Miércoles 24 de abril 2024

Canes: quieren construir un campo “único en Sudamérica”

Redacción 17/12/2023 - 00.36.hs

Las catástrofes naturales como sismos, terremotos, aludes, no se pueden predecir y provocan grandes destrozos y víctimas en distintas partes del mundo. Cuando esto ocurre, rescatistas y perros se enlistan para trabajar en el lugar. Javier Catoni, de Special Missions y el fundador y presidente de la ONG mundial K9 de Creixell, Pedro Frutos, montarán un campo de entrenamiento de estructuras colapsadas.

 

En este campo de estructuras colapsadas será "el más grande de Sudamérica". En este terreno simularán los destrozos que provocan en ciudades los terremotos y servirá para que guías y los canes desarrollen sus técnicas de rescate.

 

"Con Javier tenemos un proyecto que va ser crear el campo de entrenamiento para estructuras colapsadas. Así se llama cuando hay un terremoto y caen los edificios", explicó el rescatista y fundador español de la ONG a LA ARENA. En ese sentido, ejemplificó que en España "tenemos un campo muy famoso que es de protección civil, del estado, y tiene mucho éxito".

 

"Aquí queremos montar el campo más grande y mejor preparado de toda Sudamérica. Nuestra intención es dar cursos desde Estados Unidos, México, hasta Argentina. Va a ser el primero que hay en Sudamérica", remarcó Frutos.

 

Sin intereses.

 

Por su parte, el empresario en seguridad, Javier Catoni, explicó que será en su campo de entrenamiento, y afirmó que el trabajo y rescate "no tiene un interés económico, no se hace para hacerse rico, lo que se puede lograr a través de algún sponsor, es para reinversión o donativo".

 

Al mismo tiempo, adelantó que en marzo de 2024 "estaríamos lanzando el primer curso con respecto a la búsqueda y rescate con perros en catástrofes naturales".

 

K9 de Creixell.

 

Frutos fundó hace más de 30 años la ONG mundial K9 de Creixell y se dedica a formar perros y guías para colaborar en catástrofes naturales. Su cede central está en España pero también tiene delegaciones en Portugal, Brasil, Bolivia, Argentina y Chile.

 

El especialista en rescates estuvo en 18 terremotos que ocurrieron alrededor del mundo, a principios de este año viajó para asistir a las víctimas que quedaron bajo los escombros de edificios en Turquía.

 

"Para nosotros son muy importantes la víctimas, ellas son los jueces de nuestro trabajo", afirmó Frutos, y agregó: "nosotros nos dedicamos a marcar donde están las personas nuestros perros para que un grupo de rescatistas puedan sacarlos".

 

En cada una de estas misiones, se prepara un equipo de un encargado de la logística, seis guías y seis perros. Los canes están entrenados para encontrar víctimas y sobrevivientes. Frutos recordó que en algunas oportunidades le preguntaron "'¿por qué los perros buscan cadávares?'" y explicó que es " porque yo soy padre de familia y siempre he pensado que cuando uno tiene un hijo y muere fuera de su casa, es muy importante saber donde está tu hijo enterrado para poder ir a llorar si quieres y cierras una ventana de tu vida que si no lo encuentras, nunca sabes si está vivo, si lo han recogido".

 

Solo a catástrofes.

 

Durante la entrevista, contó a este diario que el equipo de rescate "no va a sitios donde el hombre haya creado la desgracia, a una guerra no vamos porque eso es evitables. Vamos por desgracia donde un movimiento sísmico te atrapa".

 

A lo largo de su carrera asistió en distintos países, como Turquía, Haití, Brasil, entre otros. Algunos de sus viajes fueron pagos con patrocinadores, pero no siempre es así. Frutos relató que "pagué de mi mi bolsillo durante cinco años, imagínate lo contenta que estaba mi mujer, que durante cinco años no tuvimos vacaciones".

 

Ayudar.

 

En su relato, recordó que este año estuvo en los destrozos que provocó el terremoto de magnitud de 4,6 que dejó más de 50.000 víctimas entre Turquía y Siria. "El terremoto de Turquía fue a las 4.30 de la madrugada y atrapó a muchos niños que estaban en pijamas y tuvimos que sacar muchos cadáveres, muchos, es muy fácil decirlo, pero es muy difícil llevarlo", describió.

 

"Imagínate estar durmiendo, se cae el techo encima de seis plantas, siete plantas y aún así encontramos a uno vivo, solo uno ya vale la compensa del viaje de ir hasta allí", recordó emocionado. Frutos destacó que "para ir hasta allí tienes que ir con conocimiento de que tu llevas algo que va a ayudar, no para salir en una fotografía ni para buscar la fama".

 

"Siempre he querido ayudar".

 

Pedro Frutos recorrió el mundo para ayudar a víctimas de terremotos, inundaciones o aludes. En cada uno de estos escenarios, lleva a los seis mejores perros de todas las sedes de la ONG, pero para asistir en ellas cada tuno tiene que pasar pruebas. "Soy el presidente y fundador, paso las pruebas como todo el mundo, no hay privilegios para nadie. Y si mi perro está bien va, y si no lo está, no va. Nunca he fallado porque llevo al mejor perro, ya llevo 30 años con perros y algo he aprendido".

 

Consultado por como se le ocurrió fundar la ONG, recordó que "fue hace 31 años y porque siempre he querido ayudar a la gente, quería ser voluntario de la Cruz Roja, estar en comedores sociales" y porque fue alentado por su esposa. "Mi mujer, que en paz descanse, que era más lista que yo, me dijo: '¿por qué no haces algo qué haces muy bien y lo dominas y vas con los perros'", relató.

 

Primera vez.

 

"Lo empecé a probar y tanto es así que me presenté solo en mi primer terremoto con mi perro. No sabía si tenía que tirar a la izquierda o derecha, fui aprendiendo y viendo a la gente que destacaba y que hacía un trabajo muy bien", contó.

 

Frutos explicó que en la actualidad "el problema es que todo el mundo quiere tener una delegación y nosotros le decimos que no. Somos muy rígidos, porque la gente tiene que entender que hay que entrenar todos los días".

 

En ese sentido, sostuvo que un equipo de rescate "no tiene un día, Dios no nos marca que va a ver un terremoto. Debemos prepararnos para que cuando suene la campana nos vamos, y somos muy efectivos".

 

A lo largo de su carrera fue reconocido por sus tareas, "tengo medallas de todos los países y he recibido por todos los presidentes, pero eso es solo para cubrir el ego, porque las tengo guardadas y no las ve nadie más que yo", indicó.

 

Haití.

 

Consultado por si alguno de los rescates lo marcó en su vida, contó que "fueron muchos", pero recordó su trabajo en la catástrofe del terremoto de Haití de 2010. "Cuando estuvimos en Haití las víctimas estaban atrapadas y no se podían sacar porque no había maquinaria. Los veías atrapados hasta el pecho, pasabas al día siguiente y estaban muertos", describió.

 

Canes.

 

Por otra parte, el especialista contó a LA ARENA que la ONG cuenta con 60 perros por todo el mundo y que "no trabaja con razas, trabajamos con individuos, porque cada perro es como nosotros". "A veces son mezcla, normalmente se trabaja con Pastor alemán, con Border collie, Labradores, con Golden retriever, hay algunas razas que están predispuestas para ese trabajo", detalló y comentó que tuvo un perro, Aitor, "que era muy bueno y era una mezcla".

 

"Mi perro se llamaba Aitor, el mejor perro que tuve en mi vida. Es el perro que más me ha llenado en esta vida, un pastor alemán, éramos dedo y uña para todo", dijo emocionado.

 

"Lo que te da un perro no te lo da ningún humano. A un perro le pegas y te lame la mano, te defiende si te quieren robar, no tienen la maldad que tenemos los humanos, todo es nobleza, trabaja para hacer feliz a su guía", reflexionó.

 

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