Viernes 04 de julio 2025

“Agustina no pudo defenderse”

Redacción 19/05/2024 - 11.17.hs

“A Agustina la atacaron a traición, no pudo defenderse, ni siquiera poner sus brazos para tapar su rostro”, aseguró el licenciado Eduardo Prueger, quien fue convocado por la familia de la joven pampeana asesinada en Cipolletti, Río Negro. Su rol consistía, junto a los abogados de la querella, en recolectar la evidencia necesaria para demostrar que la noche del 2 de julio del 2022 Pablo Parra había atacado brutalmente a Agustina Fernández en su departamento provocándole la muerte tres días más tarde.

 

Eduardo Prueger se incorporó a la investigación 12 días después de que declararan la muerte de la joven de 19 años. “Fue un trabajo en equipo que se pudo dedicar exclusivamente a la investigación del crimen de Agustina. Esto permitió que lleguemos a la sentencia de culpabilidad (para Parra). Cuando me convocó la familia fue para intervenir como perito oficial: pericias puntuales, análisis de video, reconstrucción o interpretación de la escena o para aportar desde un lado más vinculado con la perspectiva de género”, explicó el licenciado en Criminalística en Río Negro Radio.

 

Prueger y su equipo analizaron minuciosamente videos y cámaras que mostraban los movimientos de Pablo Parra y su vehículo. En un primer momento se trabajó sobre la teoría de que a Agustina la habían atado en un contexto de robo, mientras Parra se encontraba “comprando la cena”. Esto nunca fue creído por la familia de la joven, quienes estaban convencidos de que el agresor había sido Parra.

 

Sobre esto, Prueger dijo que “el 70% de los femicidas va a intentar alguna forma de ocultamiento o va a intentar fugarse. Se da cuenta que le va a llevar mucho esfuerzo, que va a ser inevitable y se suicidan al lado del cuerpo envuelto en una sábana. Algunos intentan enterrarlo en el patio, otros lo trasladan por ejemplo. Eso habla también de la cabeza del femicida que no siente culpa. En realidad va a intentar zafar porque está convencido de qué fue lo que hizo”.

 

No se pudo defender.

 

En cuanto al proceso de investigación de este caso, el perito explicó que lo primero que se hizo fue determinar la mecánica del hecho, es decir cómo la habían agredido a la joven. “¿Con qué la golpearon o contra qué? No había autopsia pero sí sus estudios médicos, fotos del cuerpo para interpretar las lesiones, los indicios en el lugar del hecho. Muchas cosas permitieron determinar cómo habían atacado a Agustina”, señaló.

 

Una de las teorías que manejaba la defensa de Pablo Parra era que el petrolero era inocente porque “Agustina se defendió” de su atacante. Esto fue probado como equívoco por parte de la querella y la Fiscalía. Cuando la joven fue atacada, su mano izquierda fue apretada con una puerta lo que le produjo una lesión importante.

 

“Varios huesos de su mano estaban fracturados; si me revientan cuatro huesos no me sirve para nada la mano. El ánimo de ataque sobre Agustina fue distinto al de, por ejemplo, Ángeles Rawson donde sí se encontró ADN. A Agustina la atacaron a traición, le rompieron la mano contra la puerta, la colgaron de los pelos y la golpearon contra la pata de un sillón. Agustina no pudo defenderse, ni siquiera poner sus brazos para tapar su rostro”, aseguró el licenciado.

 

Sobre el lugar del hecho y la “contaminación de la escena” de la que tanto se habló, el perito fue claro: “No era una escena del crimen. Agustina estaba viva, no se sabía lo que iba a pasar con Agustina, nadie sabía si iba a sobrevivir. Fue distinto el proceso cuando se trasladó a la víctima, ella no se fue en una bolsa mortuoria de la escena, su cuerpo no estaba protegido, había que sacarla del lugar con la intervención de enfermeros”.

 

Conmoción.

 

El último día del juicio por el femicidio de Agustina Fernández se vivió con muchas emociones. Al momento de escuchar el veredicto final del jurado popular que declaró culpable a Pablo Parra, los familiares de Agustina se unieron en un gran abrazo. Las lágrimas no faltaron en el recinto, incluso los fiscales del caso se mostraron conmovidos por la sentencia.

 

“Nos abrazamos mucho, y hubo muchas expresiones de cariño durante todo el proceso judicial. El papá y la mamá (de Agustina) cada vez que me veían me decían Sherlock. Tenemos conversaciones permanentemente, me han enviado mucho cariño”, concluyó.

 

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