigenar" al Gobierno. Es cierto, nadie exigió renuncias pero a veces los silencios valen más que mil palabras.
Se avecinaba el final. Marín, casi disculpándose, con medias palabras, agregó lo suyo: "A mi modo de entender, vos sabrás lo que tenés que hacer 'Ningo', creo que hay que dar un golpe de autoridad". Todos creyeron entender lo que quiso decir.
Fue el propio gobernador, mientras les iba extendiendo la mano, quien en el final manifestó que sería necesario que ese tipo de reuniones se hicieran más seguido. Estuvieron de acuerdo, aunque no todos piensan que se repetirán tan asiduamente como se planteó.
Eran poco más de las dos de la tarde, habían pasado varias rondas de café, casi tres horas de charla, y cada uno se fue haciendo su propio análisis. "Nos dio la impresión que Jorge está muy solo. No sabemos si porque él decide gobernar de esa manera, o porque no lo siguen. Pero el Partido está dispuesto a acompañarlo", sentenció uno de los participantes fuera de las declaraciones protocolares.
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