El 10% más rico gana trece veces más que el 10% más pobre
El desagregado de ingresos de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para el conglomerado urbano Santa Rosa-Toay dio cuenta de la mejora en los niveles de actividad y una pronunciada caída del desempleo. Sin embargo, la brecha de ingresos, de acuerdo al nivel educativo, es cada día mayor. Por ejemplo, un graduado universitario tiene una distancia con quien no tiene ese nivel de estudios ocho veces mayor. Quien recibe instrucción académica percibe de cuatro a seis veces más sobre los que terminaron el secundario y entre ocho y diez veces en comparación a los que no finalizaron el ciclo primario.
Esa diferencia salarial se da porque el 21,7 por ciento de la población (29.452 personas) tiene incompleta su escolaridad primaria y el 20 por ciento (27.174) no finalizó el ciclo secundario. En otras palabras, hay un universo de 56.626 santarroseños y toayenses (47 por ciento) que se va retrasando cada vez más en el nivel de ingreso con relación a quienes prosiguen sus estudios.
La mejora en la distribución del ingreso en la capital provincial ha dado un fuerte retroceso. A pesar de que hay más actividad económica, menos pobres e indigentes y por ende mayor ocupación, el nivel de ingresos de las clases pudientes y medias altas se ensancha.
El 10 por ciento más rico ganó 13 veces más que el decil más bajo, cuando esa relación era de 12 veces un año atrás. El estrato más alto se apoderó del 27 por ciento de los recursos totales, mientras que la base se quedó con el cuatro por ciento. Esa relación era de 25 y 3,8 por ciento, respectivamente, un año atrás.
Los datos pertenecen al informe sobre Evaluación de la Distribución del Ingreso correspondiente a la última EPH. De acuerdo con ese trabajo, el ingreso promedio en los hogares de más altos ingresos fue de 21.632 pesos, lo que implica una suba importante. A su vez, en el decil inferior se ubicó en 1.675 pesos para asalariados sin estudios, lo que si bien refleja un mejoramiento respecto de los 1.378 del tercer trimestre de 2012, la brecha se agrandó generando más desigualdades.
Otro de los problemas es la economía informal (empleo en negro y evasión) que se ubica en el 35 por ciento. Dentro de las ramas profesionales, los ingresos más altos lo perciben los empleadores (hasta 35.000 pesos), seguidos de asalariados en cargos jerárquicos (16.700). En cambio los ingresos más bajos son para los cuentapropistas (5.300), mientras que los más bajos se registran en otra clase de cuentapropistas (3.600) y en el personal de servicio doméstico (1.675).
Niveles educativos.
La correlación existente entre el nivel educativo y el ingreso alcanzado -que incluye no sólo retribuciones al trabajo, sino también el dinero percibido por otros conceptos como asignación universal por hijo, jubilaciones, subsidios y becas- no se verifica sin embargo en una mejora de las diferencias de ingresos.
Los planteos más simplistas señalan al problema educacional como el aspecto central, pero en verdad se trata de múltiples causas. Una de ellas, quizá la más importante, es la brecha de ingresos ya que al emplearse a universitarios en tareas para quienes solo tienen el ciclo secundario terminado, atenta contra el nivel de ingreso de los estamentos más bajos.
Abandonar los estudios por la necesidad de conseguir un trabajo contribuye a aumentar los ingresos del hogar pero tiene un altísimo costo en La Pampa. Un trabajador con estudios universitarios completos tiene un ingreso promedio que supera en ocho veces el de alguien que no pudo estudiar, o no pudo completar el ciclo inicial. Entre los universitarios y quienes tienen secundario completo, la brecha de ingresos es, en promedio, de entre tres y cuatro veces; en tanto que si se comparan los ingresos de los graduados con los de quienes finalizaron estudios en un instituto terciario esa diferencia es de 2,5 veces.
El trabajo indica que quienes tienen un título universitario declararon cobrar, en promedio, hasta 10.000 pesos mensuales, mientras que las personas con sólo el secundario completo promedian un ingreso entre 3.800 y 4.000 pesos, y los que no poseen ningún estudio llegan a los 1.675 pesos al mes.
Si bien la escala es siempre creciente (a más años de estudio, mayor ingreso adquirido), la diferencia es más significativa en el último escalón: el que "asciende" desde quienes tienen una carrera universitaria incompleta hacia los graduados.
Terminar el ciclo secundario puede aportar un diferencial en los salarios del 33,5 por ciento con respecto a los que comienzan el ciclo pero no logran concluirlo. Ese es el porcentaje en el que el ingreso medio de los que no pudieron seguir hasta el final en el colegio es superado por el de quienes sí obtuvieron el título, que lograron un ingreso medio de casi el doble.
Entre haber culminado el ciclo primario y tener concluido el secundario, en tanto, la brecha de ingreso medio llega a entre 1,6 veces. Dicho de otra manera, el segundo segmento poblacional gana entre
57,2 y un 65 por ciento más que el primer grupo. Esa desigualdad socioeconómica-educativa hipoteca el futuro de la sociedad.
Desarrollo económico.
Los números de la última EPH para Santa Rosa y Toay, en relación a los niveles educativos, dicen que sobre una población total de 136.604 personas, el 23,3 por ciento (31.828) no terminó el ciclo primario y el 24 sí (32.785). Con respecto al nivel secundario, de 35.310 que lo iniciaron, 21.715 (el 61,5 por ciento) no lo culminó. A los ciclos superiores y universitarios ingresaron 12.067 personas, pero lo terminaron 6.578.
Una mirada en otras provincias con mayor grado de desarrollo económico permite apreciar que el nivel de capacitación y calificación de sus asalariados es factor clave para su éxito. Bajo estos postulados de la ciencia económica, en lo relacionado al desarrollo productivo de las regiones y en lo que respecta al direccionamiento de sus excedentes económicos, es importante comenzar a desentrañar las falencias y particularidades del servicio educativo como factor de desarrollo económico en La Pampa.
Sobre la base de este proceso de desarrollo, la disponibilidad de mano de obra calificada constituye un factor decisivo para determinar la ubicación física de las inversiones.
Para cualquier región, un bajo nivel educativo primario, secundario y de capacitación, tiene como efecto que solo pueden crearse puestos de trabajo de segunda clase y por consiguiente mal remunerados. De no corregirse, el diferencial de remuneraciones entre quienes no culminan sus estudios y quienes sí lo hacen irá aumentando a futuro, con lo cual las diferencias sociales se agravarán.
Mujeres e ingresos
El ingreso promedio de los jefes de hogar con estudios se encuentra muy por encima del promedio del conjunto de los ocupados cuentapropistas. En el caso de las mujeres, las jefas de hogar registran más bajos ingresos que sus pares hombres, ello asociado a sus menores niveles de escolaridad y baja calificación, y a la mayor prevalencia del trabajo en el servicio doméstico.
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