Viernes 06 de junio 2025

Del tragamonedas, a los libros

Redacción 01/07/2013 - 01.52.hs

El diputado nacional Ulises "Chito" Forte presentó un proyecto de ley para aliviar la situación que las bibliotecas populares atraviesan en la actualidad, a raíz de las cargas sociales del personal que deben tributar a la AFIP. Para el legislador es un sinsentido que esas entidades reciban un dinero del Estado que resulta inferior a lo que deben tributar para sostener a su personal.
"Hay que terminar con el sinsentido de que adeuden a la AFIP por cargas sociales más dinero del que perciben como subsidio para funcionar", dijo el legislador radical. Para el piquense las bibliotecas populares tienen un lugar de privilegio en la historia social, educativa y cultural del país desde que Domingo Faustino Sarmiento promulgara la Ley 419 en 1870 que las creó con el objetivo de difundir el libro y la cultura.
En una recorrida que realizó por varios lugares del país y en la provincia de La Pampa, el legislador recogió una preocupación que es común a esas entidades: su estructura de financiamiento, que les hace casi imposible funcionar.
"De las casi mil bibliotecas que están registradas en la Conabip (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares) y que reciben subsidios, muchas sufren una situación paradójica: reciben dinero del Estado para funcionar, pero al tener algunos empleados, deben pagar cargas sociales que en la mayoría de los casos exceden ampliamente el dinero que perciben", explicó.
Para paliar esa situación, su propuesta es financiar las contribuciones patronales correspondientes por aportes jubilatorios de hasta cinco empleados por biblioteca. Una de las fuentes de financiamiento vigentes para las bibliotecas es el gravamen a los ganadores de los juegos de azar en la esfera de la Lotería Nacional, recaudación que se achicó con el correr de los años, por la desaparición del Prode y el pase de muchas loterías a la esfera provincial.
Forte propone modificar el decreto 1155 del 2003 para que una parte de los ingresos que perciben los concesionarios y operadores de juegos de azar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, resultante de los tragamonedas, se destine a las bibliotecas populares.

 


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