Taty Pereyra, las manos del titiritero
Cuántas veces se habla del encanto que provoca la radio, cuánta imaginación despierta escuchar una voz, una canción, o un eco proveniente de esa cajita sorprendente... Las mágicas voces del éter multiplicadas no sólo en ese cofrecito lleno de cables, transmisores y circuitos, que hoy se reproducen de distintas maneras, ya desde un teléfono celular, o desde una computadora.
Quien escucha la radio por allí no alcanza a dimensionar que detrás de esos sonidos hay un sin fin de circunstancias, de personas y de trabajo. Que incluyen no sólo a los difusores orales, sino también a quienes están detrás de la escena, una suerte de titiriteros que producen el contexto necesario para la puesta en el aire de un programa.Los viejos operadores. Desde siempre quienes están al micrófono han reconocido esa anónima tarea, mencionando a quienes están en la operación. Para los mayores no eran extraños algunos de esos personajes casi históricos, como muchos que alcanzaron protagonismo operando las consolas de LU33 Emisora Pampeana, y de Radio Nacional Santa Rosa sobre todo. Cómo no mencionar entonces a maestros como Quique Aldaya, Félix Omar Domínguez (hermano de El Bardino), Ignacio Soporta, Lorenzo Moreno, Hugo Villada, El Turco Rally, Juan Carlos Montero, y un poco más acá en el tiempo Roberto Arrieta, o la misma Susana Evangelista (excelente locutora que también incursionó en la operación radial), y María Isabel Tissera, que serían algunas de las pocas mujeres que se le animaron a este oficio.
Las FM que surgieron dieron lugar a la aparición de nuevos trabajadores radiales, y puede mencionarse entre otros a los reconocidos Leo y Lucas Santos, Mauro Monteiro, el novel Emanuel Vega, y el inefable Rubén Darío Pereyra, Taty Pereyra, para todo el mundo.Los que mandan al aire. Los operadores de radio resultan imprescindibles para la puesta en el aire de una programación, y desde la consola apretando botones, o moviendo palanquitas, se encargan de dar paso al locutor o periodista en el estudio, y también cuando es necesario crear el mejor clima para que todo salga sin fisuras: con la música adecuada, o los sonidos que producen efectos que pueden acompañar un determinado tema.
Casi podría decirse que, sin su concurso, sería bastante más complicado para quienes hacen producción darle forma y contenido a un determinado programa radial.
Antes debían ser hábiles en el manejo de casetes o notas grabadas, en lograr que los viejos micrófonos funcionaran correctamente; y posteriormente debieron ir adaptándose a los nuevos tiempos: las computadoras, los mensajes de textos, los whatsApp, y otras delicias del presente que los obligaron a la modernización.
Aunque en realidad están los que piensan que lo tecnológico facilita sus tareas, y quizás algo de cierto haya en eso. Su función es, en síntesis, llevar a la audiencia a través del manejo de la consola de sonidos y equipos, programas de radio tanto en vivo como grabados, y controlar la permanente y correcta emisión de la programación prevista. Así de simple.Taty, el operador. En todos los ámbitos, y en todos los oficios, hay gente especial y Taty sin duda lo es. El pelo largo cayendo sobre sus hombros, la mirada clara y el gesto siempre divertido, a la espera del momento para la broma oportuna... porque ese es su carácter, su forma de ser... más allá de los avatares de la vida que, a veces, nos golpea.
Él también tiene –o tuvo– sus infortunios, esos momentos en que parece que la adversidad se empecina en pegarnos un cachetazo. Esos en que hay que tener muchas agallas, mucho estado de ánimo para hacer frente a una determinada situación.
Rubén Darío Pereyra (44), Taty para todos, es operador de Radio Noticias (99.5), y también de Radio Nacional, y un aporte invalorable para quien tiene que hacerse cargo de un programa. Y sino que lo digan Carlos Mateu y compañía, o Guito Gaich, o los muchachos de El Faro, o de La Pelota...La familia, el barrio. Hijo de Rubén José (fallecido), quien supo desempeñarse en la vieja Casa Torroba, y terminó jubilándose en Obras Sanitarias, cuando dependía de la municipalidad de Santa Rosa; su mamá es Mirta Nélida Spinelli, ama de casa hoy orgullosa de este hombre, que fue aquel pibe que no era el más aplicado a la hora del estudio.
“Soy el más chico de la familia, porque tengo dos hermanos, Miguel Ángel y María de los Ángeles... soy casado con Claudia Beatriz Lucero, que para mi es ‘Bety’, y tenemos a Facundo Román (17)... obvio, el Román tiene que ver con Riquelme”, admite Taty.
Es nacido en Santa Rosa, y criado en calle Tucumán y las vías, en Villa Alonso... “ahí, en ese gran baldío pasábamos las horas dándole a la pelota y andando en bicicleta... porque no había tránsito y no había peligros... mucho más tarde abrieron un paso a nivel”, precisa. La escuela primaria en la 6, y el secundario “hasta cuarto año en el Normal porque empecé a ‘ratearme’ para pasar las horas en la FM Platino, la radio del barrio en la calle Entre Ríos... Después me terminé recibiendo en el nocturno”, cuenta.
Las salidas de esos primeros tiempos tranquilas junto a algunos amigos, Gastón Wiggenhauser, el Turco Díaz, Carlos Rossi, Gustavo Díaz. Ir al boliche, a Tobogán, New Star... Pero todo tranqui... caminando a todos lados, pateando tachos... Ni puchos, porque ni siquiera fumo”, menciona.Los comienzos en Platino. “A la radio me empecé a acercar porque soy amigo de Pepe Falkestein... que como son las cosas de la vida es padrino de mi hijo y estamos en el mismo turno como operador de la mañana en Radio Nacional.. En Platino operaba Carlos Copelotti, y cuando él estudiaba yo aprovechaba para operar... y ya me gustaba hacer grabaciones, o mezclas con grabadores... Si en un momento hasta quise hacer una consola, pero fracasé”.
Después, con la aparición de Power 103 los operadores “se fueron para allá, y ya quedé fijo en Platino”.
En esta FM “hubo un tiempo en que estuvo el Negro (Alberto) Cuello, que dejó de hacer ‘Caravana’ por LU33 y apareció por allá, y ya me puso un sueldo. Estaban Hugo Ocaranza, Leonardo Miranda hacía ‘Leonardísimo’. Y ahí se puede decir que empecé a trabajar de operador para dolor de cabeza de mi vieja, que quería que estudiara”.
Mientras operaba en Radio Nacional se dedicó a trabajar “con un flaco que tenía campo, Ariel Simoni. Le llevaba algunos papeles, hacía un poco la tarea de escritorio. Pero un día me llamó Verónica Mac Lennan, que estaba en Radio Noticias y empecé aquí”, refiere mientras mueve botones en la consola de la 99.5.La formación. Sería en esta radio que completaría su formación, pasó a estar informado de todo lo que pasa, lo que obviamente contribuye a hacerlo más eficiente.
“Es que tuve la suerte que me tocó trabajar con Gury Jacques, con El Bardino, con Carlos Francingues con el que aprendí mucho de rock, Eduardo del Viso con la música clásica... Me gusta todo, y sobre manera el folklore pampeano. También el tango, que en algún tiempo fui a aprender a bailar. Con nuestra compañera de trabajo (en La Arena) Ana Karina fuimos a aprender con Cuny Prado, y participamos de algún espectáculo en Eduardo Castex y en Córdoba; y ahora mismo bailamos folklore con Bety, mi señora. Está bueno y me resulta un complemento porque me enseñó a distinguir qué es una huella, una zamba...”.
“En casa se escuchaba mucho LU33, radio porque no había disco... todo el día radio, que es lo que me gusta. Cuando viajo necesito escuchar voces: si voy a Tartagal quiero escuchar gente que hable, escuchar cosas de ahí, del lugar donde esté”.Un tipo divertido. Taty es un tipo sumamente alegre, que está todo el tiempo haciendo bromas, y que si tiene alguna pena sabe disimularla muy bien. “A veces me pongo pesado –reconoce–, pero sí, estoy todo el día jodiendo, haciendo bromas. Soy re hincha pelota, es mi carácter y es más fuerte que yo. Trato de controlarme cuando estoy con Facu...”, comenta.
Es, más allá de ese oficio que lo lleva a estar buena parte del día sentado, un tipo intenso. Que se dio el gusto de hacer cumbre en el Aconcagua, acompañado por el Pollo Polak, que “es mi papá, mi hermano de la montaña: ¿Querés creer que a diferencia de todo el mundo allá arriba me relajo tanto que puedo dormir 10 ó 12 horas seguidas?”, se ríe ante la observación.
Se ha dado el gusto de llevar a su hijo a excursiones en algunos cerros menores; pero también lo acompaña a andar en bicicleta y a nadar a Médanos. “Yo me alegro mucho con Facu... tiene trastorno generalizado del desarrollo, y fue él quien me enseñó a disfrutar de lo que tengo”, completa.El buen operador. Volviendo a su condición de operador señala que se terminó de formar “con la variedad de programas” en los que participa. “Con Guito Gaich hace 20 años que estoy, y con él a veces jodo un poco más... con Mónica (Rojas) ya sé que es un programa un poco más estructurado, igual que con Mirta (Losada) que es informativo. Tenés que adaptarte a quien esté en el aire”, dice Taty.
“¿Qué tiene que tener un buen operador? Tiene que estar atento, ser creativo... aunque hoy la computadora ayuda mucho y lo hace más fácil, y un novato puede operar tranquilamente. Antes te decían; ‘salteños que cantan cortando y dicen ¡adentro!’, y tenías que saber que eran Los Chalchaleros. Ahora es mucho más fácil”, señala.
“Además tenés que tener paciencia”, le aporta Mirta Losada que escucha la charla: “porque a veces tenés que escuchar cada pavada”, resume.
De todos modos Taty sostiene que le gustan “todos los programas, y si puedo hago un aporte, como en La Pelota que a veces les falta un dato (días atrás precisó que el jugador alvearense Pali Roserié tiene 46 años, y es el más longevo de nuestro fútbol)... te fijás en la compu y está todo. Pero también la paso bien con El Faro, que es un programa de ciencias y por ahí quedo descolocado”, agrega.Siempre listo. Operadores de oficio como Taty Pereyra tienen un plus al momento de trabajar. “Lo que pasa es que te vas y seguís escuchando, no es que te desentendés. El 1° de enero estaba en la pileta y le digo a mi mujer, ya vengo. Vine a la radio y puse en marcha el transmisor chico, después el grande y volví... ella sabía que me di cuenta que había algún problema. Para mí no es que vengo y marco tarjeta y cumplo... no, creo que tengo que estar a cualquier hora, en cualquier lugar que se me necesite”, cierra y es casi como un mensaje.
Cuando el trabajo se hace con pasión los horarios no suelen ser tan estrictos, ni se puede hacerlo a reglamento.
Taty es de esa clase de laburantes, y la radio es una enorme porción de su vida. Se regodea cuando puede recordarle a mamá Mirta aquellos tiempos en que renegaba porque quería que el nene estudiara: “Le saco la chapa y le hago notar que de una radio de barrio me hice una profesión. Que ahora juego en primera, porque estoy en Radio Noticias, que para mí tiene un plus”, y se ríe con ganas. Con esas ganas que pone todo el tiempo para enfrentar la vida... Porque más allá de los avatares que puedan presentarse tiene esas agallas que se necesitan para superarlas. Este es Taty Pereyra, el operador. Como para que usted, que no lo ve, lo conozca un poquito más.“EL MISMO DE TODOS LOS DIAS”
Se ríe con ganas Taty Pereyra contando una anécdota que muestra un cierto cholulismo de los protagonistas. “Cuando empecé a trabajar para un productor rural tenía que llevar al campo a dos empleados. Una vez uno estaba ya en el campo, y tuve que llevar al otro, que en un momento me dice: ‘Vos sos Pereyra, y escucho en radio a un tal Guito Gaich que menciona tu apellido... ¿lo conocés?’, me preguntó. Yo soy Taty Pereyra’, le dije y se quedó mudo. Enseguida cambió hasta el trato, y cuando se encontró con su compañero en el campo le dijo: ‘¡Mirá quién me trajo..., el Taty Pereyra!’. Y obvio que yo era el mismo que lo llevaba todos los días. ¡No lo podía creer! Me trataban siempre bien, pero desde ese momento mejor todavía”, completa.Bromas que van y vienen o Son normales las bromas entre el conductor de un programa y el operador, y es habitual el “te pusiste los guantes” del primero al segundo cuando hay un bache o un error. Pero del otro lado del vidrio no se quedan atrás, y menos si el operador es Taty.
“Una vez a Mirta Losada le abrí el micrófono y le hice seña que iba al baño y me quedé tirado debajo de la consola... habló, habló y habló, y cuando ya no le quedaba ni voz aparecí”. La bronca de la conductora no le hizo mella, y las bromas siguieron. Un día ella estaba hablando de “Arenita y Piquillín” (suplemento semanal del diario) y Taty dice por el auricular “La Arena y Pitulín”, mientras hacía una seña... no podía parar de reírme”, recuerda Mirta. A Sandra Cantera el operador y otro empleado de LU33 se la hicieron muy pesada: “Yo recién empezaba... flaquita, chiquita, con todos los miedos. Me dijeron que estaba al aire e igual ingresaron al estudio, me levantaron entre los dos y me tiraron en el contenedor de basura que estaba en la vereda... ¡estaban re locos!”, juzga a la distancia.
Taty goza de distintos grupos de amigos, con los que comparte asados semanales. “Con la gente de Nacional es un grupo como si hubiéramos trabajado juntos toda la vida: Pepe Falkestein, Juani De Pián, Diana Russo, Nadia Villegas, Daniel Lucchelli, Viviana Cavalié y Noelia Mini”, los nombra a todos.
Taty tiene la humildad de reconocer en Lucas Santos “un ídolo. Es un genio operando... el mejor de todos”’, lo elogia sin disimulos. Después Leo tendría una consideración parecida sobre el mismo Taty. Ah! Además de todo lo que ya se dijo, Taty Pereyra es presidente de la Fundación Pampeana de Equinoterapia, “donde va Facu”, cierra.
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