Bocatto: Con pasta emprendedora
Desde hace 15 años “Bocatto” es una referencia a la hora de pedir una auténtica pizza a la piedra, además de otros menúes y alternativas que combinan sabor y buen precio. Leonardo Baglivo fue empleado mucho tiempo hasta que pudo quedarse con un negocio que es referencia gastronómica en la ciudad.
Estudiar una fórmula, practicarla y agregarle un sello propio. Una vez que está lista, ofrecerla e insistir hasta que se vuelve una referencia. Una receta. Algo de eso fue lo que hizo Leonardo Baviglo con la pizza a la piedra: adoptó un estilo ya comprobado y así, gracias al trabajo incansable y a la combinación de precio y calidad, encontró la respuesta para hacer su propio camino emprendedor y convertir a “Bocatto” en un lugar de referencia en la gastronomía santarroseña.
“Sigo elaborando la pizza, hago todo, y la hago a la piedra. Como en las pizzerías de Buenos Aires. Aprendí de esa manera y lo mantuve, entonces la gente y la clientela la identifica de esa forma”, resalta Leonardo Baglivo (52 años) mientras atiende el teléfono con los pedidos, despacha los encargos y envuelve el menú del día para quien se acerca al local: es jueves de pastel de papas.
“Bocatto”, ubicado en la muy transitada avenida Ameghino 1370 (teléfono 242333), nació hace 15 años como especialista en pizzas, empanadas, lomitos y hamburguesas y, con el tiempo; se fue diversificando a una casa de comidas completa: milanesas con fritas, ravioles, ensaladas, sorrentinos, milanesas de pollo; además de bebidas y postres.
Pero la historia de Leonardo comenzó mucho antes de ese local que tiene una clientela fija, siempre fiel y seguidora gracias a la combinación de buenos precios, gran calidad y buena atención.
“Nací en Lanús, en la provincia de Buenos Aires, y me vine a Santa Rosa con mi familia a mediados de los ‘80. Cuando terminé el secundario ya me interesó la gastronomía así que hice cursos y empecé con pasantías laborales. Estudié la carrera en la Universidad de los Pizzeros y trabajé en algunos lugares de Buenos Aires. Me casé y estuve en Bahía Blanca, y a inicios del 2000 volví para Santa Rosa y abrí una brasería en la calle Unanue. Después me fui un tiempo más y cuando regresé definitivamente, en 2005, entré a trabajar a Pizza Quatro”, recordó Leonardo en una charla con LA ARENA.
“En ese lugar estuve unos cuantos años y de ahí pasé a Deja Vú, un lugar novedoso que había abierto sobre la ruta 5. Hasta que en 2012 me enteré que buscaban gente en Bocatto, hice una prueba de pizzero, les gustó y me tomaron. Fueron diez años junto a Martín, que era el dueño, y él en un momento me dijo que quería abrir su negocio en la casa en Toay y no seguir con este local. Nos pusimos de acuerdo y le compré el fondo de comercio”, resaltó el hoy dueño del negocio que, recuerda, no tuvo un inicio fácil.
“Justo me agarró la pandemia, no lo podía creer, pero la pudimos pilotear. Entre 2020 y 2023 pude pagar todo el negocio así que nos pudimos acomodar y salir adelante. El local ya tenía una clientela de muchos años entonces eso me ayudó mucho porque siguió todo más o menos parecido. Al menos no he escuchado muchas quejas”, remarca sonriente Leonardo, que trabaja junto a su pareja Patricia, su hija Giuliana y su hermano Pablo.
Viandas.
“Bocatto” abre todos los días en doble turno a excepción de los domingos (sólo atienden por la noche) y de los lunes, que es el día de descanso. Leonardo reconoce que la ubicación del local “es estratégica” y que trabaja mucho con las viandas a pedido de gente tanto de la zona como de otros sectores de la ciudad.
“La pizza por supuesto que tiene un lugar destacado, la gente la conoce y la pide. Creo que hoy la más demandada es la de rúcula y jamón crudo junto con la americana (con papas y huevos fritos), pero creo que el secreto está en la forma de cocinarla, que es a la piedra”, resalta Leonardo.
-¿Y qué perspectiva tenés hacia adelante?, sobre todo a partir de que sos dueño.
-Mi idea es abrir otra pizzería o un negocio del rubro, estamos en crecimiento y eso me entusiasma como para pensar en proyectos. Mi hija tiene 20 años y yo le puedo dar el respaldo para que vaya a la Universidad. En eso somos de familia bien clásica, de trabajadores, entonces el esfuerzo siempre está presente, por eso después de tantos años como empleado pasar a ser dueño es algo que se vive de manera muy especial.
- ¿Y no es cansador estar en la cocina durante tanto tiempo?
- Para nada, cansancio nunca. Lo digo en el sentido de que este trabajo se hace con gusto, es lo que hice toda mi vida y me siento cómodo y contento de hacerlo. Y lo hacemos en familia.
Al paso.
El tránsito y el ingreso de clientela por la puerta de la calle Ameghino no ofrece casi pausas. Es cerca del mediodía y las ganas de saciar el hambre con alguna delicia de “Bocatto” se hace presente. “Por suerte tengo asegurado seguir acá, es un lugar muy lindo e importante. Está al paso hacia la zona de quintas, hacia los barrios del sur, al Empleados de Comercio, al Butaló. También para ir hacia Toay, además del barrio de departamentos que está casi enfrente (por las viviendas de la Cooperativa Popular de Electricidad). La verdad que esta ubicación siempre ha sido clave para tener mucho movimiento”, subraya Leonardo.
Y agrega: “Además, Santa Rosa está en un momento notorio de crecimiento. Siempre me pareció una ciudad muy linda para vivir, es ordenada, limpia y tiene una gran movimiento comercial, cada vez más grande. Con el tiempo aprendí que al santarroseño lo tenés que atender bien, no le podés fallar, porque si le das un buen plato o servicio va a volver a confiar en vos”, dice alguien que, como tantas personas que habitan en la capital provincial, nació en otro lado pero que una vez que vino, ya no quiso alejarse. Y lo consiguió gracias a su propia receta. La del sabor.
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