Alegatos serán a puertas cerradas
Hoy será la jornada en que, a puertas cerradas, las partes harán sus alegatos en el juicio oral y público que se sustancia al empresario Roberto Gallinger.
En la audiencia de ayer los jueces pudieron escuchar el testimonio de un testigo, un comisario de apellido Vázquez, que por entonces se desempeñaba en la Alcaidía, quien afirmó que escuchó una conversación entre el acusado, Roberto Gallinger y Patricia Sclavuno, y que no percibió que haya proferido amenazas contra su ex esposa desde el lugar donde estaba detenido. El policía dijo que en la Alcaidía le "prestaban" el teléfono para que Gallinger hablara.
En el debate volvió a plantearse una situación de cierta tensión cuando la defensa -un par de días antes había pasado lo mismo- quiso consultarle a un testigo por conductas que tenían, los involucrados en el juicio, en relaciones que mantendrían con otras personas. El juez Carlos Bessi interrumpió, y ante la insistencia de los defensores de que era importante conocer algunos detalles para darle marco a toda la situación, se procedió a desalojar la sala para hablar de la cuestión.
El Tribunal está integrado por Daniel Alfredo Sáez Zamora, Carlos Alberto Besi y Gastón Boulenaz; el fiscal es Máximo Orlando Paulucci; los defensores de Gallinger son Vanessa Ranocchia y Marcos Paz; y los querellantes son Marcelo Turnes y Paula Lastiri.
Los sucesos.
El empresario Roberto Gallinger está acusado de intentar quemar a su ex esposa, Patricia Sclavuno, en un incidente que se habría producido un año atrás. En tanto Gallinger arguye que en realidad Sclavuno y su entorno familiar lo están acusando para quedarse con sus bienes, incluyendo su empresa.
Ayer el Tribunal informó que la audiencia en que se harán los alegatos será a puertas cerradas y, por lo tanto, la prensa no podrá ingresar, aunque luego se informarán los requerimientos de cada una de las partes. Se señaló que "la decisión fue de común acuerdo con el Ministerio Público, la defensa y la querella y que se adoptó para preservar el derecho a la intimidad de la víctima y de testigos".
Los sucesos que se investigan habrían acontecido el 22 de mayo de 2015, en una vivienda de la calle Calandria al 700, en Toay. Según la denuncia efectuada en la Seccional V de Toay, Gallinger habría discutido con su ex esposa Patricia Beatriz Sclavuno.
De acuerdo al relato de la víctima el empresario empujó a Sclavuno, y le habría roto su teléfono celular. La mujer relató que después de eso tomó un bidón de nafta con la intención de prenderle fuego.
Dos versiones.
Obviamente la versión de Gallinger difiere de aquella, y sostiene que en realidad se quiso auto agredir -ya lo había intentado años atrás-, y que nunca tuvo la intención de matar a su pareja.
Después de eso se calmaron, y promediando la noche Gallinger se fue a dormir a otra habitación viendo que ella continuaba "enojada". Al día siguiente según refiere Sclavuno habrían vuelto a discutir, él le pegó una patada y ella decidió que era el momento de denunciarlo.
"No tengo dudas que me quiso matar", dijo Sclavuno en el juicio, en tanto Galliger manifestó luego que aquella le hizo "una cama" para dejarlo "en bolas" y quedarse con la empresa Texcen Alarmas. Ayer algunos testigos ofrecidos por la defensa indicaron que en el último tiempo -antes del incidente- la empresa era manejada por Sclavuno, que era incluso quien pagaba los sueldos. Quedó constancia que Texcen Alarmas existe desde 1991, pero últimamente había pasado a llamarse "SG" (Sclavuno-Gallinger).
Además un testigo se encargó de recordar un episodio en el que también la misma Sclavuno resultó víctima. Fue cuando fue atacada a puñaladas por quien entonces era su pareja. Dio la impresión que se quiso probar que, esa vez, también un trasfondo económico llevó a esa situación.
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