Fiscal pidió prisión en suspenso para la médicas y enfermeras
Se realizó la audiencia donde se expusieron los alegatos, en el juicio que se realiza contra la médica Graciela Evangelista y las enfermeras Nilda Lucero y Beatriz Rodríguez. El fiscal Jorge Amado pidió condenas de tres años para la pediatra y un año y seis meses de prisión en suspenso para Lucero y Rodríguez.
Ayer se realizó, en la Cámara del Crimen 1 de la Ciudad Judicial de Santa Rosa, la última audiencia del juicio contra la médica pediatra Graciela Evangelista y las enfermeras Nilda Lucero y Sandra Rodríguez, por un error en una transfusión de sangre, que le causó la muerte al pequeño José Ignacio, de tres meses de edad.
Bajo la atenta mirada de los jueces del tribunal, Elvira Rosetti, Miguel Ángel Vagge y Miguel Ángel Gavazza, se escucharon los alegatos de las partes. Las implicadas, acusadas de homicidio culposo por actuar de forma negligente e imprudente, escucharon el pedido de las condenas, secundadas por sus abogados defensores.
Inicialmente, el fiscal Amado solicitó para Evangelista, la pena de tres años de prisión en suspenso y siete años de inhabilitación para actuar en guardias pediátricas; mientras que para las enfermeras Lucero y Rodríguez, pidió un año y seis meses de prisión condicional y cinco años de inhabilitación.
A continuación, los abogados de las imputadas, José Mario Aguerrido representando a Evangelista, Juan Resia de parte de Lucero y Amanda Antonio como asesora legal de Rodríguez, solicitaron la absolución de sus defendidas, repartiendo culpas. Tanto Antonio como Resia, utilizaron el argumento de la responsabilidad médica ante una transfusión, mientras que Aguerrido cargó contra la enfermera Lucero, aduciendo que "realizó la transfusión sin notificar a nadie".
La lectura de la sentencia se escuchará el próximo viernes 25 de octubre a las 12.
Suceso.
El bebé José Ignacio Juárez, de tres meses de edad, falleció el 7 de junio de 2006 en el hospital Lucio Molas. Su deceso se produjo por un error en la transfusión de sangre que debía recibir. El fatídico error le costó la vida al pequeño, debido a que recibió diez veces más cantidad que la requerida para un niño de su peso y edad.
La transfusión, que permanece sin esclarecerse quien realizó, se llevó a cabo sin ningún control médico y los profesionales descubrieron la equivocación después de varios reclamos de atención de parte de la madre. El infante falleció después de 40 minutos de maniobras de reanimación.
Artículos relacionados